Dialéctica

Un pronunciamiento con proyección histórica

2005-11-10 00:00:00

Hay palabras cuyo verdadero significado y trascendencia solo se pueden evaluar con el transcurrir del tiempo. Hay gestos políticos cuya proyección va mas allá de lo coyuntural y cuyas repercusiones solo se pueden comprender a cabalidad cuando se examinan con visión de futuro.

El pasado 20 de octubre Luis Alberto Monge dio a conocer un pronunciamiento denominado “Por la paz social, la solidaridad y la soberanía de Costa Rica”. Veintidós costarricenses de diferentes partidos políticos, heterogénea formación profesional y distintas trayectorias cívicas lo acompañamos en la firma de ese documento.

La intención del comunicado era clara: dejar testimonio para la historia y las nuevas generaciones de la posición de Luis Alberto, de quienes lo acompañamos en la firma y de una gran cantidad de costarricenses que de diversas maneras lo han expresado, en cuanto al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

La publicación es breve pero rica en conceptos, sólida en el razonamiento y categórica en el planteamiento. Cinco elementos merecen destacarse.

Primero, que las relaciones de amistad entre los pueblos de Costa Rica y Estados Unidos se sustentan en valores comunes de libertad y democracia y no en intereses circunstanciales de grupos económicos o comerciales. La amistad es más profunda y duradera que una negociación o un acuerdo específico.

Segundo, que Costa Rica como país pequeño requiere el intercambio comercial, el cual le ha dado frutos en el pasado y es altamente deseable, siempre y cuando el comercio sea justo y beneficie a personas y comunidades.

Tercero, la afirmación categórica de que el tratado suscrito con Estados Unidos es inconveniente para Costa Rica porque “la soberanía y el decoro nacional menguan en lugar de enaltecerse..., las potestades constitucionales y legales se constriñen..., la desmilitarización voluntaria y la neutralidad perpetua quedan en entredicho por el estímulo al comercio de armas..., nuestro régimen institucional (ICE, INS, CCSS) se menoscaba..., y los principios de solidaridad y universalidad se debilitan”.

Cuarto, que los términos del acuerdo son inequitativos por cuanto en Estados Unidos prevalecen las leyes locales sobre el tratado, mientras que en Costa Rica el TLC impera sobre la legislación nacional. Eso significa que toda normativa costarricense que se le oponga quedará derogada si no se incluyó en el capítulo de Disconformidades del acuerdo.

Quinto, que de llegar a ratificarse el Tratado de Libre Comercio este sería una camisa de fuerza ideológica que impediría escoger nuestro propio camino al desarrollo al no respetar las particularidades que distinguen a Costa Rica de los países vecinos.

El mensaje propone que las universidades públicas pongan en marcha un mecanismo para consensuar una visión estratégica de país, centrada en el desarrollo de la persona humana, y solicita al Presidente de la República que proponga a Estados Unidos “una negociación de Estado” adecuada a nuestras dos naciones.

Congruente con el Informe de la Comisión de Notables, el pronunciamiento de Monge concluye señalando que no se ha logrado generar un acuerdo nacional suficiente para viabilizar el TLC y que “la paz social y la solidaridad con los compatriotas desfavorecidos demandan desprendimiento y prudencia de todos los actores sociales y económicos”.