Colombia: El modelo del "abrelatas" en el TLC
La Tarde, septiembre 21 de 2004
Un conocido chiste cuenta que tres náufragos que alcanzaron
a llegar a una isla quedaron en posesión para su sustento
sólo de una lata de comida. El primero de ellos, un
químico, indicó que el mejor método para abrirla era
mantenerla en agua salada, la sal la corroería y el asunto
quedaba resuelto. El segundo, un físico, reclamó como modo
más eficaz para el objetivo propuesto golpearla con alguna
piedra hasta que cediera. Finalmente, el tercero, un
economista adicto a los modelos, comenzó su propuesta
diciendo: "Supongamos que tenemos un abrelatas…". Este
cuento sirve de analogía a lo que sucede con el último
estudio de Planeación Nacional respecto a los impactos para
Colombia en productividad, bienestar, empleo, comercio
exterior, distribución del ingreso, exportaciones e
importaciones y situación fiscal derivados de la firma de
un tratado bilateral de comercio con Estados Unidos.
Dicho estudio se basa en un Modelo de Equilibrio General
Computable, un instrumento de la economía para simular
escenarios previsibles, al que Santiago Montenegro tuvo que
recurrir ya que en el primero que presentó hace más de un
año, las importaciones aparecían creciendo el doble de las
exportaciones. Como en el caso de los náufragos,
Montenegro, conforme con la crítica del catedrático Germán
Umaña, acude a unos supuestos tan inexistentes como que las
exportaciones y las importaciones estarán equilibradas, que
no se deberá acudir al financiamiento de la economía con
deuda externa, que los Estados Unidos van a eliminar sus
barreras no arancelarias tales como normas sanitarias,
cuotas, ayudas internas y otras conocidas, que todos
nuestros recursos de capital y tierra se utilizarán
plenamente con altos rendimientos y que el desempleo
estructural será del 9%. No se contempla el impacto del
tratado en el comercio con otros países como Venezuela, un
socio importantísimo, ni tampoco las variables monetarias y
se asume que la estabilidad macroeconómica será total.
Umaña advierte que el modelo se funda en que la apertura
plena para productos y servicios hará milagros tanto que si
la realidad evidencia lo contrario, "la que se equivoca es
ésta última y no el modelo".
Pero lo más grave no es sólo el desatino académico sino que
entre los supuestos asumidos hay unos que parecen dictados
por Robert Zoellick como que los servicios turísticos,
bancarios y de telecomunicaciones se liberarán
completamente para los gringos, que lo mismo se hará para
los servicios profesionales, que Colombia especializará su
agricultura en productos tropicales como yuca, plátano y
palma para que, según Montenegro, insólitamente "sigan el
ejemplo del café" y no se contabilizan los costos a las
firmas y a los consumidores que acarreará el sistema de
patentes y demás de propiedad intelectual que se quiere
instaurar. El desatino es tan monumental que lo que parece
es que el modelo de Montenegro está hecho más para validar
una negociación contraria al interés nacional que para dar
una previsión seria del eventual desenlace del convenio
desigual que el país pretende suscribir.
Y como cosa de locos, en la sesión de presentación a
instancias de la CEPAL, se mostraron otros ejercicios
hechos por funcionarios del Banco de la República, del CIDE
y de FEDESARROLLO que arrojaron resultados distintos y
hasta contradictorios con los de Montenegro. En el primero,
por ejemplo, las importaciones siempre aumentarán más que
las exportaciones y crecerá el empleo informal y el no
calificado, muestra además una caída sensible de la
agricultura por los obstáculos comerciales que Tío Sam
impone ilegalmente en ese sector y prevé pérdidas en varias
ramas industriales como plásticos, químicos, automotriz y
de madera. Acorde con el CIDE, el déficit fiscal se
mantendrá por encima del 4% del PIB, lo que arriesga la
estabilidad macroeconómica aunque con impuestos indirectos
como el IVA se financiará la reducción de tarifas
arancelarias, y la informalidad laboral rondará el 30%. El
tercero, pronostica que en 28 años, si la inversión crece
anualmente al 20%, se logrará el equilibrio económico,
mientras Montenegro afirma que en 5 años se verán los
beneficios. En los tres casos el desempleo jamás bajará del
13% y el bienestar del consumidor no llega ni a la mitad de
lo que estima Planeación Nacional.
Estudios como el de Montenegro muestran que en la
crematística el régimen de Uribe opera su propio estatuto
antiterrorista, "torturar las cifras hasta que confiesen",
algo a lo que el ex director del DANE, César Caballero, no
se prestó a practicar. Aquí el abrelatas funciona aunque no
se halle a cinco mares a la redonda.