La penúltima ronda: contradicciones, divisiones y lento camino al cadalso
Terminó la XIII Ronda peor que todas las demás e incluso fue degradada a minironda, como para ocultar a la opinión las definiciones que se están adoptando. Paralelamente a la realización de la misma el negociador agrícola del Perú renunció, el Ministerio de Salud y el de Comercio de Colombia siguieron enfrascados en discusiones para buscar la manera de traspasar las ‘líneas rojas’ de la negociación sin que parezca que las están traspasando. El senador Diez Canseco de Perú reveló que los expertos del Ministerio de Salud (Minsa), que asesoraban las negociaciones del TLC con EEUU en la mesa de propiedad intelectual, se retiraron de la misma hace una semana y un negociador colombiano de agricultura también renunció.
No se reunió la mesa de asuntos sanitarios, que es considerada clave por la SAC y solamente sesionará a comienzos de noviembre, diez días antes del cierre de la negociación. En muchos puntos Estados Unidos ni siquiera ha ofrecido lo que hoy tenemos en el ATPDEA e insistió en la exportación de remanufacturados. No cerraron las mesas de compras estatales, agencia comercial y servicios transfronterizos, ni se aclaró el tema de la reserva cultural y de medio ambiente se habló de un acuerdo paralelo. La mesa agrícola sigue en el limbo. En servicios financieros Colombia entregó la posibilidad de que los fondos de pensiones sean administrados por empresas estadounidenses, con lo cual entregaría las entidades que manejan más dineros en el país. En lo que tiene que ver con la televisión aparecen propuestas que no se conocían, como lo denunció Juan Álvaro Castellanos en El Nuevo Siglo. El gobierno norteamericano exige que la cuota de pantalla también incluya a los canales regionales, así como la apertura en temas como audiovisuales, cine, música, radio y publicidad. Para calmar el voraz apetito del Tío Sam el jefe del equipo negociador colombiano, Hernando José Gómez, ofrece de manera anticipada la entrada de nuevos canales “ya que hay espectro disponible”, así no haya reciprocidad para entrar en el espectro norteamericano.
El Procurador General de Colombia en una carta al presidente Uribe, alertó sobre los escasos avances de la ronda, y sobre los peligros de aceptar las exigencias norteamericanas en varios aspectos, especialmente medicamentos, agro, usados, remanufacturados y textiles e incluso critica al gobierno por haber presentado propuestas que se oponen al interés nacional.
Al comenzar la ronda, Uribe Toledo y el canciller ecuatoriano mandaron una carta a Bush rogándole que acelerara las negociaciones para llevar a la cumbre presidencial del 4 de noviembre en Mar del Plata el tratado cerrado. Esto significa una nueva petición de clemencia para que EEUU muestre cualquier clase de flexibilidad y lleve como trofeo el TLC a la Cumbre de las Américas. Sin embargo, Bush no se dio por enterado y el equipo gringo sigue con sus exigencias. Al final de la ronda las declaraciones no establecen claramente que en noviembre se cierre la negociación sino que “se ha estimado que puede ser la última” y el ministro de Comercio ecuatoriano Illingworth dijo que “los andinos siguen sin lograr que EEUU acepte asimetrías similares a las que otorgó a los países centroamericanos y a República Dominicana en el Cafta” y que “si en los próximos días no se dan los movimientos en agricultura que debieran darse, veo difícil que termine antes del 24 de noviembre”. Agregó que en la minironda no hubo mayores avances e incluso señaló que la Mesa de Medio Ambiente tuvo un retroceso.
Un ejemplo de que el TLC con Chile y el Cafta no han sido el piso de la negociación sino el techo, es que así como en textiles Colombia no tiene siquiera lo que estipula el ATPDEA, Estados Unidos no aceptó la denominación de origen del pisco peruano, que sí se le otorgó a Chile y los ecuatorianos no lograron nada en materia de atún.
Lo que han denominado la ‘fase política de la negociación’ consiste en que los presidentes dan los últimos pataleos, mientras que la Casa Blanca está pensando no en el cierre de la negociación andina sino en la reunión de Mar del Plata, en la de la OMC en diciembre, en la crisis de los parlamentarios republicanos en el Congreso estadounidense y otras muchas preocupaciones más importantes. En Colombia la forma que ha adoptado esta ‘fase política’ es que para ganar puntos con Washington Uribe manifestó que los vecinos están despreocupados por la lucha contra el narcotráfico y viajó a Quito para hacerle el favor a Bush de tratar de convencer a los ecuatorianos que cedan en materia de medicamentos. La fase política entonces no se limita a entregar lo propio, sino a intentar que los vecinos también se rindan.
Mientras tanto en Ecuador la Conaie declaró a Uribe persona no grata y se manifestó en contra de su presencia en Quito y Ecuador suspendió las importaciones de pollos por la gripa aviar, al paso que el ministro de agricultura colombiano tomó retaliaciones con las importaciones de arroz del Ecuador. Las fumigaciones colombianas en la frontera han agriado el ambiente y el ‘éxito’ de la visita de Uribe a Ecuador se limita a una declaración conjunta de que en noviembre cerrarán el TLC. La cual fue desmentida al día siguiente por el canciller ecuatoriano, quien dijo que harían lo posible para terminar el 22 de noviembre.... “pero si no logramos (acuerdos en) el tema del atún,... pues tomaremos más tiempo”. Por su parte, el presidente Palacios, en reunión con organizaciones sociales, les manifestó que no cedería en el tema agrícola y de propiedad intelectual.
En estas condiciones se observa que no bastan los deseos de los andinos de cerrar las negociaciones, sino que a Estados Unidos le parece muy fructífera esta lenta culminación, pues en cada nueva ronda llegan los andinos con más concesiones, lo que puede ser un ejercicio indefinido pues la obsecuencia de Uribe y Toledo parece no tener límites.