Inaceptable, abominable
Al momento de redactar este pronunciamiento, la movilización indígena del Cauca, que comenzó el pasado lunes, continúa ocupando la carretera panamericana. La respuesta violenta de la policía ya ha ocasionado la muerte de un compañero indígena y más de setenta heridos. Pero no conforme con esto, el gobierno departamental y el gobierno nacional, por boca del Ministro del Interior y el propio Vicepresidente no han hallado mejor respuesta que señalar la protesta indígena como una acción del las FARC. Ante esta ridícula e infame acusación, el pueblo colombiano debe expresar un rechazo contundente, exigir el cese de la represión y una negociación inmediata.
Lo primero que debe quedar en claro es que la movilización indígena forma parte de la jornada nacional de protesta del lunes contra el TLC y por la soberanía y la dignidad nacionales. Además de los pueblos indígenas, miles de campesinos de todo el país y trabajadores de las principales ciudades, incluyendo Bogotá, hicieron sentir su protesta. Otra cosa es que los medios de comunicación, como es su costumbre, hayan ocultado o minimizado la jornada popular. No se trata, pues, de una acción exclusivamente indígena aunque, naturalmente, ellos estén expresando además sus propias reivindicaciones que tienen que ver con el reclamo de las tierras que desde hace más de veinte años les han prometido y con la exigencia de que cesen las fumigaciones que bastantes daños ya han hecho en sus cultivos, sus animales, sus viviendas y en su propia salud.
Como si fuera poco, es claro que la protesta indígena contra el TLC no es nueva. Saben perfectamente que semejante tratado va a afectar sus territorios ancestrales, su cultura y su autonomía, en un verdadero atentado contra la vida. El año pasado ya habían hecho consultas indígenas en las cuales se había expresado libremente un abrumador rechazo al TLC. Como en otros casos, el gobierno desestimó su opinión. Es precisamente esta actitud, arrogante y antidemocrática del gobierno, que pasa siempre por encima de la voluntad popular, lo que ha obligado a todos los sectores a manifestarse con fuerza y masivamente, y lo seguirá haciendo hasta que se desista de firmar esta entrega vergonzosa del país a las multinacionales y a las políticas del gobierno de los Estados Unidos.
No es posible que este gobierno, en plena campaña de reelección, recurra a viles argucias de guerra sucia, para desconocer la voluntad del pueblo colombiano. Ya el Presidente había enfrentado a la oposición con el ridículo y preocupante argumento de todas las dictaduras de que se trata de "comunismo disfrazado". Al mismo tiempo, se detienen dirigentes campesinos y se realizan allanamientos. Y lo que es peor: sospechosamente se vienen presentando asesinatos y desapariciones, así como amenazas oscuras en contra de organizaciones de derechos humanos. Es así como, al parecer, se pretende asegurar la reelección. Y que no se diga ahora que las protestas populares tienen un "interés político" tratando de restarles legitimidad. Claro que es político lo que está en juego. Es el porvenir de Colombia lo que está en discusión; son las exigencias de un pueblo que no soporta más su condición de miseria y que descubre que es necesaria una nueva propuesta de país. Si ello se expresa también en el plano electoral es apenas lógico. En lo que a nosotros respecta, continuaremos rechazando el TLC, durante la campaña electoral y después. Por eso rechazamos con toda firmeza la represión que se ha desencadenado y llamamos a todas las organizaciones sociales a expresar su protesta.
Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el Alca, Recalca Página web: www.recalca.org.co Correo electrónico: recalca@etb.net.co Bogotá, 17 de Mayo de 2006