Los "éxitos" del gobierno en la firma del TLC
Aunque el gobierno anunció grandes éxitos y promisorias perspectivas con el cierre de la negociación del TLC, la cuidadosa lectura de los informes oficiales, aun sin tener todavía los textos, permite concluir que las concesiones hechas a EEUU fueron reales y cuantificables, mientras que los "logros" fueron meras promesas vagas y la creación de comités para que se siga negociando.
Por ejemplo, la defensa de la marca Café de Colombia resultó en un simple grupo de trabajo para estudiar la forma de hacerle seguimiento a este tema. El famoso intercambio cero por cero, esto es apertura total e inmediata de ambas partes, en el caso del algodón, significa que compraremos algodón subsidiado al cual además no le colocaremos aranceles y a cambio tendremos la posibilidad teórica, no real, de vender algodón a Estados Unidos, con lo cual los algodoneros quedarán indefensos.
La clave de toda la negociación para el gobierno era lograr el "acceso real" al mercado norteamericano, que en buena parte depende de que EEUU no coloque obstáculos innecesarios y excesivos a la entrada de productos agrícolas a su territorio. Al final de la negociación Colombia retiro la propuesta de la creación de un comité de medidas sanitarias y fitosanitarias con verdaderos poderes, la reemplazó con la de unos planes de trabajo y al final ni comité ni planes de trabajo sino la nebulosa oferta estadounidense de que "tendría en cuenta" nuestras evaluaciones de riesgo, respondería "oportunamente" a nuestras solicitudes y, el gobierno de Uribe se quedó con la simple esperanza de que en la medida en que nuestro sistema de sanidad se pareciera al de Estados Unidos, podríamos en el mediano y largo plazo acceder a ese mercado. La perdida de 600 millones de dólares en el recaudo de aranceles se compensará entonces con esta vaga promesa de acceso al mercado de EEUU.
El prometido acceso de nuestros profesionales a prestar sus servicios en EEUU, del cual se ha hecho tanta ostentación, no es más que un grupo de trabajo para tratar de estudiar como en algunos Estados se comienza a examinar la posibilidad de la homologación de títulos, particularmente de ingenierías y arquitectura.
Ante la calamitosa negociación en materia de cuartos traseros de pollo los negociadores colombianos dicen que se estableció la posibilidad de revisarla en 9 años, los voceros norteamericanos dicen que esto no se acordó, pero parece que lo que sí quedó establecido es que si Colombia llega a exportar pechugas a Estados Unidos, podría aumentar la cuota de importación de cuartos traseros.
Después de haber cedido importantes aspectos de la propiedad intelectual y de haber aceptado la exigencia norteamericana de que la oficina sanitaria sirviera para hacer labores adicionales que protejan las patentes, la forma exacta de hacer esto quedó indefinida, pero Colombia se comprometió nuevamente a establecer en forma "soberana" la forma para satisfacer las exigencias de EEUU.
Estados Unidos si tuvo ganancias inmediatas y cuantificables. La sola exportación a Colombia de 2 millones de toneladas de maíz, fue considerada por la negociadora Susan Schwab como "una gran, gran ganancia" y a esto hay que sumarle las 79 mil toneladas de arroz, las 26 mil de cuartos traseros de pollo y las 9 mil de lácteos, entre otras. Sin contar las concesiones hechas por Colombia en materia de inversión, compras estatales y servicios. Asuntos en los cuales el escenario no será que las empresas colombianas inviertan en EEUU, accedan a las compras estatales de ese país y exporten sus servicios sino que nuestro mercado se verá inundado por la avalancha estadounidense.
Un triste e ignominioso papel han jugado dirigentes como Juan Alfredo Pinto, presidente de Acopi, quien cada vez que puede felicita al gobierno por la negociación, considera que la pequeña industria subió de estrato e incluso que el TLC rompe estructuras oligopólicas de la economía y para colmo de obsecuencia, apoyó el "estilo abierto" de negociación. Estos personajes han suministrado al gobierno la coartada de una participación de la sociedad en la negociación.
El gran trofeo de la negociación según el gobierno es el acceso al mercado norteamericano de bienes industriales, asegurando que nuestra industria conquistará dicho mercado. La verdad es que en los últimos 13 años tuvimos acceso a este a través del ATPDEA y no teníamos oferta exportable que vender.
El TLC se ha presentado como si fuera una mera negociación comercial de intercambio de bienes. Pero los resultados en este campo no son presentables pues se entregó el mercado del agro y de la industria. Se abrió el mercado colombiano mucho más de lo que Estados Unidos abrió el suyo y las exportaciones adicionales de 4.000 toneladas de tabaco, 50 mil de caña, y 9 mil de lácteos, no compensan ni de lejos las importaciones de 2 millones de toneladas de maíz, 79.000 de arroz, 9 mil de lácteos y la entrega del mercado de cereales, pollo y carne de cerdo entre otros. Hasta la SAC se queja de que se entregó más de lo que se consiguió y anota que se aceptaron exclusiones de EEUU como el azúcar y las compras estatales agrícolas se cedió en el patentamiento de plantas y calculan que otorgamos 893 millones de dólares en compras a Estados Unidos y recibimos 628 millones de productos que ellos comprarán.
De tal proporción son las ganancias norteamericanas y tan irreales las colombianas que el gobierno de Uribe está tratando de eludir el debate sobre el TLC durante la campaña presidencial, porque en este punto la debilidad del gobierno es notoria. La no publicación de los textos obedece entonces a un deliberado esfuerzo gubernamental de ocultar las graves pérdidas para el país.
- Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el ALCA, Recalca Página web: www.recalca.org.co Correo electrónico: recalca@etb.net.co
Bogotá, abril 11 de 2006