Reflexiones sobre la información

2002-06-17 00:00:00

Quiero compartir una serie de reflexiones sobre algunas características de la
información actual, concentrándome más bien en el campo de la información y
no en el inmenso campo de la comunicación, que hoy ya prácticamente no
sabemos lo que es. Hoy, la comunicación abarca campos muy extensos: la
informática, la electricidad, la telefonía, los sistemas de fabricación de
satélites, las industrias de fabricación de cohetes que lanzan los satélites,
por consiguiente, integra también la industria militar. Cada vez es más
difícil hablar de la comunicación, porque si seguimos dándole a la
comunicación el sentido que le dábamos hace 15 años o 20 años, es decir, las
industrias o las actividades que se ocupan de la transmisión de los
contenidos y de los mensajes, estamos, evidentemente, desconociendo la
realidad de la comunicación hoy, que de hecho se transforma en cumulado, en
una de las grandes industrias de hoy.

La revista americana "The Nation" publicó en enero pasado un excelente plano,
una especie de geografía de las 10 principales corporaciones mundiales de la
comunicación hoy. Lo que es interesante es que cuando vemos esta geografía
de la comunicación, vemos que algunas de las principales corporaciones de la
comunicación son la General Electric, la Sony, la AT&T. Así que no son las
empresas de comunicación en el sentido en que las entendemos, y por
consiguiente necesitamos hacer un esfuerzo para entender lo que significa, en
la era de la globalización, esta nueva dimensión de la comunicación.

La información mercancía

La primera reflexión sobre la información es la siguiente. Hoy, en la era de
la globalización, la característica principal de la información es que
funciona como una mercancía y, por consiguiente, o no se extiende en la
sociedad según las leyes de la información, según las leyes que nosotros
tratamos de entender en las Facultades de Ciencias de la información, sino
que circula siguiendo las leyes del mercado, siguiendo las leyes, por tanto,
de la oferta y la demanda. Esto hace que la información que más circule sea
la información que las empresas de comunicación estimen que son las más
demandadas por la sociedad, y por consiguiente son aquellas que tienen mayor
posibilidad de llegar hasta nosotros.

¿Qué características debe tener la información como mercancía, en tanto debe
circular abundantemente en la sociedad? Yo pienso que deben tener
esencialmente tres características las informaciones que recibimos
ordinariamente tanto en la prensa escrita, como en la radio y en los
informativos de televisión. Estas características son: la información tiene
que ser corta, muy breve; la segunda es que tiene que ser muy sencilla, muy
elemental, hecha en una lengua de algunos miles de vocablos, porque se supone
que así todo el mundo, el público más amplio, las puede entender y seguir; y
la tercera, tiene que ser una información, yo diría de tipo patético, en el
sentido en que puede ser o tiene que ser distractiva, pero también puede ser
compacional, es decir, puede hacer reír o llorar, como lo vimos con el 11 de
septiembre.

Es decir, las características de la informacióndeben ser breves, sencillas y
distractivas. En realidad son las características que tiene todo producto de
la cultura de masa. No hay una diferencia, desde ese punto de vista, entre
una información banal que nos llega cotidianamente por televisión y una
película sensacional o una película de Walt Disney. Tienen los mismos
criterios. Sin embargo, evidentemente, la consecuencia de la información es
mucho más importante porque nosotros la tomamos, en general, como un reflejo
de la realidad.

A pesar de que la información es una mercancía, esta mercancía tiene
tendencia, ante nuestros ojos, a ser una mercancía gratuita. Parece
contradictorio, pero no es contradictorio. Es una mercancía que tiene
tendencia cada vez más a ser gratuita. Si ustedes observan, la mayoría de
las informaciones que recibimos ahora son gratuitas, la televisión nos da
información gratuitamente, la radio nos da información gratuitamente y hasta
la prensa, porque cada vez hay más periódicos gratuitos. Es decir que la
información en realidad tiende a ser gratuita porque, si es sencilla, si es
breve, si es distractiva ya alcanza a un público muy amplio. Pero si es
gratuita, evidentemente ya no discrimina tampoco económicamente y puede
alcanzar a todo el público.

Y entonces, ¿cómo funciona el negocio? El negocio funciona de la manera
siguiente. Una empresa de información no vende información a los ciudadanos,
lo que venden son los ciudadanos a los anunciantes. Y de esta manera,
evidentemente, nos transformamos en mercancías. Somos las mercancías que la
empresa le va a vender a los anunciantes para obtener publicidad. Y así, se
subvierte la relación entre la información y la sociedad, la información pasa
a ser algo secundario con respecto al proyecto principal, que pasa a ser el
proyecto de tener beneficios. Y de esa manara también se explica, en parte,
la degradación de las condiciones de los periodistas.

Si una empresa ofrece su información gratuitamente, o tiene tendencia a
ofrecerla gratuitamente, ¿por qué va a pagar caro para producir esas
información? ¿Por qué va a gastar mucho dinero para producir esa
información? Su tendencia natural será adquirir esa información al precio
más bajo posible, puesto que la va a regalar. Y por eso los periodistas ven
sus condiciones de trabajo y su condición social cada vez más degradada.
Asistimos a una proletarización masiva de nuestros compañeros periodistas,
que en la mayoría de las veces no pueden hacer el trabajo como ellos
quisieran, porque están en condiciones objetivas de proletarización y
explotación.

Caricatura de la realidad

Una segunda reflexión es también que esta reducción y esta sencillez conduce
frecuentemente a presentar los problemas de manera extremadamente
caricatural. Lo hemos visto después del 11 de septiembre de una manera
absolutamente evidente. Toda la complejidad de Afganistán, toda la
complejidad del Islam, todo eso ha sido reducido a un guión de una película
de Walt Disney, una vez más. Una cosa extremadamente elemental. Voy a tomar
un ejemplo sencillo. Si nos planteamos un ejemplo de análisis de contenido
elemental, si nos planteamos la pregunta siguiente: ¿cómo el Tercer Mundo,
cómo los países en vías de desarrollo, países pobres del Sur, aparecen en los
medios de comunicación, en particular en la televisión en el Norte? Yo diría
que aparecen en dos discursos.

El primer discurso que habla de los países del Sur es el discurso de la
publicidad. ¿Y cómo aparecen los países del Sur en la publicidad? La
publicidad para viajes, la publicidad para bebidas, la publicidad para
vacaciones, la publicidad para una serie de productos como el café, cacao,
etcétera, producidos en los países del Sur. La mayoría de las veces este Sur
es presentado con unas playas magníficas, un sol espléndido, unos paisajes de
sueño, unos habitantes distractivos, sonrientes, cantando casi siempre,
agradables, serviciales, están al servicio. Aquello está descrito como un
paraíso, es el paraíso terrenal.

Y ¿cómo aparecen estos mismos países en los informativos, en los noticieros
de televisión? Pues, curiosamente, estos mismos países presentados como
paraísos aparecen como el lugar de todas las catástrofes. Solo aparecen
cuando hay una catástrofe natural, inundaciones tremendas, ciclones,
estallidos de volcanes, explosiones, cuando hay guerras civiles, cuando hay
matanzas, genocidios, cuando hay golpes de Estado. Es decir, aparecen como
un infierno permanente. ¿Cómo se puede vivir en esos países, donde la gente
se está matando constantemente entre ellas?

Entonces el ciudadano del Norte, como nosotros, tenemos un discurso
exitofrénico: "¿Pero aquello es el paraíso o es el infierno?". En realidad
la comunicación no sabe expresarse más que en términos de paraíso o de
infierno. Es incapaz de decir que en un país del Sur hay una vida normal,
con ciudadanos normales, que llevan una vida normal, igual que en el Norte,
la mayoría de las veces. Y solo sabe presentar ese exterior, ese extranjero
de manera extremadamente caricatural y enfrentada.

¿Cómo funciona la verdad?

Una tercera reflexión. ¿Cómo yo sé que una información es verdadera o falsa?
¿Cómo funciona el principio de verdad o falsedad en la información? Es algo
capital, evidentemente. Yo decía antes: "la información es una mercancía",
pero en realidad una información verdadera debería costar más caro que una
información falsa. Sin embargo, nunca sé si es verdadera o falsa. De hecho,
esta es una pregunta que nos planteamos constantemente. Por ejemplo, lo que
vemos de Afganistán, todos esos delincuentes, terroristas, monstruos que
llevan encadenados a Guantánamo, ¿son tan monstruos, sí o no? ¿Cómo sabemos
lo que es verdad? Y los ciudadanos, ¿cómo podemos verificarlo? Queremos
verificarlo y leemos la prensa, y en la prensa nos dicen lo mismo; entonces
pensamos que eso es la verdad.

Por ejemplo, en Afganistán, cuando iban a empezar las intervenciones para
preparar el terreno, para que todo el mundo estuviese convencido de que aquel
país había que bombardearlo porque ahí estaban los malos más malos del mundo,
leímos en la prensa que entre ese grupo Al Qaeda había muchos chechenos.
Esos grupos armados que habían cometido muchos crímenes en Chechenia estaban
en Afganistán, se estaban entrenando, había grupos de chechenos muy
numerosos, algunos con sus familias. Y nosotros nos dijimos, bueno, ¿es
posible que haya chechenos en Afganistán? Ya tienen bastante problema en
Chechenia ¿por qué se van a hacer la guerra en Afganistán? Entonces tratamos
de escuchar la radio, y la radio nos decía hay muchos chechenos en
Afganistán. Vimos la televisión y también la televisión nos dijo: aquello
está lleno de chechenos que ayudan a los talibanes y forman parte de Al
Qaeda, y bueno, pues, la verdad estaba establecida.

Y entonces, ¿cómo funciona la verdad? La verdad es cuando todos los medios
dicen que algo es verdad, eso es verdad... aunque sea mentira. Porque
nosotros descubrimos, ahora que van los periodistas, que en Afganistán no hay
chechenos, no ha habido un checheno, no han encontrado un checheno, en
Guantánamo no hay un checheno.

Es decir, aquí estamos viendo cómo funciona la verdad y la mentira. La
verdad es cuando todos los medios dicen que algo es verdad. Y ¿qué es la
mentira? Es cuando todos los medios dicen que algo es mentira... aunque sea
verdad, evidentemente.

El problema que tenemos nosotros cuando tratamos de hacer una información
diferente es que tenemos que hacer una contra-información. Es que hay que
llegar a decir -aunque todo el mundo haya dicho que hay chechenos- allí no
hay chechenos. Y la verdad no está del lado de lo cuantitativo, sino que
está del lado de lo cualitativo.

Por eso, mi tesis, como saben ustedes, es desarrollar una "Ecología de la
información". Nosotros, de la misma manera que hemos constatado que el medio
ambiente está contaminado, y que desde hace años, con muchos grupos
militantes, asociativos, se ha emprendido una reflexión sobre la
contaminación, la polución del medio ambiente, de la naturaleza; de la misma
manera tenemos que estar convencidos de que la información es un medio
totalmente contaminado, y que es indispensable crear grupos activos, como hay
un Greepeace para la ecología, pues tenemos que crear grupos que desarrollen
el principio de una Ecología de la información, para limpiarla de toda esa
ideología que trata de convencernos de que nuestra posición de sometidos, que
nuestra posición de domesticados, es la posición más confortable, para que
nunca tengamos la idea de sublevarnos, de rebelarnos y de protestar.

La contra-información

Una pequeña reflexión sobre la necesidad de la contra-información. ¿Cómo
puede funcionar una contra-información que se oponga a la información
dominante? Yo pienso que no es tan fácil como a veces lo pensamos. Pensamos
que basta con tener las buenas ideas para proponer una contra-información que
sea eficaz.

Internet nos ha dado instrumentos nuevos, en particular ha hecho que cada uno
de nosotros, con un mínimo de medios, pueda tener su propio sistema de
comunicación planetario. Internet nos ha permitido que grupos tan diversos,
como los que estamos aquí, hayamos tenido la posibilidad de establecer lazos,
coordinar, establecer una estrategia de reunión y de reflexión. Pero no es
la solución ideal en materia de contra-información.

Cuando ocurrió lo del 11 de septiembre, en Internet circularon cantidad de
informaciones que se pretendían contra-informaciones. Les recuerdo, por
ejemplo, una que tuvo mucho éxito. La CNN difundió unas imágenes rodadas en
Palestina donde se veían a grupos de palestinos celebrando el atentado. Y de
repente, por Internet circuló una información que decía: esas imágenes que
hemos visto en la televisión y que muestran a los palestinos haciendo una
fiesta, son imágenes de 1991, cuando Irak, con Sadam Hussein, lanzaba Skud
sobre Israel.

Pero esa información en Internet era falsa. Las imágenes que difundió la CNN
eran verdaderas. Efectivamente, un pequeño grupo de palestinos en una
pequeña localidad -no eran todos los palestinos puesto que vimos al
presidente Arafat dar su propia sangre para las víctimas americanas- sí se
manifestó y expresó su alegría. Lo que había que hacer era decir que se
trataba de un grupo de palestinos que se había manifestado, que eso no era la
prueba de que todos los palestinos se alegraban del atentado. Pero en
Internet circuló una contra-información muy precisa dando detalles, y en
particular en los grupos próximos a nosotros, circuló como "la verdad".

¿Qué estoy diciendo con esto? Estoy diciendo que la contra-información tiene
que ser muy rigurosa, porque si no es rigurosa, entonces caemos en una guerra
de mentiras: mentiras contra mentiras, y no avanzamos. La única manera de
destruir la mala información que circula en general por los medios de la
comunicación es defendiendo estrictamente la verdad. Con la verdad
venceremos.

Ignacio Ramonet, semiólogo catalán, es Director de Le Monde Diplomatique y
profesor de teoría de la comunicación audiovisual, Universidad Denis-Diderot
(París-VII).

* Comentarios formulados en la Conferencia: "Democratización de las
comunicaciones y de los media" que se realizó el 3 de febrero 2002, en el II
Foro Social Mundial.