El pueblo manifestó rotundo rechazo al TLC

2006-11-01 00:00:00

Intervención del Diputado José Merino en la sesión plenaria del miércoles 25 de octubre de 2006, a propósito de las jornadas de protesta contra el TLC

El lunes y martes, nuestro país vivió una serie de protestas sociales en contra del Tratado de libre comercio. Exceptuando algún episodio aislado, como es inevitable en manifestaciones donde participan decenas de miles de personas, y en todo el territorio nacional, fueron dos jornadas extraordinarias de civismo, de conciencia democrática de un amplio sector de nuestra sociedad, de amplia y diversa participación de jóvenes, de maestros, de agricultores, de profesionales, de diversos sectores de empleados públicos, de pequeños y medianos empresarios, de amas de casa. Un pueblo que es visto con envidia desde otros lugares de Centroamérica, donde, por la falta de educación y de posibilidades de manifestarse democráticamente, han visto como les han impuesto, de la noche a la mañana, tratados de libre comercio orientados a empobrecer más a esos países.

Nuestro pueblo salió, con los derechos que le da la Constitución Política de la República, a manifestar su rotundo rechazo a un tratado que cree que empobrece más a las mayorías y que fue negociado antidemocráticamente a espaldas de la sociedad costarricense. Salió a la calle incluso, a pesar de los chantajes y amenazas dirigidos desde diversos estamentos del poder político y económico, que trataron de desestimular la participación, creyendo que los trabajadores, por temor a perder un salario, iban a quedarse temerosamente en sus casas.

Temerariamente el Gobierno de la República acusó a los manifestantes de haber provocado hasta la muerte de una joven, fallecida en Siquirres. Temeraria e irresponsablemente, porque la misma Cruz Roja aclaró que, en ningún momento, se debió a las protestas el fallecimiento de esa jovencita, que todos lamentamos. La Cruz Roja dijo que no encontró ningún problema para llegar a su destino, y que esa joven había sufrido un ataque epiléptico en la orilla del río Silencio, cayó al agua, y cuando fue rescatada estaba ya muy mal, y murió antes de llegar al retén.

Igualmente que un grupo de encapuchados se infiltre en una marcha, y hasta se preocupen de enseñar a los medios de comunicación determinadas botellas, que presuntamente contenían gasolina, es muy sospechoso, porque realmente en una marcha democrática, como la de ayer, nadie necesitaba ir encapuchado, a no ser que estén jugando a tonterías o que sean algunos infiltrados que quieren desvirtuar el carácter cívico de esta gran protesta democrática de nuestro pueblo.

Como diputado de la República, de nuevo, me siento muy orgulloso de haber participado en esa manifestación, y es un tremendo error de un Parlamento democrático, creer que la democracia se acaba después de que un ciudadano deposita, durante tres minutos, su voto a las urnas y se va para su casa, hasta dentro de cuatro años. La democracia exige tomarle el pulso permanentemente a lo que ocurre en nuestra sociedad. Aquí no se trata de saber cuántos, si fueron muchos o fueron pocos, lo importante es que hay un importante sector de nuestra sociedad que manifiesta un rechazo rotundo e informado a un proyecto que se está discutiendo en la Asamblea Legislativa.

Visite:http://www.costaricadicenotlc.blogspot.com/ - http://www.frenteamplio.org