X Ronda de Guayaquil sobre el TLC: ¿Y las mujeres qué?

2005-06-09 00:00:00

“Todo el mundo dice que los Tratados de Libre Comercio (TLC) tendrá ganadores y perdedores, por el lado de los perdedores vamos a estar las mujeres”. Este es el mensaje de las mujeres de varios países latinoamericanos a los negociadores de la X Ronda de Negociaciones del Tratado de Libre Comercio de tres países andinos (Ecuador, Colombia y Perú) con Estados Unidos que se realiza en Guayaquil.

En el marco de los eventos y movilizaciones que se realizan en forma paralela a las negociaciones oficiales, se realizó el “Foro Internacional planteamientos, ideas y propuestas por otra integración” (Guayaquil, 8 de junio) con la participación de Magdalena León (Ecuador) y Nora Hernández (El Salvador) de la Red de Mujeres Transformando la Economía; Judith Valencia (Venezuela), integrante de la Comisión Presidencial de la Comisión Asesora de las Negociaciones del ALCA, y Lida Núñez (Colombia) de la Campaña Continental contra el ALCA-TLC. Ellas ofrecieron en Quito una rueda de prensa, que sintetizamos a continuación.

Impactos en las mujeres

Para la ecuatoriana Magdalena León, el TLC tiene varias implicaciones y “todas se dirigen a mantener o ahondar injusticias económicas que nosotras afrontamos”. Una primera consecuencia tiene que ver con el empleo, el trabajo y los ingresos. El factor de competitividad de nuestras economías es el factor subpagado de las mujeres, dice León. “Todos los rubros que encuentran competitividad en el mercado externo se basa en el trabajo de las mujeres. Los TLC buscan la deslocalización de la producción, haciendo una disociación territorial entre la ubicación de las unidades productivas y la fuerza de trabajo, esta deslocalización es lo que permite que el capital y las inversiones se ubiquen en cualquier lugar y siempre va a haber mano de obra disponible para trabajar por precios más bajos.

“Hay un rubro de empleo de las mujeres que vemos con mucha preocupación que está creciendo, que tiene que ver con la industria sexual y el tráfico de mujeres y niños con fines de “entretenimiento”, “turismo” y “sexo”.

“Otra línea de impacto tiene que ver con el trabajo no remunerado para la reproducción humana. El efecto de los TLC es la mercantilización de todos los bines y de todos los servicios. La vida y la reproducción de la vida pasa a depender más del mercado, pero en ausencia de unos ingresos que permitan comprarlo todo, una parte creciente descansa en el trabajo gratuito nuestro, o sea nosotras tenemos que compensar los servicios de salud que se cierran, los servicios de educación y salud que son inalcanzables, los servicios de cuidado humano que nunca llegaron y nunca llegarán por las privatizaciones y por la reducción de lo público.

“Por otro lado, hay un tema importantísimo que tiene que ver con la producción de alimentos y la agricultura. En países como Ecuador, las mujeres tenemos un rol económico y acceso a recursos más visibles en las pequeñas y medianas unidades, sobre todo rurales, como productoras de alimentos; con desventajas, podemos decidir qué producimos y qué destino tienen nuestros ingresos. Otras experiencias, han demostrado que la agricultura campesina será arrasada con el TLC, los mercados van a ser invadidos por productos subsidiados del Norte, se van a destruir las economías campesinas, eso va a provocar un éxodo de las mujeres que sobre todo están produciendo en el campo. Ello constituye una destrucción no solamente de una forma de producción sino de una forma de vida. Y ese éxodo de mujeres, por las políticas neoliberales, supone engrosar un mercado de obra flotante en las ciudades, con mujeres desempleadas, buscando unos ingresos en el marco de la precariedad y la informalidad”.

Por todas partes, el mismo discurso

La salvadoreña Nora Hernández, de la REMTE, vino a Ecuador compartir sus experiencias de la lucha contra el CAFTA en América Central. “El formato del TLC andino es el mismo que el CAFTA, el formato es un discurso oficial de que la apertura comercial va a abrir y posibilitar la inversión extranjera directa, que va a haber más y mejores empleos. En mi opinión, los TLC son una renovación de la política externa de Estados Unidos, si en la década de los 70 colocaba o apoyaba dictaduras militares, hoy resulta que ese discurso se ha modernizado, ese discurso se refiere al comercio exterior, y en ese sentido va a generar la posibilidad de mantener su poder hegemónico y a reforzar los intereses de nuestros países. Desde 1993, en Centroamérica se han firmado 12 TLC y no han alcanzado el resultado de obtener siquiera el 5% de aumento de las exportaciones. Por otro lado, el desempleo es la constante. En El Salvador han salido más salvadoreñas y salvadoreños que en la época del conflicto armado, hoy tenemos más de 2 millones y medio de habitantes en Estados Unidos y son los que sostiene la economía del país”.

Nora Hernández se refirió también al trabajo de las maquilas textiles donde el salario mínimo es de 158 dólares, mientras la canasta básica es equivalente a 650 dólares, cubriendo apenas el 24%.

“Los TLC tienen el espejismo de que van a generar más fuentes de trabajo, pero en el área centroamericana, en los últimos 5 años, se han cerrado 500 empresas textiles maquiladoras y las marcas internacionales han trasladado sus empresas a China, argumentando ventajas comparativas en cuanto a costos, volúmenes y rapidez de entrega de los servicios. En este sentido, las grandes promesas de un empleo digno, con condiciones humanas, no ha sido realizable, pero el discurso oficial se mantiene exactamente en América Latina”.

El ALBA

La venezolana Judith Valencia, integrante de la Comisión Presidencial de la Comisión Asesora de las Negociaciones del ALCA, se refirió a la Alternativa Bolivariana de las Américas, ALBA, proyecto que impulsan Venezuela y Cuba.

“El ALBA pretende que amanezca la fecundidad de las raíces de la identidad latinoamericana, que retoñe todo eso que quedó abortado por siglos, que vuelvan a renacer y se unan todos los sueños retenidos en ese tiempo. El ALBA es un proceso que lo elaboramos todos, no para que sea un solo ALBA sino para que sea elaborado a los ritmos de los pueblos indígenas, campesinos, citadinos, afrodescendientes, porque si el ALBA es identidad también, de hecho, tiene que tener una dirección cultural. El ALBA se diferencia tanto del ALCA como de los TLC, porque estos exigen quitar, sacar a los pobladores de sus territorios, porque es el territorio el que tiene los recursos, porque lo más fácil es proponer que se vayan a las ciudades a trabajar en las fábricas”.

¿Pero y dónde queda el comercio? ¿Dónde queda el intercambio? ¿Dónde la inserción de Venezuela en el ámbito internacional? El comercio –contesta Valencia- no es para competir sino para compensar. Venezuela ha firmado no un TLC sino acuerdos de comercio compensado, mediante los cuales brinda un recurso que tiene en abundancia, el petróleo, a cambio de servicios o alimentos. Por ejemplo, nosotros le brindamos petróleo a Argentina y Argentina nos brinda la posibilidad de abaratar la cesta diaria de consumo, carne, pollo, granos. Entonces no es petróleo por dólares sino petróleo por alimentos. En el caso de Cuba, petróleo por la prestación de ayuda profesional de los médicos cubanos que participan en la Misión Barrio. El ALBA implica relaciones complementarias y no competitivas entre los estados.

Judith Valencia advirtió sobre los peligros de la negociación del TLC andino con Estados Unidos, porque el TLC perfora la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y pretende que la Comunidad Sudamericana de Naciones nazca coja, sin un piso solidario. “Este año, en julio, Venezuela asume la Presidencia de CAN y será responsabilidad de todos nosotros que la unión sudamericana de naciones no se la dejemos al TLC sino que se la tomen los pueblos”, afirmó Valencia.

Consultas populares

La colombiana Lida Núñez dijo que el gobierno de Alvaro Uribe es uno de los socios principales en la negociación del TLC y así sigue. Sin embargo, desde las organizaciones y movimientos sociales se ha venido realizando acciones muy contundentes, de rechazar el modelo económico, en esta estrategia se ha tratado de integrar a pequeños productores y empresarios que permita derrotar esta propuesta. “Frente al TLC, hay experiencias importantes como la consulta popular indígena que se hizo en el departamento de El Cauca, donde el 98% de la población votó contra la firma del TLC, y el fin de semana pasado se inició una consulta entre los productores de arroz. En los departamentos de Tolima, Huila, Meta y Casanare, el 99,6% de los arroceros se pronunció por la exclusión del arroz del TLC con Estados Unidos. La consulta involucró a 6.070 votantes”, informó Núñez.