El Movimiento Campesino y Agrario frente al Tratado de Libre Comercio para decidir la firma del TLC:

Perú: ¡Referéndum!

2004-09-16 00:00:00

La Confederación
Campesina del Perú, miembro del CUNGA, CONVEAGRO e integrante
de la Campaña Peruana frente al ALCA, se dirige a las
Comunidades Campesinas, a los pequeños productores y a la
opinión pública, para dar a conocer su posición
frente al Tratado de Libre Comercio (TLC).

Nunca estará
de más dejar de señalar que - el TLC tal como se viene
negociando - es una temática que tendrá no sólo
consecuencias para el presente sino para el largo plazo, que afectará
inevitablemente los destinos del país y del agro peruano. Por
estas mismas razones en él ultimó evento nacional de
CONVEAGRO, que se realizó entre el 2 y 3 de setiembre, está
problemática mereció toda la atención y el
interés de los participantes, tanto en los análisis
como en los debates que se suscitaron, en los cuales se afirmaron
coincidencias, así como también se hicieron visibles
naturales diferencias.

Desde esa
perspectiva, con el presente documento que ponemos a su alcance, la
CCP, desea contribuir a que el movimiento campesino y agrario,
adopten las propuestas que además de enarbolar nuestras
legítimas demandas como parte de la construcción de un
nuevo país; contribuyan al diseño de las estrategias y
vías que nos permitan acumular fuerzas para la consecución
de estos objetivos.

CUANDO
EL TIBURÓN JUEGA A LA RONDA CON LAS SARDINAS
Como
es de conocimiento público, desde el 18 de mayo del presente
año, el gobierno de los EEUU (G. Bush) y el gobierno del Perú
(A. Toledo), vienen negociando aceleradamente el TLC, a través
de un proceso que incluye la realización de 8 rondas (ya se
han realizado tres: Cartagena, Atlanta y Lima) que debe culminar en
febrero del 2005; y que partir de esa fecha, se espera que los
congresos de ambos países lo aprueben, con la finalidad de que
quede expedito, para su firma definitiva.

Señalada
esta información básica, se hace necesario que
coloquemos en primer plano algunas características generales
de naturaleza política, económica y democrática,
que inevitablemente tiñen y marcan al conjunto de la
negociación que esta en curso; con mayor razón, si
prácticamente nos encontramos a la mitad de dicho proceso, ya
que entre el 13 al 17 de setiembre, se produce la cuarta ronda de
negociaciones en Puerto Rico (San Juan).

En
primera instancia, es bueno acotar, que mientras que en el caso
de los EEUU, el gobierno de Bush, para negociar, necesitó la
autorización del Congreso de su país en el marco de su
Ley de Promoción de Comercio, que vela por los intereses
geopolíticos y económicos de la potencia imperial; en
el caso del Perú, el gobierno de Toledo se toma las facultades
de negociación, sin contar con la autorización del
Congreso de la República y sin consulta al pueblo peruano.

Es
decir, los negociadores peruanos, no tienen sujeción a ninguna
Ley Marco que regule este proceso. Situación que se hace
critica si tomamos en cuenta que estamos ante un gobierno que ha
perdido el apoyo de la gran mayoría de la población y
se encuentra desligitimado, con la agravante de que esta copado por
los poderes fácticos neoliberales que tienen una amplia
vocación para impulsar una inserción subordinada a los
centros de poder mundial.

En
segunda instancia, desde del inicio de las negociaciones del TLC
(mayo-2004) e incluso desde mucho más antes cuando se planteo
por primera vez el TLC (setiembre-2003), el gobierno de los EEUU,
hizo conocer su vocación imperial, al señalar que el
TLC sólo lo firmarían, si el gobierno de Perú,
cumple previamente o de manera paralela al proceso, condicionantes de
orden político y económico.

Reafirmándose
nuevamente en sus condiciones políticas que alcanzaron a
través del ATPDEA (política sobre narcotráfico y
su política contra insurgente), ahora han centrado sus
exigencias en el plano empresarial, al plantear como condición
para la firma del TLC, que es indispensable resolver (“sanear”),
los juicios que tienen 12 empresas norteamericanas en el poder
judicial. Esta disputa, corresponde a la cifra de 260 a 310 millones
de dólares, que no es poca cosa, que adquieren mayor
trascendencia, si tomamos en cuenta que las empresas implicadas en
estos procesos judiciales, tienen una inversión en Perú
de cerca de 1,600 millones de dólares, que representan
aproximadamente el 50% del total de la inversión
norteamericana en el país (Documento de la Embajada de EE.UU.
Comercio Sin Fronteras).
Todo
hace prever que frente a esta disputa, la administración
norteamericana difícilmente cederá ó dará
marcha atrás. Sin embargo, lo que debemos destacar, es el
hecho de que ello revela con nitidez, que es el gobierno de Bush
quien impone las pautas y reglas en la negociación. Peor aun,
que para el gobierno de EEUU, el TLC, no es una relación entre
países pares ó iguales que se respetan mutuamente, sino
que las la ubican en su clásica relación de centro vs.
Periferia (Tiburón vs. Sardina). Por estas “poderosas
razones” estas exigencias son reiteradas y a días de
iniciarse la cuarta ronda de negociaciones, el embajador de EEUU en
Perú, nuevamente ha vuelto a la carga sobre este tema. Al
respecto, el Diario Gestión, del jueves 9 de setiembre, da
cuanta de esta declaración, informando que:

“El
embajador de EEUU en el Perú, James Curtís Struble,
sostuvo que su gobierno no presentará al Congreso
estadounidense el documento del TLC para su aprobación si es
que antes no se solucionan los contenciosos pendientes con empresas
de ese país”.

En
Tercera instancia, los gobiernos de EEUU y del Perú,
tienen también importantes coincidencias sobre como procesar y
llevar adelante el conjunto de las negociaciones. De un lado, ambos
gobiernos, están interesados en que el proceso se acabe lo más
rápido posible por las dificultades que tienen en el manejo de
sus tiempos políticos. El gobierno de Bush, ha escogido la
llamada “vía rápida” para no someterse a
ninguna clase de riesgo, en caso que pueda perder las elecciones
presidenciales que se realizarán en su país, en
noviembre del presente año. El Gobierno de Toledo, sabedor de
que se acabo su ciclo de gobierno, espera que este tema como hecho
consumado, contribuya de manera decisiva a su sostenimiento hasta el
2006.

Por
otro lado, ambos gobiernos, tienen también la coincidencia
antidemocrática de que las negociaciones se procesen en
secreto. Sólo están facultados para conocer la
información completa los negociadores y los poderes que están
alrededor de cado uno de los gobiernos. En cambio las sociedades
civiles y las organizaciones políticas, gremiales y sociales;
tanto de EEUU y de Perú, no conocen hasta ahora los textos de
la negociación. El llamado “Cuarto de a lado”, que
funciona cada vez que se instala una ronda de negociaciones, sólo
recibe la información que previamente ha sido clasificada por
ambos gobiernos; y cuando los participantes tienen esa información
parcial, no pueden incidir ni decidir sobre el curso de la
negociación.
Vistas
las caracterizas generales del proceso y teniendo en consideración
que el TLC pretende ser convertido en una ley supranacional de
carácter vinculante, la CCP, considera que es de vital
importancia analizar con más detalle y precisión
posible, las propuestas y las estrategias que el gobierno de Estados
Unidos y el gobierno de Perú, vienen desarrollando frente al
TLC; para que en ese marco, el movimiento campesino y agrario, deban
también desarrollar sus propias propuestas y estrategias
frente al TLC.

I.      
FRENTE AL TLC: ¿CUALES SON
LAS ESTRATEGIAS EL GOBIERNO DE EEUU,?

A
raíz del fracaso de la Conferencia Ministerial de la
Organización Mundial del Comercio (OMC), realizada en
Cancún-México, en setiembre del 2003, donde la
agricultura fue el epicentro de la crisis; y ante las gruesas
dificultades para implementar el ALCA en enero de 2005, por las
posiciones desarrolladas por Brasil y el MERCOSUR; el gobierno de
Bush, esta padeciendo de una enfermedad que en los círculos
comerciales internacionales se le conoce con el nombre de “Trataditis
Aguditis”.

Dominado
y preso de esta obsesión; ha comenzado nuevamente y a mayor
escala, a implementar aceleradamente una segunda ola de los TLCs,
tanto en América central, así como con varios países
del Área Andina, dando continuidad al TLCAN (EEUU - Canadá
-México) que se firmó en 1995 y al TLC con Chile, cuyo
proceso de negociación culminó en diciembre del 2002.
Sin dejar de lado la política de impulsar los acuerdos
multilaterales que se supone que son las normas que corresponden a la
era de la globalización, el gobierno de Bush, parece haber
encontrado nuevamente en las relaciones bilaterales, la llave para
dar continuidad a sus intereses de gran potencia.

Para
los casos del Perú, Ecuador y Colombia, el gobierno de los
Estados Unidos, tomando como referencia el TLCAN y el TLC con Chile,
desarrolla un conjunto de propuestas y estrategias, que se hace
indispensable analizarlas, con la finalidad de saber con la mayor
claridad posible el contenido de dichas estrategias, con las cuales
busca y pretende hacer realidad un TLC a la medida de sus ambiciones
imperiales. Pasamanos a señalarlas:

1.1      
La primera estrategia para EEUU, es que los TLCs, son espacios
para consolidar y ampliar sus intereses de expansión
geopolítica, económica y comercial. Para los
Estados Unidos, el factor ordenador que canaliza sus relaciones con
los países andinos, es en primer lugar el desarrollo de sus
intereses de control geopolítico, no solo sobre el Área
Andina sino de América del Sur.

Por ello, sin negar
la importancia que EEUU le otorga al TLC en la dimensión
económica, busca como primera prioridad, que nuestros países
acepten su política de Seguridad Nacional y su conducta
guerrerista a escala mundial y regional, así como que
adoptemos de manera sostenida su política frente al
narcotráfico y sus concepciones fundamentalistas en la lucha
contra el terrorismo; y para ello, están dispuestos a hacer
algunas concesiones en el terreno económico, siempre y cuado
afiancen sus objetivos. En ese sentido, para los EEUU, el TLC, debe
ayudar a consolidar el Plan Colombia como plan Andino.

Esta
política norteamericana se hace más patente después
del atentado terrorista del 11 de setiembre del 2001. En parte, estos
objetivos políticos de Estados Unidos los logra alcanzar,
cuando en octubre del 2002, el congreso Norteamérica otorga
unilateralmente las preferencias arancelarias con el ATPDEA. Ahora
con el TLC, los EEUU no sólo quieren consolidarlos, sino que
los ubica como parte también de sus estrategias de orden
continental y mundial.

Mejor
dicho, como parte consustancial de esta misma estrategia, los TLCs,
deben también contribuir de manera decisiva a desdibujar ó
quebrar las acumulaciones regionales como la Comunidad Andina de
Naciones (CAN) y del MERCOSUR, para volver a insistir posteriormente
en su proyecto del ALCA. En el plano mundial, esta estrategia debe
aportar a mejorar sus condiciones de negociación al interior
de la OMC, en su disputa por el control económico - comercial
del mercado mundial y para frenar (sino derrotar) los avances del
G-20, liderado por Brasil, China y la India.

1.2      
La segunda estrategia es que los TLCs deben incorporar los temas
que no pudieron ser tratados en la OMC. Para el gobierno de
EE.UU., los TLCs deben incluir necesariamente, aquellos temas que no
pudieron ser tratados ni implementados en la OMC, como son los casos
de los temas sobre inversiones, compras estatales y ley de
competencias. Para ilustrar esta afirmación, veamos el
siguiente cuadro, que da cuenta de los temas que por acuerdo de todos
los países se trata en la OMC; y aquellos temas, que hasta
ahora no se trata en la OMC porque existen importantes discrepancias
y desacuerdos, principalmente entre las potencias, es decir entre
EEUU, la UE y el Japón. Este mismo cuadro da cuenta también,
de la amplitud de temas que logró imponer los EEUU, tanto en
el ALCA como en los TLCs.

LOS TRATADOS
COMERCIALES QUE IMPLEMENTA EE.UU. 

 

Participación

Acceso
a mercados (CATT)

Agricultura
(ASA)

Servicios
(AGCS)

Propiedad
Intelectual

Inversiones

Compras
estatales

Políticas
de Competencia

OMC

Mundial