Conciencia, actores y nuevo sujeto histórico

2006-04-13 00:00:00

El destacado intelectual y luchador político belga, François Houtart, ofreció una conferencia magistral sobre los movimientos sociales y la construcción de un nuevo sujeto histórico, como parte de la jornada inaugural del V Encuentro de Lucha Hemisférica Contra el ALCA y el libre comercio, que se celebra en La Habana, Cuba.

Houtart señaló que a lo largo de la historia ha existido una multiplicidad de sujetos históricos, generados por las distintas condiciones, contextos y procesos de las formaciones económico-sociales por las que ha atravesado el desarrollo de la sociedad humana.

El también fundador de la revista Alternatives Sud, enfatizó el lugar de los sujetos históricos en las diferentes etapas que tipifican el capitalismo y reseñó el origen, características y evolución de la clase obrera dentro del sistema. A partir de este análisis abordó uno de los tres ejes de su presentación: “¿por qué un nuevo sujeto histórico?”

En la lógica de su exposición, Houtart planteó que el capitalismo, al ampliar el uso de las tecnologías, amplió también las bases materiales de su reproducción y, por ende, el sujeto político dentro del sistema. Las condiciones en las que se realiza la expansión del capital en la actualidad, apuntó, atacan directamente los marcos del contrato social al interior del sistema, así como el desarrollo nacional sobre la base de una doble ofensiva: el trabajo y el Estado.

Como resultado de este proceso, todos los grupos humanos están subsumidos por la Ley del valor. Cada vez se verifica con mayor fuerza que la dualidad creadora y destructiva, inherente al capitalismo, se inclina poderosamente por la segunda opción, con visibles costos para la naturaleza y la humanidad.

Para el sociólogo belga esta situación tiene su correlato en la institucionalidad y el carácter de imperio que se manifiesta en las prácticas políticas de los Estados Unidos y Europa. En dichas prácticas median instituciones políticas y financieras de alcance global, en las que estas potencias ejercen su poder. Este hecho se complementa con el uso del terror para enfrentar las resistencias variadas y múltiples que acontecen a nivel mundial.

Pero la dominación imperial no carece de debilidad porque, según Houtart, tropieza con crecientes desastres naturales y con el aumento de la resistencia de la opinión pública, lo que genera las condiciones para el surgimiento de un nuevo sujeto histórico que será plural y diverso, multipolar atendiendo a continentes y regiones, y en el que la democracia se contempla como fin y proceso.

La variedad de actores implica la creación de una subjetividad que incluya a los excluidos y que debe conducir a la asimilación de la humanidad como sujeto en sí. La exigencia más determinante para el resultado final es que este sujeto histórico sea capaz de actuar sobre la realidad.

En este proceso de conformación del nuevo sujeto histórico los movimientos sociales adquieren un sentido de historicidad, porque reconocen una visión de adversario, y porque se destaca que los movimientos son algo más que una revuelta. Los movimientos sociales cuentan con objetivos y se ven abocados a un proceso de institucionalización en el que definirán los roles y la propia reproducción del nuevo sujeto histórico.

Para Houtart, los movimientos sociales tienen una doble dimensión en sus retos: la crítica interna y la capacidad de avizorar los nuevos desafíos. Además, deben rescatar los retos de la sociedad civil, sin caer en las trampas semánticas funcionales a la dominación del capital. Un elemento a tener en cuenta es que los movimientos sociales busquen sus vínculos en el campo político y que partan del principio de que cambiar la sociedad sin organización y sin ejercer el poder es ilusorio.

El tercer eje del análisis de François Houtart en su conferencia fue “cómo construir el nuevo sujeto histórico”. Para ello, planteó como punto esencial elevar una consciencia colectiva con el desarrollo de criterios analíticos nuevos, en relación con el desarrollo de una ética como proceso de construcción colectiva permanente. En esta lógica, se ha desarrollado un grado de consciencia colectiva de los movimientos sociales que resulta vital para el nuevo sujeto histórico.

Como segundo elemento, se encuentra la necesidad de incrementar la movilización a partir de la motivación desde el aspecto subjetivo, y que se produzca la nueva cultura como fin y medio en los que el proceso racional y emotivo tributen a una espiritualidad y una ética para la recreación del sujeto histórico.

El desafío reside en la construcción de estrategias colectivas para lograr el nivel de la utopía como base de la ilusión. La visión de largo aliento, que implica un proceso largo y complejo de creación de un nuevo modo de producción, tiene en el socialismo un referente. Pero también se debe tener en cuenta las estrategias a corto y mediano plazo, lo que implica la posibilidad de alianzas coyunturales, y la construcción del carácter colectivo de las alternativas, las estrategias, la consciencia y los actores.

Como último desafío, el profesor belga planteó la necesidad de victorias parciales –desde las que se asuma el triunfo como algo posible-- que oxigenen y brinden nuevas posibilidades a los movimientos sociales con el fin de reactivar a los actores que anunciarán el amanecer del nuevo sujeto histórico.