En defensa de nuestro pueblo
«SÓLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO»
LA DEFENSA DE NUESTRO PUEBLO ES UN DEBER MORAL Y ÉTICO ANTE LA ENVESTIDA DEL IMPERIALISMO QUE HOY BAJO EL SIGNO DE LA GLOBALIZACIÓN Y DEL MERCADO, PRETENDE DOMINAR EL MUNDO HASTA CONVERTIRLO EN UN PROSTÍBULO TOTAL, PARA GOZO DE LAS MINORÍAS CRIOLLAS Y PARA DESGRACIA DE LOS POBRES SIEMPRE RELEGADOS A LA MARGINACIÓN ECONÓMICA, SOCIAL Y CULTURAL Y A LA NEGACIÓN DE LOS BENEFICIOS QUE
EL SISTEMA PRODUCE EN TODOS LOS ÁMBITOS DE LA VIDA, PARA SUS PROTECTORES Y BENEFACTORES.
Esta defensa no será obra de funcionarios de aire acondicionado, ni de arribistas coyunturales o electoreros, sino el producto de la lucha denodada de los mejores hijos del pueblo Salvadoreño y su partido, el FMLN, por hacer de ésta nueva afrenta un instrumento de oposición y desafío, ante la burla descarada de los privilegiados nativos y sus amos
Norteamericanos.
Nunca antes como hoy, la guerra de los imperios por el control del mundo había sido tan evidente. A principios del siglo y aún antes del mismo, las guerras coloniales ocupaban la atención de las potencias Europeas en su disputa por la conservación y el sostenimiento de territorios coloniales y neo-coloniales en África, Asia y América Latina.
En aquel entonces, como a lo largo de la historia, la competencia colonial, por el dominio de otro países, regiones o sub-continentes, se basaba en la esclavitud y en las relaciones de súper explotación de los ciudadanos de los países colonizados, la explotación de los recursos naturales y el control de las vías marítimas o territorios que servían de pasos obligados hacia otros continentes, países o regiones de otros SUBCONTINENTES, como lo eran el Canal de Suez o el Canal de Panamá. La lucha por el control geoestratégico, era entonces, como hoy, un aspecto fundamental de las guerras de conquista. La diferencia en la actualidad es que dicha lucha geoestratégica se extiende a todo el planeta a nombre del terrorismo y al espacio sideral en nombre de la llamada amenaza planetaria y de la lucha por la disuasión de futuros enemigos potenciales del imperio.
Después de las 2 grandes guerras mundiales, en las cuáles se inserta el imperialismo Norte Americano, por primera vez, no como potencia colonial, porque ya su historia de ocupaciones y conquistas, era copiosa, sino como actor global y protagónico por el reparto del mundo, se comienza a configurar la situación previa al presente siglo.
El siglo XX, con sus altos y bajos, no es como algunos creemos, literariamente, “el siglo de la luces”, en términos de convivencia humana y mucho menos, en términos de las relaciones Internacionales; sino mas bien, muy a pesar de los avances técnico-científicos, fue por el contrario, el siglo de las grandes guerras, de terribles hambrunas y masacres y de grandes y flagrantes violaciones a los derechos humanos, pero fue sobre todo y antes que nada, el siglo de los grandes contrastes: Del genocidio y el apartheid; de la cruel y sangrienta guerra del Vietnam; de las revoluciones juveniles; del Sionismo y la lucha de una Nación vecina por su existencia y su sobre vivencia al holocausto provocado por quienes siempre se han declarado victimas del mismo en la Europa de los 45 y sobre todo, del nacimiento del Bloque Socialista Real y su consecuente derrota política.
El siglo XX, termina con la victoria política del Imperio Norteamericano contra los vestigios de los pueblos en pié de lucha contra su aplastante dominio, en abierta oposición a sus pretensiones intervencionistas y a sus intenciones de reestablecer una nueva forma de colonialismo, con la excepción del caso muy particular de Cuba.
La política exterior de Clinton, si bien marcó algunas diferencias de forma con la de sus predecesor (Bush padre), quien tuvo el privilegio de recoger los frutos de años de desestabilización y guerra política e ideológica contra el llamado Bloque Socialista del Este, anquilosado políticamente y perdido en un marasmo de contradicciones colosales, corrupciones, burocracias y toda suerte de vicios de un sistema ineficaz y obsoleto; No hizo más que continuar la ruta trazada, por la Dinastía Reagan-Bush.
Cuando creímos posible que se generara un débil balance de fuerzas internacionales, con la alternativa de continuidad del partido demócrata en los Estados Unidos, nos encontramos con el regreso de la era Reagan-Bush, ahora encarnada en un nuevo Cowboy Tejano, metido al solio presidencial con un gran fraude electoral, legal e institucional planeado desde la suprema corte de Estados Unidos, dónde aun pesaban y hoy mas que nunca influyen en sus decisiones, los más altos halcones de la derecha Americana. Los resultados electorales mostraron de una vez por todas, que la estatua de la libertad está erigida sobre un gran nido de culebras y que el mito que representa está podrido hasta los huesos y por lo tanto, es sólo éso: Un mito, o sea, un producto de exportación para la publicidad y la creación mediática de modelos ejemplares para la “construcción de alternativas democráticas en el mundo incivilizado”.
La primera guerra de Irak por el dominio de Kuwait y paralelamente, la destrucción de los últimos vestigios del llamado “Socialismo Real” en Europa; El fraccionamiento de la antigua ex URSS y posteriormente de la Federación Yugoeslava, con la connivencia de Europa: Alemania e Inglaterra a la cabeza, dan lugar a un quiebre irreversible de los últimos vestigios de la guerra fría y del reparto del mundo surgido de la segunda guerra mundial.
BUSH hijo, también ha capitalizado los éxitos de sus predecesores y ha extendido su cruzada a la llamada “guerra contra el terrorismo”, dirigiendo su mirada hacia la consolidación del dominio del Estado de Israel y al alineamiento de los gobiernos Árabes a fin de campear por las riquezas petroleras de esa región.
Afganistán y luego Irak, han sido los últimos dos blancos de ésta guerra, entre otros, en su loca e insaciable carrera por satisfacer y fortalecer al complejo militar Industrial que, desde el ocaso de la guerra fría, había entrado en una notable crisis de recesión.
En la región Centroamericana, nuestros procesos, han sido afectados e influidos grandemente por los anteriores sucesos mundiales:
A excepción de Costa Rica, en alguna medida, la conflictividad regional, se extendió prácticamente a todos los países a partir de la década de los 70-80, como producto del fracaso de un modelo económico y político caduco (dominado por el Mercado Común Centroamericano) y sin perspectivas de solución a los grandes desafíos y problemas a los que se enfrentaban nuestros pueblos.
El proceso Nicaragüense fue cooptado y copado y prácticamente desmantelado después de una década de interminable guerra, lucha política y militar, bloqueos, violaciones a la soberanía y la inyección millonaria a la contra, que al final por la vía de las elecciones, propició la derrota del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
En El Salvador, la guerra continúo hasta el ocaso del siglo, pero era ya claro a inicios del presente, que no podía continuar y debía, por lo tanto, resolverse en la mesa de negociaciones.
Después de un complicado proceso en el que los mismos Estados Unidos se involucran como elemento determinante, se firmó la paz el 12 de enero de 1992, poniendo con ello fin a 12 largos años de conflicto armado y más de dos décadas de permanente y aguda inestabilidad social y política.
Con ello terminó la guerra pero no muchas causas que la generaron y mucho menos la escalada de intervención de Estados Unidos en el país por otros medios.
Ante el fracaso económico de la dinastía de los Bush (Déficit Fiscal) y su acelerada pérdida de espacios en Europa y en el Sudeste Asiático; ante la fuerza y el avance de nuevas potencias en esa región y de la Comunidad Europea, Estados Unidos vuelve como siempre su mirada a las empobrecidas Naciones Latinoamericanas, para convertirlas en contrapeso y balance de fuerzas con relación a sus competidores e implementar donde siempre ha considerado ser, su patio trasero, su estrategia económica.
Nunca antes como hoy, los norteamericanos se dispersan por todo el continente para cabildear concesiones y proponer tratados leoninos donde ellos se suponen, de antemano, los seguros ganadores ante su potencia económica y la debilidad comparativa de los países contrapartes, salvo en contadas excepciones. El Proyecto Neoliberal, con todos sus componentes nocivos para los pequeños países, constituye, por el momento, la prioridad de los Estados Unidos en la región.
A fin de garantizar sus conveniencias y forzar a los países de menor peso que ellos, los Norte Americanos imponen por decreto, fechas y períodos límites para las negociaciones con el objeto de que éstas pasen sin mayores resistencias u oposiciones populares, legales e institucionales. Dicha metodología conocida como “FAST TRACK” le ha dado a los Estados Unidos resultados fabulosos en términos de imposición de condiciones totalmente favorables para sí y muy desventajosas para sus contrapartes.
Loas argumentos para hacer viables sus negociaciones abundan y son bien subjetivos y demagógicos; Entre otros los Estados Unidos utiliza los siguientes:
1- El libre comercio traerá a la región prosperidad y frenará el desempleo y la inmigración, porque teniendo la gente en sus propios países, sus medios de vida, ya no necesitará volver sus ojos hacia el norte para resolver sus problemas vitales.
La afirmación anterior es racista, pues mientras las grandes potencias pugnan por la apertura de fronteras al capital, cierran las mismas para la libre circulación del trabajo y la mano de obra.
2- Con el CAFTA se fortalecerán las frágiles democracias de la región, ya que el libre comercio será la garantía de estabilidad política y financiera.
Por otra parte la práctica de las normas de libre mercado y libre competencia moldeará por imitación e inducción las tradiciones dictatoriales y caudillistas de los sistemas centroamericanos.
Los Norte Americanos y los apologistas del Libre Comercio y de la globalización, afirman que el libre paso de los capitales generará un “Circulo Virtuoso” de inversiones; Lo que no explican es que el “Circulo Vicioso de la pobreza” se volverá un elemento permanente y consustancial del sistema que devendrá a largo plazo su propio enemigo.
3- El CAFTA llevara al istmo las semillas de la libertad y del respeto a los derechos individuales, con lo cual, las prácticas monopólicas y oligopólicas del pasado quedarán rezagadas a una memoria histórica, sin posibilidades de ser revividas o practicadas una vez más por las elites locales.
4- El libre tránsito de mercancías generará oportunidades a los inversionistas nacionales y extranjeros quienes disfrutarán de los beneficios de un mercado de de varios millones de consumidores. Lo que no explican es que debido a las desigualdades (Asimetrías) de ambas economías, la balanza comercial será siempre favorable a los Estados Unidos.
Los países de la región podrán, en cambio, exportar sus productos nostálgicos, siempre y cuando obtengan los componentes en los Estados Unidos, de modo que las pupusas que los más de millón y medio de Salvadoreños residentes en Estados Unidos y Canadá consumiremos, serán fabricadas con cerdos blancos, venidos de sus granjas. Como diría ROQUE DALTON, pensando en una utopía completamente diferente, no sólo consumiremos en el extranjero y en El Salvador mismo, pupusas automáticas, sino también cibernéticas, con sabor, componentes y patente gringas.
5- Los productores de la región se verán beneficiados con la apertura del mercado Norteamericano a sus productos y las facilidades para que éstos circulen en un conglomerado de 2000 millones de habitantes, sin mayores restricciones que las de la libre competencia.
En lo que no ahondan los promotores del proyecto neoliberal, es en el hecho de que, la cultura y la capacidad de consumo de ambos mercados es, de nuevo, totalmente diferente y desigual, lo mismo que sus niveles de ingreso y sus capacidades de consumo.
6- Los efectos del Libre mercado serán rápidamente visibles en el ámbito del empleo y la generación de oportunidades para que la mano de obra local se incorpore a la producción. Lo anterior se revertirá en prosperidad y estabilidad política y económica para la región, porque contribuirá a frenar la delincuencia y la violencia social actual.
De nuevo los patrocinadores del Libre Comercio olvidan decir, que la violencia actual y el grado de descomposición social existente en El Salvador, se debe, precisamente, a las causas que generaron la guerra y a sus efectos subsiguientes; A la violencia impuesta por Estados Unidos y a la desintegración social y moral que ellos mismos impusieron al país con los consecuentes efectos negativos en la vida familiar y colectiva de la sociedad.
La lista sigue y es numerosa. Por supuesto que en ella se omiten las disparidades y las diferencias abismales, entre los países signatarios del Sur y su vecino del Norte. Si el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica entre Estados Unidos, México y Canadá (NAFTA: NORTH AMERICAN FREE TRADE AGREEMENT) ha generado grandes controversias y disputas interminables como son las de las maderas Canadienses, que ni en la Organización Internacional del Comercio, se han logrado dirimir y si en dicho tratado quien paga los platos rotos es el pueblo Mexicano, cada vez más pobre y endeudado, ¿cuáles no serán las consecuencias, en términos de efectos nocivos y desigualdades, entre Estados Unidos y los pequeños países empobrecidos de la Región Centroamericana, apenas tratando de recomponerse y de reconstruir las ruinas de un conflicto bélico, también propiciado por otras causas, por los mismos objetivos imperiales de Estados Unidos?.
Las aseveraciones anteriores son totalmente falsas y son sólo argumentos del imperio y sus gobiernos lacayos para disimular las verdaderas intensiones y propósitos de esta nueva cruzada Neo-colonial.
LO QUE EN REALIDAD LES ESPERA A LOS PAÍSES Y PUEBLOS CENTROAMERICANOS ES LO SIGUIENTE:
1- El CAFTA pretende solamente perpetuar en el poder a gobiernos antipopulares, antisociales y corruptos, como el de ARENA, con el sólo propósito de garantizar que los intereses de Estados Unidos sean asegurados con perros guardianes locales, sin tener que recurrir a medidas de excepción traídas desde afuera, para controlar la situación, cuando el pueblo se levante y diga NO a los efectos del CAFTA y sus laceraciones sociales, económicas y culturales.
2- El Libre comercio es una cruzada de interés sólo para las grandes corporaciones y para el reducido grupo de capitalistas locales que desde ya lucra de sus negocios con las compañías transnacionales y está ansioso de cerrar aun más ése círculo de privilegio para SI y sus aliados foráneos.
3- Con tal propósito se han dictado en la región y especialmente en El Salvador, numerosas leyes y decretos que desde antes de la aprobación del CAFTA, ponen de antemano, los intereses y bienes del país a disposición de sus ansias monopólicas y las de los inversionistas extranjeros convocados a invertir en el En país, sin ninguna responsabilidad y libres de cualquier compromiso, en términos fiscales o de control de sus ganancias y utilidades, lo cual es normal en sus países de origen, pero que, en Centroamérica, jamás se aplicará, porque lo que las compañías extranjeras buscan es precisamente eso: Gozar de los privilegios fiscales reservados a ellas y de las excepciones de orden ambiental, laboral y social, de las cuáles serán objeto. Es decir que, a consecuencia de ello, los PAÍSES Y ESTADOS DE LA REGIÓN EXPERIMENTARÁN UNA GRAN CRISIS FISCAL Y DE LIQUIDEZ Y POR TANTO, RECURRIRÁN AL CRÉDITO INTERNACIONAL Y A CARGAR AL PUEBLO CON PESADOS FARDOS FISCALES, A FIN DE SUSTITUIR LOS IMPUESTOS NO PAGADOS POR EXTRANJEROS CON DINERO PROVENIENTE DEL BOLSILLO DE LOS CIUDADANOS.
4- Con dicho propósito y para poner en bandeja de plata el sistema monetario que más se acomodara a los propósitos antes citados, se eliminó el Colón por decreto y se dolarizó la economía, en un acto sin precedentes, aprovechando el sueño de la gente y sin consultar a nadie sobre los efectos que la citada decisión traería para el pueblo humilde y trabajador.
5- Ahora tenemos, como consecuencia, un sistema financiero listo para el CAFTA, pero para los salarios de los trabajadores no se ha equiparado el costo de la vida, ni se ha tomado en cuenta que mientras la gente compra en equivalente a la nueva moneda, el dólar, los salarios siguen siendo pagados en su equivalente en Colones, como si aún la gente transara con nuestra moneda ya desaparecida del mapa nacional, secuestrada por los bancos y relegada a puras piezas de colección y de museo.
6- Como consecuencia, los Salvadoreños sólo ven como forma de salir de su ya triste y difícil situación el abandono del país y la búsqueda de oportunidades en el Norte, pero para su desilusión, cuando se enteran de que mientras para el capital se abren las oportunidades, para el trabajo y la mano de obra inmigrante se cierran, haciendo cada vez más penosa la posibilidad de emigrar a fin de escapar de las crudas condiciones impuestas en el país, por los sucesivos gobiernos de ARENA que han jurado expulsar a todos los Salvadoreños y Salvadoreñas del Territorio Nacional, a fin de reinar y lucrar de sus inmensos sacrificios y duros trabajos en el exterior, recibiendo y jineteando las remesas que, por concepto de ayuda familiar enviamos a nuestros seres queridos. Hoy ya no son el café o los productos de exportación, las principales fuentes de divisas, sino la mano de obra Salvadoreña en el extranjero.
7- Se ha modernizado la infraestructura, los edificios, las carreteras; Se construyen modernas vías, puertos y aeropuertos para ponerle al capital transnacional las condiciones materiales y de comunicación óptimas para el desplazamiento de sus mercancías, pero contradictoriamente el desarrollo humano y los estándares de vida del pueblo Salvadoreño, según los parámetros de desarrollo, planteados por el PNUD, se deterioran y son cada vez más inexistentes. Mientras para el capital se construyen modernas vías de comunicación y grandes carreteras para el trabajador, se cierran las fronteras.
8- Paco Flores quiso ir a dar cátedra de este modelo de desarrollo a los países del CARICOM, quienes mas vinculados a parámetros Europeos que Norteamericanos, no quisieron aceptar sus fábulas sobre el desarrollo material basado en la introducción de carreteras y la instalación de teléfonos. Paco olvida que la gente no se mantiene de cemento o de asfalto, sino de productos vitales para su alimentación, salud y educación.
Lo que nunca dijo Paco Flores a los países del Caribe es que todas esas obras materiales se edifican para el gran capital y que dichas edificaciones se realizan con préstamos internacionales y sobre la base de un mayor endeudamiento de nuestros países. Somos, en consecuencia, los pueblos quienes pagaremos con intereses el valor de las obras materiales que ellos necesitan, sin percibir a cambio, mejores condiciones de vida y prestaciones sociales. Sería una excelente idea que la deuda externa fuera condonada, como compensación a los efectos perniciosos del CAFTA o Tratado de Libre Comercio Centroamericano.
La historia de nuestros países vuelve atrás y QUEDA PARA SIEMPRE EMBARGADA Y DESTINADA A DESAPARECER; Se repite de la misma forma que en los años 40: Explotación de recursos naturales, hidroeléctricos, mineros, bosques, maderas, diamantes, etc. A cambio de casi nada y con todos los privilegios habidos y por haber, que generaron una prosperidad aparente y temporal (trenes, puertos, aeropuertos, carreteras y vías o medios de comunicación), pero que dejaron luego, una verdadera “hojarasca” (CEMENTERIO DE CHATARRA, DE BASURA, DE MISERIA, DE OLVIDO Y DE ABANDONO), como lo describe genialmente Gabriel García Márquez, en su novela del mismo no