Quién debe a Quién?
Frente al FMI, el Banco Mundial, la Deuda ilegítima que
reclaman los Acreedores, los gobiernos e intereses
cómplices con el saqueo, las políticas de Libre
Comercio como el ALCA y las negociaciones Unión
Europea-Mercosur, que prometen recolonizar a Argentina
y toda nuestra América, afirmamos que SOMOS NOSOTROS
LOS VERDADEROS ACREEDORES.
Por eso convocamos HOY, 12 de octubre, A PARTIR DE LAS
15 hs, en Plaza de Mayo, a una ASAMBLEA DE ACREEDORES
DE LA DEUDA SOCIAL, HISTÓRICA Y ECOLÓGICA, para exigir
el fin del genocidio y la destrucción ambiental,
restitución de lo que se han quitado a los pueblos y
reparación de los crímenes cometidos.
La ASAMBLEA es una iniciativa de la AUTOCONVOCATORIA NO
AL ALCA en Argentina, y forma parte de la Jornada
Continental de Lucha por la Vida y la Soberanía contra
el Libre Comercio y las Jornadas Mundiales de
Resistencia al pago de la Deuda Externa, el FMI y el
Banco Mundial.
LA VERDADERA DEUDA EXTERNA
(Exposición del Cacique Guaicaipuro Cuatémoc ante la
reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea).
Con lenguaje simple, que era trasmitido en traducción
simultánea a más de un centenar de Jefes de Estado y
dignatarios de la Comunidad Europea, el Cacique
Guaicaipuro Cuatémoc logró inquietar a su audiencia
cuando dijo:
Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatémoc he venido a
encontrar a los que celebran el encuentro.
Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la
América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a
los que la encontraron hace sólo quinientos años. Aquí
pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es
bastante. Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con
visa para poder descubrir a los que me descubrieron.
El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda
contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.
El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda
se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres
humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.
Yo los voy descubriendo.
También yo puedo reclamar pagos y también puedo
reclamar intereses.
Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel,
recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente
entre el año 1.503 y 1660 llegaron a San Luicas de
Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos
de plata provenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo
creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos
cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.
¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los
europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su
hermano!
¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores,
como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro
como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como
Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del
capitalismo y la actual civilización europea se deben a
la inundación de metales preciosos!
¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos
de plata deben ser considerados como el primero de
muchos otros préstamos amigables de América, destinados
al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la
existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho
no sólo a exigir devolución inmediata, sino la
indemnización por daños y perjuicios.
Yo, Guaicaipuro Cuatémoc, prefiero pensar en la menos
ofensiva de estas hipótesis.
Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que
el inicio de un plan "Marshalltezuma", para garantizar
la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por
sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes,
creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano
y otros logros superiores de la civilización.
Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del
Empréstito, podremos preguntarnos: ¿han hecho los
hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo
menos productivo de los fondos tan generosamente
adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?
Deploramos decir que no. En lo estratégico, lo
dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas
invencibles, en terceros reichs y otras formas de
exterminio mutuo, sin otro destino que terminar
ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en
Panamá, pero sin canal.
En lo financiero, han sido incapaces, después de una
moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y
sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas
líquidas, las materias primas y la energía barata que
les exporta y provee todo el Tercer Mundo.
Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de
Milton Friedman según la cual una economía subsidiada
jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para
su propio bien, el pago del capital y los intereses
que, tan generosamente hemos demorado todos estos
siglos en cobrar.
Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a
cobrarle a nuestros hermanos europeos la viles y
sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de
interés, que los hermanos europeos le cobran a los
pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la
devolución de los metales preciosos adelantados, más el
módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo
durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia.
Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del
interés compuesto informamos a los descubridores que
nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de
185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas
cifras elevadas a la potencia de 300.
Es decir, un número para cuya expresión total, serían
necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente
el peso total del planeta tierra. Muy pesadas son esas
moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en
sangre?
Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido
generar riquezas suficientes para cancelar ese módico
interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso
financiero y/o la demencial irracionalidad de los
supuestos del capitalismo.
Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos
inquietan a los indoamericanos.
Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que
discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente;
y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una
pronta privatización o reconversión de Europa, que les
permita entregárnosla entera, como primer pago de la
deuda histórica..."
Cuando el Cacique Guaicaipuro Cuatémoc dio su
conferencia ante la reunión de Jefes de Estado de la
Comunidad Europea, no sabía que estaba exponiendo una
tesis de Derecho Internacional para determinar LA
VERDADERA DEUDA EXTERNA, ahora sólo resta que algún
gobierno latinoamericano tenga el valor suficiente para
hacer el reclamo ante los Tribunales Internacionales.
Por Alfredo Balmaceda
Director de l'Àrea de Medi Ambient Institut Cerdà
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