Hacia una asamblea continental de movimientos y organizaciones sociales

2008-04-15 00:00:00

El VII Encuentro Hemisférico de Lucha Contra los TLCs y por la Integración de los Pueblos se clausuró en La Habana el pasado viernes 11 de abril, luego de discutir los contenidos de una Declaración y Plan de Acción, (http://www.movimientos.org/noalca/vii-encuentro/show_text.php3?key=12179). El Plan de Acción, entre otros elementos, contempla la continuidad de las luchas contra el libre comercio, incluyendo el nuevo escenario de los acuerdos de asociación en negociación con la Unión Europea, una campaña de solidaridad con Bolivia, y el llamado a una jornada continental para los derechos de los y las migrantes, el próximo 12 de octubre.

Se anunció, además, la apertura de consultas para la convocatoria a un primer encuentro hemisférico de movimientos y organizaciones sociales en lucha, en el curso del año 2009, para el cual nuevamente Cuba se aprestaría a ofrecer su solidaridad, y que de alguna forma tomaría el relevo de los siete Encuentros Hemisféricos de lucha contra el ALCA y los TLCs.

Haciendo un balance preliminar del evento, Lourdes Cervantes, de la OSPAAAL, presidenta del comité organizador del VII Encuentro, expresó en entrevista con ALAI que la contribución de éste "desde el punto de vista temático y por lo tanto político radica en haber fijado una agenda en la que se identifican cuales son los principales problemas y por lo tanto las principales prioridades de la lucha de los pueblos del continente, que ya no son más convocados bajo la gran consigna de la batalla contra el ALCA", el cual, opina Cervantes, ha sido definitivamente derrotado, pero ha sido sustituido por otros mecanismos de dominación de igual corte, "que son expresión de la misma práctica devastadora de carácter neoliberal".

Los hilos conductores temáticos de este Encuentro expresaron, según la directora política de la OSPAAAL: "las principales prioridades de carácter temático de las luchas de los pueblos de nuestro continente hoy". Primero, se abordó el diagnóstico de los instrumentos, las prácticas y las políticas de las cuales "se dotó el imperialismo para intentar sustituir al ALCA y mantener sus mecanismos de dominación de carácter económico, comercial, y financiero sobre el continente, que son los tratados bilaterales y regionales de libre comercio en sus diferentes manifestaciones". Segundo, el tema de la deuda, en tanto problema que se sigue profundizando. Y tercero: "la segunda tenaza a partir de la cual se complementa -e incluso en algunos momentos se modifica proporcionalmente a tono con lo que logran en el ámbito económico y comercial-, el tema de la militarización". Este último fue considerado en sus distintas manifestaciones, desde la presencia militar física tangible, -como las bases o enclaves militares-, hasta "esa escalada de la militarización muchas veces más sutil en instalaciones de otra naturaleza que tratan de encubrir en términos públicos su carácter militar y pasan por el incremento de la represión hasta de la protesta social y la criminalización de las luchas de los movimientos sociales".

Complementariamente a estos tres ejes, se abordaron dos temas más específicos pero particularmente graves en la coyuntura: la situación de depredación del medio ambiente y de los recursos naturales, por una parte, y por otra, la defensa de la soberanía alimentaria, particularmente frente a la conversión de los alimentos en agrocombustibles. Respecto a ésta última, Cervantes la calificó de práctica "que pone en peligro no solo el tema de los precios de los alimentos; no solo es un contrasentido absoluto en relación con el flagelo del hambre generalizada a nivel de todo el planeta que aún no se ha resuelto y que ahora se va a poner en una peor situación. Sino también refuerza la insostenibilidad del modelo de consumo y del modelo productivo".

A la vez que destacó la presencia de representantes jóvenes de los movimientos continentales, Cervantes considera que este encuentro ha servido para reafirmar la convicción de que no basta ser observadores estudiosos y entes o actores denunciantes de estas políticas, sino que "tenemos la responsabilidad histórica de construir alternativas" y que "ninguno de nosotros, representantes de los movimientos sociales y populares, tiene la posibilidad de enfrentar solos tamaños desafíos. Por lo tanto, el Encuentro tiene el saldo positivo de reafirmar la importancia de la unidad, de la articulación". También permitió constatar "la inminencia de actuar en el presente", pues "es tan grave la amenaza para la sobrevivencia de la población de todo el mundo dependiente y subdesarrollado, que no podemos esperar hasta mañana".

Como perspectivas, Lourdes Cervantes opina que "nos tenemos que dotar de una calidad superior a nuestra articulación continental. Esa articulación puede conducir a que seamos capaces de construir -y creo que estamos en las mejores condiciones de hacerlo- una gran asamblea de organizaciones y movimientos sociales del continente que pueda agendar y accionar sobre los temas más acuciantes y las prioridades de trabajo y de lucha que tenemos en las Américas". Esta asamblea permitiría abarcar "todas las preocupaciones, todos los temas, o, por lo meno, aquellos que son esenciales, para que podamos encaminar las posibilidades transformadoras para que nuestros movimientos puedan tener un impacto transformador sobre la realidad de esos países para que nuestros movimientos puedan aportar a esta nueva hora política que vive América Latina y el Caribe".