De Wolfensohn a Wolfowitz— el lobo imperial muestra sus dientes
La decisión de EE.UU. de nominar a Paul Wolfowitz para suceder a James Wolfensohn como presidente del Banco Mundial, sólo subraya la realidad histórica que el Banco Mundial continua siendo un instrumento de la estructura global de poder, y que quien encabeza esa estructura de poder es el gobierno de EE.UU.
Otros integrantes del Grupo de los 8 junto con los llamados “donantes” tal vez pretenderán escandalizarse con la nominación, pero el verdadero escándalo son las políticas y practicas del Banco Mundial/Consenso de Washington de las cuales ellos también forman parte.
Sin duda es reprensible la nominación de Wolfowitz, un hombre del Pentágono manchado de sangre y petróleo, continuadora de la tradición que cede a EE.UU. el “derecho” de nombrar al presidente del Banco Mundial y que años ha, se cubría con otro empresario-guerrero y entonces ministro de defensa (sic), Robert McNamara, ascendía por su empeño en la guerra contra Vietnam. Pero lo central es la política que ésta institución lleva adelante independiente de los personajes – una institución siempre fiel a una estructura de poder que mata diariamente a 250.000 personas, víctimas de las políticas de ajuste estructural y del pensamiento e intereses imperiales que se oponen tenazmente a la redistribución radical del poder económico y social que se requiere a un nivel sistémico.
Jubileo Sur sostiene que la deuda externa de los países del Sur es ilegítima, que es una construcción ideológica que oprime a los pueblos. Esa construcción, encarnada en las Instituciones Financieras Internacionales y la OMC, es compartida y defendida por la mayoría de los gobiernos y elites gobernantes tanto en el Norte como en el Sur. Que algunas de esas elites, y algunas organizaciones bien-intencionadas, están lanzando llamados e iniciativas para neutralizar la designación de Wolfowitz, es indicativo de la rebelión que existe frente a la crudeza y el desprecio con que la actual administración estadounidense opera ante la mera noción de “desarrollo”.
El mensaje de Washington, sin embargo, coincidente con el segundo aniversario de la invasión y ocupación de Irak, no podría ser más claro o “transparente”: el Banco Mundial, y de hecho la noción misma de desarrollo, deben seguir ocupando su lugar central en la guerra neoliberal que impulsa EE.UU. contra el derecho de los pueblos a su auto-determinación y su propio desarrollo. Queda expuesto el nexo insoslayable entre el imperialismo económico y el imperialismo militar.
Jubileo Sur condena la decisión de la Administración Bush junto con la política que forma esas decisiones. Llamamos a todas aquellas personas y organizaciones preocupadas a dirigir sus esfuerzos de campaña no sólo a revertir esta nominación, sino a desautorizar y cerrar el Banco Mundial en sí, responsabilizar a sus dueños y directores por las consecuencias genocidas de sus préstamos y cobranzas y a resistir la ofensiva económica neoliberal cuyo liderazgo ahora pretende confiar a Wolfowitz.
-JUBILEO SUR, 18 de marzo de 2005 www.jubileesouth.org/sp jubileosur@wamani.apc.org secretariat@jubileesouth.org