Adhesiones a Carta contra el nuevo Presidente del BM

2005-05-26 00:00:00

PEDIDO DE ADHESIONES A LA CARTA ABIERTA CONTRA EL NUEVO PRESIDENTE DEL BANCO MUNDIAL, JAMES WOLFOWITZ (ex-Secretario de Defensa adjunto de EE.UU.)

(English below: Request for organizational endorsements of Open Letter of protest on the occasion of Wolfowitz' assuming the presidency of the World Bank on June 1.)

Varias organizaciones del Sur y del Norte, han redactado una carta de protesta, en respuesta a la inauguración de su presidencia del Banco Mundial, el próximo 1 de junio.

Invitamos a todas aquellas ORGANIZACIONES que quieren, a confirmar su adhesión antes del 30 de mayo a mediodía, enviando un mensaje a "wolfowitzday@yahoo.com"

Asimismo, en muchas partes del mundo el 1 de junio se realizarán manifestaciones y piquetes frente a las sedes locales del Banco Mundial, u otras acciones similares. Invitamos a todos y a todas a organizar, en la medida posible, alguna acción de protesta, avisando de sus planes a fin de posibilitar una mayor articulación y comunicación de la movida.

JUBILEO SUR/AMÉRICAS

1 de junio de 2005

Estimado Sr. Wolfowitz:

Como usted sabe, organizaciones de la sociedad civil alrededor del mundo reaccionaron con alarma a su nominación y confirmación como presidente del Grupo del Banco Mundial. Ahora, en ocasión de su llegada formal al cargo, le escribimos para dejar en claro lo que percibimos como los mayores retos que enfrenta el Banco Mundial. Lo hacemos esperando que usted atienda estos temas de manera satisfactoria.

El propio proceso que llevó a su designación ejemplifica el primer reto: democracia y rendición de cuentas. El acuerdo no escrito de 60 años que permite al presidente de los Estados Unidos elegir en exclusiva a la cabeza del Grupo del Banco Mundial es arcaico y fuera de tono con las normas básicas de la práctica democrática. El Banco Mundial podrá ser multilateral de nombre, pero en la práctica se ha convertido en una herramienta para imponer un modelo económico y de desarrollo que sirve a los intereses de unos cuantos gobiernos y corporaciones, mientras despoja a los países prestatarios, la mayoría de sus miembros, de toda capacidad para alejar al Banco, y a sí mismos, del modelo, o siquiera de explorar alternativas.

Esperamos que en los próximos cinco años, el Banco Mundial asuma el compromiso de revisar su estructura de voto y el proceso de selección del presidente, y que incluso pueda hacer sugerencias que suenen razonables. Pero dadas las experiencias pasadas con dichos procesos en el Banco Mundial, esperamos pocos cambios reales. El proceso cotidiano de toma de decisiones, secreto y antidemocrático, en las instituciones financieras internacionales debilita la credibilidad del FMI y el Banco Mundial, aun cuando éstos profesan transparencia y rendición de cuentas, y demandan esas cualidades de los países prestatarios.

Esperamos que al inicio de su gestión usted anuncie su intención de consultar y dialogar con la sociedad civil. Pero dado el historial del Banco Mundial en los últimos diez años, es probable que se gastarán millones de dólares de fondos públicos en procesos, informes y recomendaciones que serán ignoradas al final por el Banco Mundial, como fue el caso, entre otros, de la Comisión Mundial sobre Presas, la Iniciativa para la Revisión Participativa del Ajuste Estructural (SAPRI) y la Revisión de las Industrias Extractivas (RIE). El Banco ha desestimado los resultados de estos procesos, los cuales hicieron recomendaciones explícitas para mejorar y hacer más transparentes y democráticos a los procedimientos. El reciente y controversial Comité de Facilitación Conjunta del Banco no mejoró las relaciones con la sociedad civil ni volvió al Banco más receptivo a sus demandas. En lugar de ello, ignoró la “voz de la gente” afectada por las políticas y prácticas del Banco.

Esperamos que el Banco Mundial continúe dedicando millones de dólares a sus esfuerzos de relaciones públicas. Estos esfuerzos han distanciado al Banco de sus políticas y programas más impopulares mientras mantienen el status quo. En la década pasada, el Banco ha manipulado el significado de términos como “reducción de la pobreza, su nuevo marco para programas de ajuste estructural; “buen gobierno”, su nueva lógica para imponer condiciones a países prestatarios; y “alivio de deuda”, su decepcionante eufemismo para asegurar que los gobiernos mantengan su lugar en el esquema de repago de deuda.

El personal de relaciones públicas del Banco Mundial enfrenta ahora el reto de convencer a la gente de que el nuevo presidente es independiente de la Administración Bush y sus políticas controversiales. Tememos que “democracia” estará entre las palabras de moda en el Banco, y será la base para establecer una nueva serie de condicionamientos, principalmente en el Medio Oriente. Tememos que será usada no para ayudar a crear espacios para que la gente escoja sus propios sistemas económicos y modelos de desarrollo, sino como cubierta para imponer normas que prioricen la inversión extranjera y la liberalización de los mercados por encima de todo, y para debilitar y desacreditar a los gobiernos que decidan reconocer las prioridades de sus ciudadanos sobre los intereses empresariales.

En ningún otro espacio el personal de relaciones públicas enfrentará mayores desafíos que en lidiar con el papel del Banco Mundial en Irak. Esperamos una renovada politización del Banco, en Irak y en todo el Medio Oriente, a fin de incrementar el acceso empresarial al petróleo y otros recursos y bienes, así como a mercados y mano de obra barata. A usted se le pedirá excusarse en la investigación del Banco Mundial y la ONU sobre la distribución de los fondos de desarrollo para Irak a Halliburton por parte del gobierno de los EE.UU., un contrato en el que usted estuvo personalmente involucrado; esperamos que así lo haga. Las cuestiones éticas en ese asunto podrían agudizarse si el Banco Mundial determinara que los subsidios a alimentos en Irak deben ser eliminados; en una país donde la agudas tasas de desnutrición para los niños se han duplicado desde la invasión de abril de 2003. Usted podría desconcertar a sus críticos anunciando inmediatamente que el Banco retirará sus conclusiones sobre los subsidios iraquíes

Esperamos que usted hable sobre la necesidad de un mayor alivio de deuda en los países más pobres, y quizás que incluso promueva públicamente que el presidente Bush coopere con otros países pudientes para ofrecer más ayuda. Creemos que dichas demandas se verían muy fortalecidas si usted empleara la misma lógica que usó para promover que Francia, Rusia y Alemania cancelaran las deudas de Irak; fundamentalmente, que los préstamos contraídos por gobiernos antidemocráticos que trabajaron en detrimento de la población deberían ser anulados. Muchas de nuestras organizaciones han usado la misma lógica con respecto a las deudas igualmente odiosas contraídas por el régimen del apartheid en Sudáfrica, Mobutu en Zaire, Marcos en las Filipinas, la junta militar en Argentina y muchos más. Nunca recibimos una respuesta positiva del Banco Mundial.

Usted ha anunciado que viajará a África poco después de tomar posesión. Esperamos que se reúna con presidentes y primeros ministros y declare la urgencia de ayudar al continente. Tememos que el acceso al petróleo de África tendrá prioridad sobre la erradicación de la pobreza y el desarrollo sustentable y que, otra vez, no habrá una mejora material en África, resultante de los programas del Banco Mundial durante su gestión. A pesar de la larga serie de iniciativas contra la pobreza del Banco en la región durante los últimos 30 años, el ingreso per capita africano está por debajo de sus niveles de 1975. Sólo mostrando respeto hacia los pueblos africanos, sus conocimientos y sus prioridades nacionales, usted ganará credibilidad en ese continente.

Hacemos notar que en este momento histórico, los países latinoamericanos están rechazando y resistiendo la imposición del llamado Consenso de Washington, y muchos países asiáticos están aumentando su independencia financiera para liberarse de los dictados del FMI y el Banco.

Cualesquiera que sea la posición que usted tome sobre esta cuestiones, nosotros nos comprometemos a monitorear el desempeño del Banco Mundial, examinado su retórica y exponiendo sus insuficiencias y manipulaciones. Invitamos a otros a hacer lo mismo: gobiernos, ONG’s y los medios que muy a menudo han puesto más atención a las palabras que a las acciones y la evidencia. Los riesgos para el Banco son altos; su reputación están en el nivel más bajo y sus políticas siguen siendo una las mayores causas de la pobreza, la violencia y la injusticia. Está en sus manos iniciar el proceso para revertir esta persistente tendencia. El mundo está observando.

Firman:

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REQUEST FOR ENDORSEMENTS AND LOCAL PROTEST ACTIONS ON JUNE 1ST

Dear Friends,

June 1 will be Wolfowitz first day in office as the new World Bank president. We would like to urge all of you to organize actions in front of the World Bank country offices to denounce the Bank and its role and policies in our countries, and the assumption to leadership of Wolfowitz as an affirmation and reinforcement of this role. There will be an protest action in front of the international headquarters of the WB in Washington DC. Here in the Philippines, FDC with other groups will also be holding a mass action in front of the WB office.

We are also sending (posted below) a sign-on letter that several organizations (South and North ) prepared to be issued on June 1. It was drafted in such manner as to encourage signatories from the broadest possible section of civil society, NGOs and social movements, while at the same time expressing clear and strong critique/views on crucial issues.

Please sign up by sending the name of your organization and its address to the following email --

The deadline for sign-ons is 6 pm Eastern time (North America) on Monday, May 30.

Thanks!

Lidy
JUBILEE SOUTH

June 1, 2005

Dear Mr. Wolfowitz:

As you know, civil society organizations around the world reacted to your nomination and confirmation as president of the World Bank Group with alarm. Now, on the occasion of your formal accession to the office, we write you to make clear what we perceive as the major challenges facing the World Bank and the governments that control it. We are writing in the hope that you will address these issues in a satisfactory way.

The process itself that led to your appointment itself demonstrates the first challenge: of democracy and accountability. The 60-year-old unwritten agreement allowing only the president of the United States to choose the head of the World Bank Group is archaic and out of step with standard norms of democratic practice. The World Bank may be multilateral in name, but in practice it has become a tool for imposing a development and economic model that serves the interests of a few governments and corporations while rendering borrowing countries, the majority of its members, all but powerless to shift the Bank, or themselves, away from that model, or even to explore alternatives.

We anticipate that in the next five years the World Bank will set up a committee to examine its voting structure and presidential selection process, and that it may even make reasonable-sounding suggestions. But, given past experiences with such processes at the World Bank, we expect little real change. The secretive and undemocratic day-to-day decision-making processes at the international financial institutions weaken the credibility of the IMF and World Bank even as they profess transparency and accountability, and demand those qualities of borrowing countries.

We anticipate that early in your presidency you will announce your intention to engage in consultation and dialogue with civil society. But given the record of the World Bank over the last 10 years, it is likely that millions of dollars in public funds will be spent on processes, reports, and recommendations that will ultimately be ignored by the World Bank, as was the case with, among others, the World Commission on Dams, the Structural Adjustment Participatory Review Initiative (SAPRI), and the Extractive Industries Review (EIR). The Bank largely disavowed the results of these processes which made explicit recommendations to improve bank procedures, and to make it more transparent and democratic. The Bank's recent controversial Joint Facilitation Committee neither improved relations with civil society nor made the Bank more responsive to its demands. Instead, it ignored the "voice of the peoples" affected by Bank policies and practices.

We anticipate that the World Bank will continue to devote millions of dollars to its public relations efforts. These efforts have deftly distanced the bank from its most unpopular policies and programs while maintaining the status quo. Over the past decade, the Bank has manipulated the meaning of terms like "poverty reduction," its new name for structural adjustment programs; "good governance," its new rationale for imposing conditions on borrowing governments; and "debt relief", its deceitful euphemism for insuring that governments continue to maintain their place on the borrow-repay-reschedule debt treadmill.

The World Bank's public relations staff now faces the challenge of convincing people that the new president is independent of the Bush Administration and its controversial policies. We fear that "democracy" will be among the new buzz-words at the Bank, and the basis for a new set of conditionalities, particularly in the Middle East. We fear it will be used not to help create space for people to choose their own economic systems and development models, but as a cover to impose rules prioritizing foreign investment and market liberalization above all else, and to disempower and discredit governments that choose to prioritize the priorities of their citizens over corporate interests.

Nowhere will the public relations staff be more challenged than in dealing with the World Bank's role in Iraq. We anticipate a renewed politicization of the Bank, in Iraq and elsewhere in the Middle East, in order to increase corporate access to oil and other resources and assets as well as markets and cheap labor. You will be asked to recuse yourself from the World Bank/UN investigation into the U.S. government's distribution of Iraqi development funds to Halliburton, a contract with which you were personally involved; we hope you will do so. Ethical questions on that issue could well be compounded by the World Bank's determination that Iraq's food subsidies should be eliminated -- in a country where acute malnutrition rates for children have nearly doubled since the invasion of April 2003. You could confound your critics by immediately announcing that the Bank will withdraw its conclusions about Iraqi subsidies.

We anticipate that you will talk about the need for more debt relief in the poorest countries, and perhaps even publicly advocate that President Bush co-operate with other wealthy countries to offer more relief. We believe that such calls would be greatly strengthened if you were to employ the logic you used in advocating for France, Russia, and Germany to cancel the debts they claim of Iraq -- namely that loans contracted by undemocratic regimes which worked to the detriment of the population should be annulled. Many of our organizations have used the same logic with regard to the equally odious debts contracted by the apartheid regime in South Africa, Mobutu in Zaire, Marcos in the Philippines, the military junta in Argentina, and many more. We have never received a sympathetic hearing from the World Bank.

You have announced that you will travel to Africa shortly after taking office. We anticipate that while there you will meet with presidents and prime ministers, and declare the urgency of helping the continent. We fear that access to Africa's oil will take precedence over poverty eradication and sustainable development and that, once again, there will be no material improvement in Africa's outlook resulting from World Bank programs during your tenure. Despite an endless series of Bank anti-poverty initiatives in the region during the last 30 years, African per capita incomes are below their 1975 level. Only by demonstrating respect for the people of Africa, their knowledge and their own particular national priorities will you gain credibility on that continent.

We note that at this historical moment, Latin American countries are disavowing and resisting the imposition of the so-called Washington Consensus, and many Asian nations are increasing their financial independence so as to free themselves from the dictates of the IMF and the Bank.

Whatever stand you ultimately take on these issues, we commit ourselves to monitoring the performance of the World Bank, examining its rhetoric and exposing its deceptions and manipulations. We will invite others to do the same -- governments; NGOs; and the media which have too often paid more attention to words than actions and evidence. The stakes for the Bank are high: its reputation is at an all-time low and its policies continue to be a major source of poverty, violence and injustice. It is in your hands to start the process of reversing this persistent trend. The world is watching.

Signed: