Colombia: El diablo haciendo hostias
El miércoles 27 de septiembre, en un foro en la Biblioteca Luis Ángel Arango, el expresidente César Gaviria quien fue calificado por el diario El Tiempo como el padre del neoliberalismo en Colombia, hizo fuertes críticas al TLC con Estados Unidos, señaló que se había equivocado con la apertura económica de los noventa y que la experiencia mexicana con el TLC había sido negativa. A los pocos días aclaró sus opiniones explicando que en general la apertura fue acertada, que el error fue atribuirle más mérito del que tenía y sobre el TLC dijo que habría ganadores y perdedores, que se estaba sobrevendiendo el tratado como remedio para todos los males y que era necesario mirar la agenda interna.
Hace meses fue publicado el texto del TLC y durante las elecciones presidenciales pasadas el partido liberal tuvo una posición ambigua sobre este tratado, sin que hasta el momento se haya adoptado una posición oficial. De todas maneras el hecho de que el más radical defensor del libre comercio en los noventa, le encuentre reparos al mismo, evidencia que tan malo es. A quienes en el pasado alertaron sobre el peligro de la apertura y fueron satanizados como conservadores y propugnar por el aislamiento del país, hoy Gaviria les tiene que reconocer la razón. Mañana puede suceder esto con Uribe, gobernantes que se equivocan a costa de la ruina del pueblo y de la producción y después no pasa nada.
Gaviria, experto en estos temas no condenó el tratado sino pidió cuidado con la agenda interna y alertó sobre la creación de falsas expectativas. Con ello esta pavimentando el camino para que el partido liberal vote afirmativamente el texto y se limite en el mejor de los casos regatear. Si son tantas las dudas, tan negativo el posible impacto y la experiencia internacional tan negativa, debería haber un rechazo contundente en el Congreso.
Aunque cualquier reparo al TLC engrosa la lista de desventajas y fortalece la posición de los críticos, la actitud del gobierno es, después de haber entregado todo en el texto, hacerlo digerible para ciertos sectores con el planteamiento de una agenda interna para la cual no hay recursos. En este sentido Gaviria, más que el jefe de la oposición, se comporta como el que facilitará la aprobación en el Congreso, a menos que los afectados y damnificados con el TLC presionen a los parlamentarios.
Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el ALCA, Recalca
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Bogotá, octubre 3 de 2006