Forzado a dar a conocer mi posición frente a las manifestaciones que a la fecha se han dado contra el Tratado de Libre Comercio, tomando en cuenta que como candidato presidencial en las elecciones pasadas, abundé en explicaciones sustentadas y que cada día cobran más fuerza.

No obstante, recuerdo que el 8 de mayo próximo pasado, recién llegando a Costa Rica, encontré la primera manifestación de fuerza que se hacía sobre el asunto, por lo que no escatimé esfuerzo para presentarme a dicha manifestación. Escuché en dicha ocasión que se comentaba que el candidato no estaba de acuerdo, pero que el diputado por nuestro partido ya había ofrecido su voto a favor del Tratado; por lo que tuve que intervenir y decir que nuestro partido no había obtenido ningún escaño en la Asamblea. A posteriori en octubre pasado, al marchar nuevamente en dicha manifestación, escuché el mismo comentario y en la del 26 de febrero, lo mismo sucedió.

Al apreciable pueblo de Costa Rica y en particular al evangélico nacional, cual me dio el apoyo y convirtió a Renovación Costarricense en una fuerza política de consideración, siendo que de los partidos mal llamados minoritarios, fue el que obtuvo más votos para Presidente. De allí que debo decirle a quienes me honraron con su voto; que mi lucha sigue siendo contra quienes nos han metido en el inconveniente modelo neoliberal, el cual durante dos décadas solo ha favorecido a unos pocos, sobre todo hoy que sin duda alguna sabemos de los intereses personalistas de políticos y otros, tratando de que dicho tratado sea aprobado lo más pronto posible.

Insto a todos los ex candidatos que nos manifestamos en contra de dicho Tratado, a que formemos un frente de apoyo al ya existente.

Algunos pueblos hermanos, cansados de que los políticos se burlen del pueblo, han optado por apoyar a la izquierda, sin embargo los resultados son contundentes, sin solución a los graves problemas. Sigamos luchando por nuestra democracia y corrigiendo pequeños errores de la misma. Es necesario exigir explicaciones sobre los problemas con la venta de visas a extranjeros, el menosprecio a los docentes, la inseguridad ciudadana, la ineficacia en el sistema de salud y otros.

La Prensa Libre, 12 de marzo de 2007