Firma del TLC con EE.UU. llevaría a Costa Rica a transformarse en una colonia
Sr. Presidente de la República de Costa Rica.
Dr. Oscar Arias
Reciba el fraterno saludo de Paz y Bien
Al dirigirle la presente carta a usted y el pueblo costarricense, como a los parlamentarios, lo hago como hermano latinoamericano que quiere y siente a ese querido pueblo como propio, y también como colega ya que ambos hemos sido distinguidos con el Premio Nóbel de la Paz, reconocimiento que nos fortalece al servicio de nuestros pueblos y el mundo para aportar a los caminos de la solidaridad y fortalecer el derecho de los pueblos a la construcción de una humanidad más justa y fraterna para todos.
Costa Rica ha dado testimonio de ser un país libre y soberano, defensor de los derechos humanos al disolver el ejército y fortalecer la participación ciudadana; valores que deben ser preservados y fortalecidos.
Sin embargo hay preocupaciones que hacen a la situación de llevar al país a la firma del TLC con los Estados Unidos de Norteamérica. Tanto usted como los legisladores saben que esos acuerdos de “libre comercio” no tienen absolutamente nada; la dependencia será total, como usted bien sabe, las grandes potencias son los que imponen los precios y condicionan la vida y desarrollo de los pueblos.
Es necesario recordar y tener presente los subsidios agrícolas a los productores de los EE.UU. , la asimetría y desigualdad son enormes, el beneficio de unos será a costa del hambre y miseria del pueblo costarricense.
Es necesario generar los espacios de participación y comercialización con los EE.UU., son importantes y necesarios, pero sin perder la soberanía y el derecho del pueblo.
La firma del TLC con los EE.UU. llevaría a Costa Rica a transformarse en una colonia norteamericana; agregar una estrellita más a su bandera.
El fracaso de los EE.UU. de implantar a nivel continental en el 2005 el TLC, es una muestra clara y contundente que hay pueblos que no claudican que resisten a las fuertes presiones y que tienen el coraje defender sus derechos.
Otros lamentablemente han claudicado y hipotecado la vida de sus pueblos, traicionando su libertad y autonomía. Han privilegiado el capital financiero, sobre el capital humano y sometido a sus pueblos a la dependencia.
Frente a estos desafíos cabe preguntarse que quiere el pueblo costarricense.
¿Si se ha efectuado una consulta al pueblo para que pueda democráticamente decidir sobre su presente y su futuro?
Permítame decirle Señor Presidente; estoy seguro que la mayoría del pueblo de Costa Rica no quiere ser colonia y perder sus derechos soberanos, su identidad y valores.
Estamos frente a grandes desafíos en nuestros países y en el mundo. La dinámica y vida de los pueblos es permanente y es necesario buscar los caminos de integración con los pueblos latinoamericanos.
Tener voz propia y posibilidades de crecimiento y desarrollo integral, como son educación, salud, vivienda y trabajo en un Estado libre y soberano, con la vigencia de los derechos humanos desde su integridad en la construcción democrática.
Los legisladores tienen que tener conciencia y valores para defender esos derechos y no claudicar frente a las presiones y aceptar lo inaceptable. El pueblo les reclamará por sus actos.
Otro de los temas preocupantes es la creciente militarización de las fuerzas policiales y la represión. Es necesario recordar que la función policial es importante y valiosa en toda sociedad; en sus orígenes se formaron como fuerzas de prevención y seguridad social, acompañar a los ciudadanos y ciudadanas en el fortalecimiento y vigencia de los derechos de las personas y el pueblo.
Sr. Presidente tome mis palabras como un aporte solidario de un hermano que desea lo mejor para el pueblo de Costa Rica y cada Pueblo del continente latinoamericano o como preferimos muchos llamar ABYA YALA, el “Continente de la tierra fecunda”.
Fraternalmente
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nóbel de la Paz 1980
Presidente Internacional SERPAJ -AL
Buenos Aires, 22 de octubre del 2006