Con el TLC: Importaremos carne con la enfermedad de las vacas locas
El gobierno ha anunciado por lo menos en tres oportunidades el pleno acuerdo con Estados Unidos sobre los textos del TLC. La primera fue en febrero 27, posteriormente en julio 7 y finalmente a comienzos de agosto. A pesar de esto el gobierno de Estados Unidos no ha entregado a su Congreso el texto para que empiecen a correr los 90 días que, según la legislación de ese país el tratado debe estar en estudio en dicha corporación.
El ministro Botero manifestó su inmensa preocupación; el presidente Uribe se quejó de que Bush no hubiera remitido el texto al Congreso y entre los dos elaboraron la “audaz” estrategia de aprovechar la visita de Carlos Gutiérrez, Secretario de Comercio de EEUU a la posesión de Uribe para exponerle la preocupación. Llegó, le manifestaron las inquietudes, el funcionario no se dio por aludido y quedaron nuevamente desconcertados pues se sabe que en el mejor de los casos el trámite en el Congreso de EEUU demorará por lo menos hasta el año entrante y que incluso puede ser rechazado por los parlamentarios estadounidenses.
Después de los afanes, las trasnochadas y las urgencias. Después de cumplir al milímetro cada uno de los plazos que EEUU puso para llegar a un acuerdo y que fueron usados por la potencia como instrumento de presión, ahora resulta que Estados Unidos se la está tomando con calma, no ha entregado el texto para iniciar el trámite e incluso arriesga que si los demócratas recuperan el control de la Cámara de Representantes el TLC no se apruebe o se demore muchísimo más.
La realidad es que Estados Unidos aprovecha todas las etapas de “negociación” para obtener ventajas y como saben muy bien que Uribe está desesperado por el TLC, aprovechan a arrancarle una y otra cosa.
En realidad el problema reciente es la carne. Hay una ofensiva de la Asociación Nacional de Ganaderos (NCBA por sus siglas en inglés) la cual ha expresado que ante el hecho de que EEUU va a iniciar una negociación con Corea del Sur y son muy importantes las exportaciones de carne a ese país, es necesario obligar a Colombia a aceptar las exportaciones de ganado con más de 30 meses, así este ganado sea posible portador de la enfermedad de las vacas locas. Es importante anotar que Estados Unidos no acepta este tipo de importaciones por ejemplo desde Canadá.
Esta exigencia norteamericana está clara desde el primer día de las negociaciones y Colombia la aceptó al no dejar una expresa constancia de que no la aceptaría, al comprometerse a liberar las importaciones de carne. Posteriormente el gobierno quiso introducir una restricción y declaró a los medios que esta era una discusión técnica y que Colombia tenía sólidos argumentos científicos, que entregó a Estados Unidos y sobre los cuales estaban esperando respuesta y que en todo caso y faltando a la verdad, que el tema no forma parte del tratado.
Lo cierto es que dado el estrecho margen con que han sido aprobados los últimos TLC en el Congreso de Estados Unidos y encontrándose a las puertas de una nueva elección, el congreso norteamericano es particularmente vulnerable a la presión de los grupos empresariales, grupos que además aportan jugosos recursos a las campañas de los congresistas. Por otra parte, como el gobierno de Bush sabe que no presentará pronto el TLC a consideración del Congreso, aprovecha el tiempo para obtener nuevas ventajas.
Aunque EEUU argumenta que cumple los estándares sanitarios internacionales, la presión ejercida sobre el gobierno colombiano refleja nuevamente su actitud prepotente, pues por ejemplo, en el caso de Japón muestra un comportamiento diferente ya que este país había suspendido en enero de 2006 las importaciones de carne de ganado de 20 meses y menos debido a que encontraron embarques que no cumplían los requisitos sanitarios y detuvieron en 2003 exportaciones norteamericanas que representaron mil cuatrocientos millones de dólares. EEUU para reanudar el comercio aceptó restricciones japonesas para ganado de más de 20 meses.
Aunque la exportación de carne de ganado de más de 30 meses ocupan una pequeña parte de las exportaciones norteamericanas de carne (15%), un creciente número de países ha cerrado su mercado a la carne estadounidense desde que se descubrió un brote de las vacas locas en diciembre de 2003.
Estados Unidos aprovecha la debilidad de Uribe que tiene que sufrir el anunció de recortes en los dineros destinados al Plan Colombia y cuestionamientos al proceso con los paramilitares y en estas condiciones tiene menos capacidad y lamentablemente deseos de mantener algún asomo de dignidad.
Al lado de las concesiones ya hechas, este tema parece minúsculo, pero ejemplifica el tipo de presiones que seguirá ejerciendo Estados Unidos y la actitud que caracteriza al gobierno Colombiano a menos que la población colombiana entienda la magnitud de la ignominia y detenga el trámite del TLC.
Bogotá, agosto 16 de 2006
Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el ALCA, Recalca
Página web: www.recalca.org.co
Correo electrónico: recalca@etb.net.co