La batalla de Hong Kong (IIIa)
Desde las barricadas de adentro y de afuera. Todavía no se disipan
las nubes de gas lacrimógeno que la policía arrojó este sábado a los
manifestantes de los alrededores de la Fortaleza oficial, como
tampoco las andanadas de palabrería y promesas que al interior han
creado un pesado ambiente de ambigüedad. Por los aires vuelan los
mensajeros de falsas victorias o derrotas.
A dos días del término de la batalla pactada como Sexta Conferencia
Ministerial de la OMC, las fuerzas en combate se vuelven a tensar
como ha sucedido a lo largo de las tres últimas batallas (conferencia
de Seattle, 1999; Doha, 2001; Cancún, 2003). Mediante literal
maniobra de asalto, el General Lamy, de la OMC, da a conocer
públicamente una nueva redacción del documento de las reglas que
supuestamente garantizarían una nueva jornada de pláticas para
alcanzar, dentro de tres meses más, la paz entre los países.
Las primeras reacciones de la oposición de los países del Sur al
interior de la Fortaleza, van de la incredulidad, al enojo abierto y
se canalizan hacia la multiplicación de reuniones de grupos
regionales o políticos, que buscan responder tanto al General de la
OMC, como los escuadrones de comunicadores y ONGs que asedian a los
generales de los grupos.
En la sala de armamento ligero electrónico, los teclados de las
computadoras son aporreados en diferentes idiomas por las ONGs que
velozmente preparan sus proyectiles (análisis) sobre "lo nuevo y lo
viejo", "avances o retrocesos" del documento "revisado". Esos
proyectiles, en segundos circulan por internet; algunos son recogidos
por los delegados oficiales, otros por la prensa, y la mayoría por
muchos de los combatientes que no pudieron llegar a esta parte final
de la batalla de HK.
De los mismos confines del General de la OMC, (la Francia del Imperio
y de la Revolución), un profesor jubilado, hoy activista en una ONG,
ha producido un pequeño proyectil de gran precisión y lo distribuye
sin patente: el "Nuevo" texto pone como novedad, que podría haber
compromisos de reducción de los subsidios a las exportaciones de los
países ricos en el año [ X]. Algunos delegados de países del Sur
parecen alegrarse y los de la Unión Europea (UE) y de Estados Unidos
(EEUU) se sonríen satisfechos.
Sin embargo, el proyectil apunta hacia el engaño: Se trata solo de
los subsidios directos a las exportaciones, pero no incluyen también
a los apoyos domésticos. En Francia, como en otros países europeos,
las exportaciones de trigo reciben 8 euros por tonelada, pero antes
de inundar otros mercados y destruir campesinos también recibe 55
euros de subsidio doméstico (etiquetado como no peligroso ("caja
azul") e incluso a partir del 1º de enero del 2006 tendrá una eco
etiqueta ("caja verde")!
Y aún más, remata el proyectil civil francés: Una tonelada de pollo
necesita 2 de alimento (granos y oleaginosas), una de Puerco necesita
3 de alimento. Así que el subsidio doméstico, tanto en la UE, como en
los EEUU, que no se comprometen a retirar en el "Nuevo" documento,
termina invadiendo los mercados de África, como los México o
Centroamérica, el Caribe.
Mientras tanto, al interior de la Fortaleza oficial, los tenientes
generales de Lamy ("facilitadores" de los temas de negociación)
convocan discriminatoriamente a algunos países "claves" a reuniones
"en lo obscurito" (casi-secretas conocidas como del "green room")
para presionarlos y alcanzar "consensos" artificiales pero útiles
para sus propósitos: romper unidad y resistencias.
En paralelo, algunos miembros de las ONGs empiezan discretos, pero de
manera efectiva a preguntar a otros delegados claves, si están
enterados de que "ahorita" están reunidos en el "green room" algunos
países invitados por los "facilitadores". El efecto buscado es
evidenciar como las elementales reglas formales de la "democracia" en
la OMC, son violadas por los dirigentes de ésta.
Por fuera de la Fortaleza "democrática", los batallones de
combatientes han vuelto a reagruparse teniendo como primer frente a
los muy admirados campesinos y sindicalistas Koreanos (!con K de
Kilates!). Quizás la mayoría de los manifestantes no estén enterados
de cada movimiento al interior de la Fortaleza, pero si de que
adentro nada sustancial ha cambiado. Que sus vidas y el futuro de
muchos millones más están en juego en esta batalla sobre nuevas
reglas y nuevas instituciones o lo mismo pero maquillado.
Reafirmando su riqueza táctica, que en esta semana han compartido
mediante lecciones prácticas a campesin@s y combatientes
antineoliberales de otros países, incluyendo a los hongkineses, desde
temprano se han movilizado desde la Plaza Victoria, ubicada en el
flanco occidental de la Fortaleza.
Primero se han acercado a las vallas policiacas ofreciéndoles flores,
desconcertando bandos y provocando el aplauso de parte de los cientos
o miles de hongkineses no acostumbrados a este tipo de lucha cuerpo
a cuerpo. Conforme avanza la tarde, la marcha avanza sobre la
Fortaleza. La policía lo ha previsto, desde la noche anterior empezó
a reforzar sus defensas y armamento. Han acercado el equipo pesado de
carros "antidisturbios", equipados con cañones de agua a presión,
también aparecen los fusiles automáticos, y los ejercicios de
intimidación.
Los contingentes multicolores acompañados de tambores y cimbalos
metálicos religiosos-dancísticos, que bajo la estenografía de la
Fortaleza nos rememoran los compases de las viejas guerras, alientan
a unos y aterran a los policías. Lo compacto de repente se disgrega y
se mueve en diferentes direcciones desconcertando al oponente.
Aparecen los gases lacrimógenos que explotan en medio de los
manifestantes, pero por la dirección del viento también afecta a la
policía. Se produce un choque desigual entre valor, arrojo,
convicciones contra macanas modernas, spray mostaza irritante y
acciones de arresto.
El cielo de la zona se ilumina explosivamente, pero no son los fuegos
artificiales chinos que invaden el mundo, son los gases que
desconciertan y repliegan a los contingentes. Sin embargo, bajo la
táctica de dispersarse, algunos alcanzan a brincar vallas y se
acercan a las grandes puertas de cristal y aluminio de la Fortaleza.
Al interior el pánico cunde, los gritos de la policía espantan al
personal de apoyo y empiezan a levantar los puentes de los fosos de
seguridad (cortinas automáticas que aíslan amplias zonas) del cuerpo
central de la Fortaleza.
El combate dura varias horas. Los arrestos a todo él que agarren con
cara de coreano o asiático se dan fuera del teatro de operaciones. La
cifra de arrestados crece, los boletines dicen 35, pero más tarde
crece y se triplica el número. Las violaciones a los derechos humanos
se dan como cualquier signo de la globalización represiva. Los medios
se recrean mostrando y comentando reiteradamente la violencia de los
combates. Los Coreanos son los malos, la policía ofrece seguridades
al público. Mientras tanto, el público nada sabe que a esas horas de
la noche se inicia el gran "green room" donde se negocia el documento
de las reglas finales de esta batalla.
Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC)