Boletín Internacional
Costa Rica: Reprobados Oscar Arias y su gobierno en el primer año
Quienes conocen de cerca al Presidente Arias, saben que su sobredimensionado ego y obsesión compulsiva por su imagen lo hacen sumamente sensible a los resultados de las encuestas de opinión, particularmente de aquellas donde se pide a los entrevistados evaluar su desempeño como político y ahora como gobernante al final de su primer año de gobierno.
En efecto, se hallaba Arias autoalabando en estos días su gestión de primer año junto a sus corifeos, cuando le llegaron dos informes contundentes que le aguaron la fiesta y deben haberlo sumido en una profunda depresión o verdadera desestabilización psicológica, lo que sin duda como es costumbre irradió a su equipo y debe haber provocado fuertes reproches dirigidos especialmente a los manipuladores de opinión de Casa Presidencial.
El primer informe reciente es del Instituto de Estudios Sociales y de Población (Idespo) de la Universidad Nacional, donde se da cuenta de que, en una muestra de 600 entrevistados telefónicos y aplicando una escala de
notas de o a 10, Arias obtuvo un bajo 6,54 debido a que un 44% de los encuestados le asignó calificaciones por debajo de 7. Algo que Arias no esperaba, pues dice de sí mismo que es el estupendo y supremo “capitán” de la nave de un gobierno que pretende hacer de Costa Rica el “primer país desarrollado de Latinoamérica” y que no hay en el país nadie como él para cumplir este designio.
Las críticas que más sobresalieron en la encuesta fueron que Arias ha incumplido promesas, muestra baja capacidad de gobierno y negociación, no tiene realizaciones o solo unas pocas irrelevantes, y sobre todo pesó el irrestricto apoyo de Arias y su gabinete al TLC con EE.UU. y a su agenda de implementación, lo cual le ha restado apoyo interno, aunque le ha ganado el respaldo abierto del Embajador Langdale y de la Casa Blanca.
Estamos ahora, entonces, ante un frustrado “capitán” mal evaluado por la tripulación, la que pasó de tener esperanza y confianza en su conducción –un 82% así lo expresaba al inicio de su gestión según el Idespo-, a llenarse de pesimismo e incertidumbre, dado lo que revelan ésta y otras mediciones del clima nacional de opinión. Por eso declaró la directora del Instituto Irma Sandoval: “lo de que toda escoba nueva barre bien” quedó en el 2006.”
El segundo informe proviene de una investigación de la firma ecuatoriana Cedatos-Gallup sobre índices de popularidad de varios presidentes del continente, elaborados este mes a partir de un balance de opiniones favorables y desfavorables sobre sus personas y gestión de gobierno.
En este barómetro de popularidad Arias quedó entre los menos destacados, con una aprobación popular de solo un 39% cercana a la de Nicanor Duarte en Paraguay (33%) y a la más baja de todas (27%), que fue recibida por George W. Bush de Estados Unidos. Mientras que otros mandatarios –varios de ellos atacados por Arias directamente en varias ocasiones por su gestión presidencial- recibieron muy positivas o aceptables evaluaciones, entre ellos Rafael Correa del Ecuador (76%), Evo Morales de Bolivia (64%), Daniel Ortega de Nicaragua (61%), Nestor Kirchner de Argentina (57%), Luis I. Lula de Brasil (53) y Hugo Chávez de Venezuela (41%).
Hay algo más que debe haber irritado a Arias, y es que, refiriéndose a los presidentes que se ubicaron por debajo del 40%, el vocero de la firma ecuatoriana manifiesta: “para estos mandatarios, con una popularidad menor a la promedio de la región, la división de criterios existente en la población refleja la fragilidad de su imagen, debido a los vaivenes políticos internos de sus países. En otros casos, se observa la necesidad de que los gobernantes sintonicen de mejor manera con sus gobernados, como es el caso de Oscar Arias en Costa Rica.”
Ahora sí van a tener que correr los encuestadores y manipuladores de opinión de la maquinaria de propaganda local e internacional que Arias mantiene a su servicio personal en las oficinas de la presidencia pagada con fondos públicos. Pues tendrán que ingeniárselas para remediar este descalabro que se asoma en las encuestas y, sobre todo, prepararse para las próximas semanas, conforme se aproxime el mes de setiembre y se fije la fecha definitiva para la celebración del referéndum convocado para decidir si los ciudadanos aprueban o rechazan el TLC con EE.UU. que Arias ha promovido como la razón de ser de su ascenso al poder.