Como la OMC manipula el comercio mundial
SAN PABLO, Dic (IPS) - El 13 de diciembre próximo los gobiernos de todo el mundo volverán a reunirse, en Hong Kong, convocados por la Organización Mundial del Comercio (OMC) para tratar de alcanzar un acuerdo comercial. Pero,¿qué es la OMC?
La OMC se ha transformado en un paraguas jurídico-institucional que los países más ricos y sus grandes empresas utilizan para crear reglas que imponen a los países periféricos. En esta organización no se discute cómo reducir la pobreza, el hambre, el desempleo o la desigualdad social. En ella no se discurre acerca de la explotación de los capitalistas de los países ricos sobre los trabajadores de los países pobres.
El objetivo de la OMC está concentrado en aumentar el volumen de un comercio internacional dominado por las corporaciones transnacionales, en quebrar las barreras defensivas de los países pobres y en consolidar el control sobre la producción y la comercialización de los productos alimenticios.
Precisamente, en Hong Kong, los representantes de Europa y Estados Unidos, que han logrado cooptar a los gobiernos de India y Brasil, presionarán para definir las reglas del comercio agrícola mundial y por lo tanto, el futuro de millones y millones de familias campesinas. Frente a ellos estarán los demás países pobres del Sur, que son una amplia mayoría de población y también de votos en la OMC.
¿Qué pretenden los países ricos? Que se eliminen las barreras aduaneras que protegen las producciones agrícolas nacionales. Asimismo, prometen la reducción paulatina de los subsidios que otorgan a sus producciones agrícolas. Con esto alimentan la ilusión de las burguesías agrarias de países exportadores de materias primas como Brasil, de que de que podrán aumentar sus colocaciones en Europa y Estados Unidos. Se trata de una ilusión pues, aunque se redujeran los subsidios, esto no significa que los mercados de alimentos y de materias primas del Norte están en expansión.
Un acuerdo de esas características llevará a la ruina a millones de campesinos que hoy producen en condiciones adversas en sus países pero que aún así abastecen a los mercados locales. Si los gobiernos liberan la importación de productos subsidiados, en un primer momento las trasnacionales los ofrecerán a precios menores pero dejarán a las economías del Sur totalmente dependientes de las importaciones y perderán, por lo tanto, la soberanía alimentaria.
La OMC, en resumen, tiene como meta la institución de un aparato jurídico internacional para favorecer los intereses de las corporaciones transnacionales aliadas a sectores de las burguesías agrarias locales. Pierden siempre los pobres, los trabajadores y los campesinos de los países periféricos.
La Vía Campesina Internacional, que representa a los sectores campesinos, afirma que todo ello es una gran manipulación. Porque pese a que habrá un debate, las decisiones serán tomadas por los gobiernos de Estados Unidos y Europa, que buscarán imponer reglas para destruir los mercados nacionales y las economías rurales de los países pobres, que serán obligadas a importar los productos de las transnacionales.
Por ello afirmamos que la OMC no tiene legitimidad y no puede atribuirse la potestad de dictar las reglas sobre el comercio y mucho menos sobre el abastecimiento de los mercados nacionales.
Por lo tanto, exigimos la cancelación de los acuerdos de la Ronda de Doha, comenzada en el 2001 en el marco de la OMC. Pero esperamos que la mayoría de los gobiernos de los países pobres rechace las manipulaciones y haga fracasar la reunión de Hong Kong.
La Vía Campesina propicia la valorización de los mercados nacionales y de las economías rurales para que los campesinos de todo el mundo puedan continuar produciendo alimentos para las poblaciones locales y dejen de sufrir la competencia desleal de la producción subsidiada de los países desarrollados. Defendemos la soberanía alimentaria, que es el derecho de cada pueblo a controlar la producción de su propia alimentación y a terminar con la dependencia externa. Defendemos la descentralización en contra del monopolio que ejercen no más de diez corporaciones que dominan el comercio mundial de cereales, de leche y de proteínas animales. Defendemos la democratización de la propiedad de la tierra para que a través de la reforma agraria los campesinos se asienten en sus comunidades y obtengan una remuneración suficiente para vivir dignamente.
No asistiremos de brazos cruzados a decisiones tomadas a nombre nuestro y en contra nuestro. Millares de militantes y dirigentes de Vía Campesina iremos a Hong Kong para levantar nuestra voz y para defender los intereses de los pueblos del Tercer Mundo. En muchas doctrinas económicas, filosóficas y religiosas está fundamentado el derecho y el deber que tienen todos los pueblos de producir sus propios alimentos. Y todo pueblo que deje de producir sus propios alimentos caerá en la esclavitud de la dependencia.
Esta es la consigna de Vía Campesina Internacional como respuesta a diez años de manipulaciones por parte de la OMC y de todos los gobiernos que son incapaces de representar los intereses de sus pueblos. (FIN/COPYRIGHT IPS)
(*) João Pedro Stedile, dirigente del Movimiento de los Sin Tierra (MST) y de Vía Campesina Brasil.