Cómo confeccionar un reglamento a la medida del TLC?
Primero: Debe usted construir una mayoría de 38 diputados. Para este fin no es necesario convencer con elaborados argumentos ni elocuentes discursos; basta con prometer la convocatoria de algún proyecto de ley solicitado por un potencial compañero de mayoría. Eso sí, el proyecto debe garantizarle popularidad al potencial voto 38, es decir debe aparecer en la foto, entrevistas, radio y televisión.
Pero si al voto 38 no le interesa legislar para su propia popularidad, o como dice la frase de cotidiano uso en el mundillo parlamentario: \"legislar para el pueblo\", quizás se requiera persuadir con un detalle más mundano pero igualmente efectivo: un tiquete de avión.
Segundo: Convenza a la ciudadanía de que los diputados que están fuera del círculo, o de los 38 votos, solo quieren entrabar la asamblea. Usted necesitará la colaboración de la prensa mentirosilla, esa prensa que le hará donaciones \"desinteresadas\" en campaña y con quien usted se debe comprometer. Una vez presidente, puede pedir a estos medios que \"invisibilicen\" las buenas obras de los partidos que están fuera de la mayoría mecánica y maximicen sus debilidades. Y después de días de repetir y repetir que ese partido opositor solo obstaculiza, bueno, la gente se lo termina creyendo. De todos modos lo único malo de las argollas es no estar en ellas, ¿cierto?
Tercero: Debe su recién nacido gobierno demostrarle al pueblo que sí se están haciendo las cosas, \"obras son amores\": desde la malla del gimnasio hasta la construcción de puentes subterráneos; desde nombrar como profesores a los amigos que más ayudaron en campaña hasta dar bonos de vivienda a lo loco y, claro, recoger varias toneladas de cocaína. Otra vez se necesitará la manita de la prensa anunciando con bombos y platillos cada uno de estos logros. Si el gobierno \"trabaja\" puede tomar cualquier decisión que su pueblo lo respaldará… hasta que no lo haga, pero eso es enano de otro artículo.
Cuarto: Siga con la cantaleta de que la Asamblea Legislativa es un estorbo, que lo único que consigue es entrabar y enredar los asuntos nacionales. Una vez vendida esta idea, usted podrá dirigir el país a punta de decretos, de por sí, es más eficiente la asamblea de la India que la de Costa Rica… No le preocupe que el modelo democrático se desmejore, usted es quien gobierna, y usted es un tipo muy bueno.
Quinto: A estas alturas usted puede concluir que la Asamblea necesita reformar el reglamento para darle mayor agilidad y eficiencia; tampoco necesitará una exposición de motivos muy elaborada. Por ningún motivo permita que se descubra la verdad: que la reforma del reglamento solo interesa para aprobar el TLC y que eso de la agilidad al trámite legislativo es puro cuento. Mantenga su criterio de que la Asamblea necesita caminar y que por eso, en un mes se debe aprobar esta reforma. Si por alguna razón en su construcción de los 38 votos existe algún partido que se dedicó el periodo pasado a secuestrar la Asamblea Legislativa, permita que eso sirva de ejemplo para corregir su camino; demuestre que al aprobar esa reforma se está \"pagando un karma\" y pobres de los que no decidan seguir ese derrotero; pero eso sí, es importantísimo que quede claro como el canto de un gallo, que esta vez la reforma no es para aprobar impuestos, porque si no, se caen los 38 y el cuento de la agilización de trámites se va para el carajo.
Sexto: Usted como presidente ganador, representante de los intereses de los poderosos de la argolla, debe salir diciendo que está aburrido de ese \"temita\" del TLC, que ya, que no sean necios, que lo aprueben. Esta, señor, es la estocada final.
Sétimo: Por último, pídale a Dios que la Sala Constitucional no le encuentre ningún problemita como violación a los derechos de las minorías o falta de plazos razonables o violación al principio de contradictorio o de enmienda, o que por favor no se alegue falta del debate reposado. Pero bueno, son principios constitucionales, qué sabe la sala de la premura que tiene el ejecutivo por su agenda. En todo caso el TLC bien vale el intento.
* Andrea Morales Díaz, Diputada