Breve crónica sobre el inicio del entierro del TLC
Ocurrió el día martes de 12 de diciembre, después de más de 6 horas de otra maratónica sesión de la Comisión de Internacionales de la Asamblea Legislativa, convocada por la "mayoría mecánica" para aprobar a sangre y fuego el TLC.
Eran las 11:30 de la noche. Faltaban por discutirse más de 200 cláusulas de interpretación presentadas al proyecto de aprobación del Tratado. La nueva constitución de 5 tomos, 22 capítulos, 3000 confusas páginas negociadas en inglés y alrededor de 20 leyes incorporadas, que Mr. Bush y sus capataces locales proponen para Costa Rica. Las mociones habían sido propuestas por varios diputados de casi todos los partidos políticos representados en la Asamblea, en el ejercicio de sus derechos constitucionales como representantes del pueblo.
De pronto, la Presidenta de la Comisión anunció: "todas las mociones pendientes han sido rechazadas". ¿Cuándo se discutieron? ¿Quién las votó? Todavía no sabemos. Tampoco sabemos como quedó la votación que condujo a ese rechazo. ¿Dónde se dio? ¿Quién participó? ¿Se rechazaron solas?
Definitivamente la alquimia constitucional a la que ya nos tiene acostumbrados el consorcio Arias parece no tener límites. Algunos sospechan que estas prodigiosas artes legislativas fueron influenciadas por el famoso "milagro" chileno que desde hace ya 20 años y últimamente con más fuerza inspira las ideas y alimenta las billeteras de nuestra moderna clase política. Tal vez, la única forma de transferencia de tecnología que el TLC promoverá, porque la de las trasnacionales hacia las comunidades locales la prohíbe.
A otros el exabrupto simplemente nos recordó a un tal Vargas Pagán.
Lo que sí resulta innegable es que el recuerdo del impune Pinochet estaba presente en los rostros de los cientos de antimotines que armados con escudos, macanas y bombas lacrimógenas se defendían de los farolitos y los cánticos del pueblo que hacía vigilia en las afueras de su casa para que el neoliberalismo no sea elevado a rango de norma supralegal en Costa Rica. Fuentes no confirmadas incluso hablan de algunos policías heridos, brutalmente agredidos a punta de patrióticas costarricenses e himnos a Juan Santamaría.
Eso sí, algunos diputados no tienen ese problema. Sus oídos están inmunizados frente a este tipo de armas de destrucción masiva.
El trámite fue fugaz. Como la liquidación del Banco Anglo. Es posible que hasta haya superado el tiempo promedio de aprobación de un CAT para los nuevos ricos, esos que hoy financian al grupo "Por mis Negocios".
Algunos diputados de oposición afectados pedían la palabra para ejercer su derecho de apelación de las actuaciones de la Presidencia. Otros solicitaban hablar por el fondo sobre el Tratado o al menos por el orden, como también es su derecho. Los demás todavía no entendían lo que sucedía. Todas las peticiones de la palabra fueron ignoradas, pisoteadas.
Acto seguido la Presidenta anunció que el proyecto estaba "aprobado". Mientras, los diputados de la mayoría mecánica se levantaban de sus sillas y huían por las puertas traseras del Parlamento. Un caótico escape que de seguro debió haberse parecido al de los mercenarios de Walker una vez derrotados por el ejército centroamericano. Debo admitir que esta analogía finalmente me permitió comprender el significado de "filibusterimo parlamentario".
Algunos incautos pensamos que no se había producido votación alguna. El Reglamento de la Asamblea es muy claro al decir que quién preside un órgano legislativo debe preguntar primero si un asunto está "suficientemente discutido" y esperar la respuesta de los diputados, antes de someterlo a votación. Nada de esto ocurrió.
Dichosamente la tecnología digital nos permitió superar la confusión. Una fotografía de alta velocidad hizo posible que el ojo humano captara a los diputados del PLN-ML-PUSC levantar una mano mientras con la otra recogían sus pertenencias para iniciar la fuga.
El resultado final es un sistema democrático cada vez más vilipendiado, pues no queda claro para que pedirle al pueblo que vote si las propuestas de sus representantes -cuando no son las del Gobierno- pueden ser desechadas con solo tocar una campanilla. Capítulos enteros del TLC como los de seguros, telecomunicaciones y propiedad intelectual sobre los que no se pudo conocer una sola moción ni se permitió debate alguno. Discusión por el fondo atropellada, forzada. Un Gobierno autista, que pretende escribir en las tablas de Moisés un modelo que lo único que chorrea en América Latina es pobres. Y que va para el suelo.
Es que muy a pesar de todo, los que se dieron a la fuga, hoy tampoco celebran. Algo grande se mueve en Costa Rica. Quienes están decididos a decir basta brotan y se multiplican desde todos los rincones del territorio nacional. En el fondo los promotores del Tratado de Bush lo saben. Saben que tanta arbitrariedad solo puede ser presagio de su entierro. En el Parlamento y en las calles.
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