Foro Social en el Cusco dice No al TLC

2004-12-15 00:00:00

Más de 200 delegados de organizaciones sociales del Cusco
rechazaron de manera contundente el Tratado de Libre
Comercio (TLC) con Estados Unidos por afectar los
derechos sociales y laborales, atentar contra la
soberanía nacional y alimentaria y en especial perjudicar
a las comunidades campesinas y el sector agrario en su
conjunto.

El 7 de diciembre se realizó el Foro Social Nacional
sobre el TLC en el auditorio del Instituto Nacional de
Cultura (INC) del Cusco, evento que congregó a las
principales organizaciones sociales de la región. El
evento estaba previsto realizarse en el Paraninfo
Universitario, ubicado en la Plaza de Armas del Cusco,
pero las autoridades y fuerzas del orden conspiraron para
evitar que se realice en dicho lugar.

El Foro Social se inició a las 9 a.m. y se prolongó hasta
las 7 p.m. y estuvo organizado por la Asamblea Regional
Cusco, la Federación Departamental de Trabajadores del
Cusco (FDTC), la Federación Departamental de Campesinos
(FDCC), la Federación Agraria Revolucionaria Tupac Amaru
(FARTAC) y contó con el auspicio de Oxfam Internacional.

En el evento intervinieron como expositores
representantes de diversos sectores sociales como Juan
José Gorriti (CGTP), Rómulo Fernández (COMPYMEP), Esteban
Chacón (FDCC), Guillermo Rebosio (CONVEAGRO), entre
otros.

Existe un interés geopolítico detrás del TLC

Gorriti explicó qué no se han hecho estudios de impacto
del TLC en los diversos sectores productivos y que la
experiencia en México demuestra que ha habido graves
efectos sociales. Denunció el interés geopolítico para
controlar la cuenca del río Amazonas y todos los recursos
de madera y agua que existen.

El líder de CGTP denunció que el TLC pretende profundizar
la recolonización de nuestros países y encadenarnos al
modelo neoliberal. Lo grave es que el TLC, al ser un
tratado internacional estará por encima de nuestras leyes
y constituciones, dijo.

Las Mypimes serán perjudicadas

Rómulo Fernández, Presidente del COMPYMEP, informó de su
retiro de la quinta ronda de negociaciones del TLC en
Guayaquil al verificar la falta de transparencia en las
negociaciones y percatarse que en la práctica existe una
exclusión de la micro, pequeña y mediana minería en la
negociación.

Señaló que era falso que con el TLC van a crearse 123 mil
puestos de trabajo, como afirmó el ministro Ferrero. Por
el contrario, se perderían un millón y medio de empleos
por que las microempresas estarían condenadas a
desaparecer.

Fernández expresó su preocupación por la ausencia de una
agenda para la promoción industrial y destacó la
diferencia que existe entre los empresarios de Estados
Unidos que reciben créditos con una tasa de interés que
va del 3 al 6 por ciento al año mientras que las Mypimes
peruanas reciben una tasa de interés del 3 al 7 por
ciento al mes.

De igual modo precisó que el equipamiento tecnológico
promedio de los industriales USA es de tres años mientras
que el parque tecnológico nacional tiene una antigüedad
que va desde los 10 hasta los 40 años.

Impacto en el sector agrario

Una de las destacadas ponencias correspondió a Guillermo
Rebosio, miembro del equipo técnico de CONVEAGRO, quién
explicó la estrategia de negociación aplicada por Estados
Unidos y que le asegura una serie de ventajas.

El TLC no se limita a temas arancelarios o comerciales
sino que EEUU trata de lograr compromisos que van más
allá de la Organización Mundial de Comercio (OMC). El TLC
es, además, inversiones, compras públicas, patentes,
etc. es decir, implica una reforma completa del régimen
económico en el país.

Para la aplicación del TLC será necesario anular o
modificar muchas políticas públicas nacionales, debido a
que tiene una jerarquía superior a las leyes peruanas,
las que tendrán que ajustarse al TLC; y además será de
cumplimiento obligatorio por todos los niveles del estado
en el Perú: gobierno nacional, regionales y locales.

Rebosio explicó que el TLC tiene como antecedente el ATPA
y luego el ATPDEA, regímenes de promoción que permiten el
ingreso de productos peruanos con arancel cero al mercado
norteamericano y que ha permitido el crecimiento de un
sector ligado a dichos beneficios.

Las cifras demuestran que el ATPDEA ha estimulado un
crecimiento gigantesco de la agroexportación de productos
como el espárrago, el café, el mango y la cebolla. Pero
estos productos corresponden a un tipo de agricultor
empresarial costeño que maneja 20 o 30 hectáreas.

Asimismo se puede observar otro sector beneficiario del
ATPDEA como el sector textil. Sin embargo, su crecimiento
no ha significado el beneficio de la producción agraria
de su materia prima. En los últimos años el algodón
nacional, tanto el Pima como el Tanguis, se ha estancado;
mientras que se han duplicado las importaciones de
algodón norteamericano que han llegado con alto subsidio.

El balance del ATPDEA nos indica que quienes han sido
capaces de aprovechar este régimen no son la mayoría de
agricultores. Por esto, la promesa de que con la firma
del TLC vamos a ser exportadores agroindustriales no es
cierto para todos, sino para aquellos que encuentran un
nicho en el mercado norteamericano, tiene capital y puede
invertir en semilla y satisfacer los rigurosos controles
fitosanitarios de Estados Unidos.

Los subsidios al agricultor norteamericano

Rebosio explicó de qué manera las ayudas internas que
EEUU brinda a sus agricultores es uno de los principales
problemas para la suscripción del TLC. Diversas fuentes,
incluida la OMC, coinciden en que las ayudas internas que
EEUU brinda a sus agricultores es una fuente de
distorsión de los precios internacionales.

El experto explicó que la política comercial americana
viola todos los principios del libre comercio debido a
que los sectores agrarios siguen siendo objeto de
subsidios de gran magnitud que se otorgan bajo diversos
mecanismos como los precios de garantía.

Los subsidios representan hasta el 20 por ciento del
ingreso del agricultor norteamericano quienes actúan con
una gran ventaja frente a los agricultores de los países
andinos que compiten en condiciones de franca desventaja.

Por ejemplo, el año 2003 EEUU otorgó 94 mil millones de
dólares en subsidios, lo que representa el doble del
Producto Bruto Interno (PBI) peruano y 38 mil millones
directos a sus agricultores mediante precios de garantía
y otros mecanismos.

A pesar que en la OMC existe una corriente mundial en
contra de los subsidios EEUU promulgó el 2002 una nueva
ley agraria que fortalece sus programas de subsisidios e
incrementa en 181 mil millones de dólares los subsidios
entre 2002 y 2011.

La negociación del TLC en el tema agrario

Rebosio explicó que EEUU acepta eliminar los "subsidios a
la exportación" de sus productos agrarios pero lo que no
acepta es eliminar la mayor parte de subsidios directos
al productor agrario y que no son "a la exportación".
Estas ayudas internas a sus agricultores las acepta
negociar en el marco de la OMC más no así en el TLC.

De igual modo Estados Unidos no acepta la franja de
precios, que es un mecanismo para protegernos de los
subsidios norteamericanos. Gracias a la aplicación de la
franja de precios en los últimos 10 años ha disminuido
nuestra dependencia alimentaria en cuatro productos
sensibles como arroz, maíz, lácteos, azúcar y la
producción nacional ha crecido de manera importante.

Por ejemplo, la dependencia de arroz se ha reducido de un
40 a un 5 por ciento en los últimos diez años gracias a
la franja de precios. Sin embargo EEUU considera que la
franja de precios es un obstáculo grave para que ellos
nos vendan sus productos y tienen como objetivo
prioritario eliminar la franja de precios peruana que
protege cuatro productos y la franja andina que protege
12 productos.

Lo único que ofrece EEUU para protegernos de la
distorsión de precios provocados por los subsidios son
los plazos de desgravación, es decir concede más años
para que el país se adecúe al nuevo régimen. "Sin embargo
este ofrecimiento no va a la raíz del problema porque una
vez cumplido el plazo final el subsidio seguirá
existiendo. Esto es solo dar un plazo de agonía a los
productos" afirmo Rebosio.

Otro problema es que EEUU no reconoce todos nuestros
productos sensibles pues exige que se le demuestre tal
calidad. De acuerdo a los engorrosos procedimientos de la
OMC hay que demostrar técnicamente que la competencia nos
daña. Esto conllevará que de 10 productos sensibles al
final EEUU solo acepte dos o tres.

EEUU ha logrado en Centroamerica y Chile liberalizar el
comercio agrario y va a querernos obligar a ceder en
algunos productos importantes como trigo o algodón. Y va
a querer importarnos maíz, aceite de soya, cebada y
lacteos, productos que están interesados en colocar.

Su objetivo es consolidar su dominio en productos como
algodón y trigo pero también desplazar, mediante la
desgravación inmediata, a la Argentina de nuestro mercado
que en los últimos 10 años ha sido principal abastecedor
de cebada y maíz.

¿Cómo proteger los demás productos?

Guillermo Rebosio, explicó de qué manera la salvaguarda
especial agropecuaria es un derecho compensatorio
contemplado en el marco de la OMC que se aplica cuando se
importa en demasiada cantidad o a precios muy reducidos.

Estados Unidos ha aceptado en los TLC suscritos con Chile
y Centroamerica la salvaguarda especial agropecuaria pero
de manera muy restringida, es decir, solo durante el
periodo de desgravación, indicó. Los andinos han pedido
que la salvaguarda tenga una duración indefinida pues los
fenómenos de mercado no están vinculados al TLC sino que
obedecen a fluctuaciones y fenómenos del mercado mundial.

La perspectiva de negociación llevada a cabo por el
gobierno peruano son negativas por que EEUU se ha
mantenido en una posición muy contraria e inflexible,
mientras que los países andinos han mostrado su
disposición a retroceder e incluso han insinuado la
posibilidad de eliminar la franja de precios.

¿Que conclusiones se pueden sacar?

El técnico de CONVEAGRO concluyó su brillante exposición
con las siguientes precisiones:

1.. Con el TLC nuestros productores están excluidos de
participar en el mercado mundial de productos básicos
como trigo o lácteos y nos condena a dedicarnos a
productos marginales o exóticos.

2.. Los TLC se están negociando desarticulados de las
políticas internas nacionales. A pesar del ATPA y luego
ATPDEA el Perú no ha hecho nada en esta década por
mejorar la competitividad del productor agrario y somos
muy vulnerables ante la apertura comercial, que puede
tener consecuencias catastróficas en un mediano plazo.

3.. EEUU no ha flexibilizado en lo más mínimo su
posición inicial. El que ha cedido es el equipo
negociador de Perú sin lograr la más mínima concesión de
los EUU. Este es un pésimo indicador ante la última ronda
de negociaciones porque el último día vamos a tener que
ceder en todo y canjear la apertura comercial por
compensaciones internas. Es decir se abrirá el mercado
con arancel cero a los productos importados pero el
gobierno ofrecerá un subsidio interno a los sectores que
resulten afectados. Sin embargo, si el estado no ha
tenido capacidad de pagar ocho soles por quintal a los
productores de algodón tanguis ¿podrá manejar subsidios
a 15 o 20 productos afectados por la importación
norteamericana? se preguntó Rebosio.

Guillermo consideró francamente irresponsable que el
equipo negociador peruano ofrezca subsidios cuando en la
práctica será difícil implementar las compensaciones.
¿Por qué el gobierno debe usar sus escasos fondos
fiscales para neutralizar los subsidios americanos? Esto
no es razonable, justo ni equitativo, afirmó.

4.. No nos fijemos solo en el TLC pues tenemos que
revisar el tema del Mercosur y la Comunidad Andina pues
lo que no ingrese por EEUU puede ingresar por otros lados
y es necesario revisar cuidadosamente los acuerdos
suscritos. Por poner un ejemplo, la competencia de carnes
no va a venir tanto de EEUU como de Colombia, que a
partir del 2006 vendrá con arancel cero.

5.. Así negociemos un buen TLC si internamente no
hacemos políticas de estado, coherentes de promoción a la
competitividad agropecuaria, de igual modo no
aprovecharemos ninguna oportunidad y nos veremos
igualmente afectados. Ante la inquietud de los
participantes del Foro Nacional por los impactos del TLC
en la economía campesina Guillermo Rebosio explicó que la
agropexportación que promete impulsar el gobierno esta
fuera de la economía agraria andina y que los pequeños
agricultores andinos tienen poco que ganar y mucho que
perder si se negocia mal.

Si bien son pocos los productos americanos que competirán
directamente con los productos andinos sin embargo la
amenaza es que nos invadan productos agroindustriales
elaborados con productos importados como la harina de
trigo norteamericana y sus derivados: el pan, los fideos,
etc. En 5 a 10 años el consumo de estos productos irá en
aumento, quitándoles a los campesinos su mercado natural.

Por eso es importante que productos como el trigo, el
maíz, la cebada se traten con cuidado pues, por ejemplo,
las exportaciones de maíz han destruido la agricultura
tradicional de México, que está en una de las crisis
agrarias más graves de su historia.

La agricultura es el comienzo y la base de la sociedad
rural. Con el TLC el impacto social será gigantesco y la
base de la sociedad rural peruana se va a resquebrajar.
Con esto se va a generar migraciones y violencia.

En materia de propiedad intelectual los países andinos
insistieron en la normatividad de la Comunidad Andina que
prohíbe patentes sobres especies animales o vegetales
pero EEUU no lo acepta y quiere establecer compromisos
que van mas allá de lo firmado en la OMC, es decir quiere
lograr en el TLC lo que no ha logrado en al OMC.

Luego de la exposición de Guillermo Rebosio se recibieron
saludos de diversos invitados y hubo consenso que las
organizaciones deben incidir ante el Congreso de la
República que es el órgano que debe aprobar finalmente el
TLC y debemos unir esfuerzos para convencer a los
congresistas de que un mal TLC puede ser desastroso para
el país.

Una participante de Colombia manifestó que es una gran
suerte que en el Perú con 100 mil firmas se pueda
solicitar un referendo pues en su país esta posibilidad
estaba constitucionalmente vedada.

Diversos participantes hicieron diversos cuestionamientos
a los dirigentes de las organizaciones campesinas por no
estar unidos y demandaron coordinar de manera más
estrecha y oportuna para responder a grandes desafíos
como el TLC.

Esteban Chacón respondió que un ejemplo de unidad lo
habían dado las comunidades de la provincia de Espinar
que se habían unido al margen de sus diferencias de
afiliación nacional a la CNA o CCP. Finalmente, Antolín
Huascar clausuró el evento haciendo especiales votos por
la unidad de las organizaciones del sector agrario y
campesino.