"Es hora de acabar con la dependencia y la corrupción"

Honduras: Miles de firmas contra el TLC

2004-10-06 00:00:00

El pasado 28 de septiembre en Tegucigalpa, Honduras, el Bloque
Popular-Coordinadora Nacional de Resistencia Popular entregó al
Congreso de ese país 18 mil cartas exigiendo el rechazo del
Parlamento hondureño a la ratificación del Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos.

En la oportunidad, Carlos H. Reyes, presidente del STIBYS, fue
encargado por el Bloque Popular de fundamentar el reclamo ante
los legisladores hondureños. Las 18 mil cartas firmadas fueron
acompañadas por una extensa nota fundamentando la iniciativa, de
la cual incluimos aquí algunos de sus pasajes esenciales.

Los firmantes explican que su intención es "exponer la posición
que sustentamos sobre el Tratado de Libre Comercio 'negociado'
por los gobiernos de Centroamérica y Estados Unidos, y que se
encuentra en fase de aprobación, por lo que deberá someterse al
estudio de esta augusta Cámara para su rechazo o aprobación".

Después de realizar un racconto sobre las diversas opciones
políticas antinacionales que efectuaron los diversos gobiernos
de los últimos 80 años en ese país, afirman que: "Debemos
aprender de la historia para construir nuestro presente y
futuro, por eso vale recordar que, incluyendo el fracaso del
ferrocarril interoceánico, la historia de Honduras está marcada
por la injerencia externa y la corrupción".

En ese marco califican como una "mentira que Honduras saldrá del
subdesarrollo con la apertura económica, se puede constatar en
el curso de la historia; la apertura empezó, con el enclave
bananero y minero, continúa hoy con el enclave maquilador y las
políticas de desgravación arancelaria. A más de un siglo de
apertura y desregulación seguimos siendo una economía periférica
y subdesarrollada. Los países industrializados no han transitado
por el mismo camino que ahora nos ordenan, ellos aplicaron –y
continúan aplicando– políticas de fortalecimiento del Estado,
proteccionistas y de subsidios a su producción interna; con la
imposición de estos métodos neocoloniales, quieren evitar que
los países subdesarrollados podamos utilizar la misma escalera
que esas economías utilizaron para desarrollarse".

Según el Bloque Popular, "El TLC y la militarización son claves
en la política de seguridad nacional de los Estados Unidos,
piezas fundamentales en el avance económico y geopolítico del
imperio. El TLC no es una iniciativa de estos gobiernos, mucho
menos de los pueblos. La injerencia externa y la corrupción de
nuevo han estado presentes en el proceso de ajuste económico
previo a la firma del TLC y durante su firma; por ello, el ser
aprobado por este Congreso no sería nada patriótico, por el
contrario, atentaría contra la solidaridad humana, sería lesivo
a los intereses económicos del pueblo hondureño; propiciaría la
intervención y la violación a nuestra soberanía; sería contrario
al interés social y nacional; y, no se aprobaría sobre las bases
de una cooperación internacional justa".

Los autores del texto presentado ante el Congreso afirman:
"Debemos preguntarnos: ¿quiénes ganan y quiénes pierden con el
TLC?. Vuestro deber y mandato es velar por el interés del pueblo
hondureño y no por los intereses de unas cuantas empresas
nacionales y el capital transnacional. Es evidente que con el
TLC el pueblo pierde, porque se profundizarían las políticas de
ajuste estructural que tanto daño han generado en la población
hondureña, especialmente a los hogares de menores ingresos;
porque la micro, pequeña y mediana empresa –e incluso algunas
grandes empresas– se ahogarán por la falta de capacidad
competitiva frente a los productos importados; porque el agro
hondureño recibirá el tiro de gracia por las masivas
importaciones de granos básicos a bajos precios –por las
políticas de subsidios y apoyo a la producción agroexportadora
estadounidense– que quebrarán a los productores nacionales tal
como se puede constatar en el caso mexicano".

"El mercado mundial –agregan los firmantes– no puede modelar
nuestras economías y sociedades, decimos NO al TLC que propone
Estados Unidos porque es un instrumento de anexión, y decimos SI
a una INTEGRACIÓN construida desde los pueblos de la región.
Porque define reglas supranacionales de largo alcance a favor de
las empresas transnacionales. El TLC será una nueva Constitución
IMPUESTA DESDE AFUERA que incluye contenidos y artículos
pétreos. Se está redactando la constitución de un solo mundo
dirigida por el Organización Mundial del Comercio (OMC) como
fachada de las transnacionales. Si nos queda un poquito de
soberanía e independencia con el TLC la habremos perdido".

"Aprobar el TLC –considera el Bloque Popular– implica una
traición a los pueblos de los países Andinos y del Cono Sur que
hacen resistencia al ALCA, a los TLC, a la lucha de los pueblos
del tercer mundo por un nuevo orden económico internacional".

Y finalmente la nota enumera algunos por qué al rechazo
solicitado contra el acuerdo con el TLC:

"Porque las cuotas y desgravación arancelaria a corto y mediano
plazo son la muerte anunciada para la agricultura ya que
nuestras asimetrías son estructurales. El que el TLC las
desconozca constituye un atentado contra la soberanía
alimentaria y un crimen económico. La reducción de aranceles
debe basarse en metas de desarrollo y no en calendarios
políticos vía chantaje. Mientras nuestra agricultura desmanteló
el ajuste estructural a cambio de unos préstamos, la agricultura
de los Estados Unidos se desarrolla con elevados subsidios,
ayudas internas, alta tecnología y seguros agrícolas".

"La agricultura es la moneda de cambio para favorecer a la
maquila; con el agravante que, como la maquila no absorbe a las
personas que ingresan al mercado de trabajo, ni el que se pierde
en la agricultura, y con lo muy difícil que será competir con
China en materia de textiles, corremos el riesgo de perder gran
parte de la agricultura y el enclave maquilero y quedarnos
silbando en la loma con el TLC. Ya sufrimos esa tragedia con el
enclave bananero y minero".

"Porque la propiedad intelectual garantiza a las trasnacionales
el monopolio de la ciencia y la tecnología, evita el progreso de
nuestros pueblos y encarece la vida. Podrán patentar y manipular
genéticamente hasta plantas y semillas de campesinos e indígenas
y obliga a ratificar el convenio UPOV 91 que limita a los
agricultores a guardar la semilla protegida sólo si es para
consumo propio y no la puede intercambiar ni mejorar, y si un
agricultor siembra una semilla sin el pago de regalías perderá
la cosecha".

"Porque obliga a privatizar los servicios públicos, y la
experiencia de los hondureños en este campo es desastrosa. Hasta
el agua, que no es un servicio sino un bien natural, la están
privatizando y avanzan con la educación y la salud en un pueblo
pobre e ignorante. Eso es un crimen".

Al final, los hondureños contra el TLC preguntan a sus
legisladores: "¿No creen ustedes honorables Diputados que ya es
tiempo de que nos empecemos a sacudir de la injerencia externa y
la corrupción?".

© Rel-UITA
5 de octubre de 2004
SIREL # 858

Rel-UITA - Regional Latinoamericana de la Unión Internacional de
Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles,
Restaurantes, Tabaco y Afines.