Las regiones, otras damnificadas del TLC
Pronunciamiento
En las negociaciones del TLC con Estados Unidos, uno de los
temas que ha sido polémico es el posible efecto y la
participación de las regiones en el mismo. Del tratado entre
Estados Unidos y México se reconoce como resultado prioritario
el aumento de las disparidades regionales. El gobierno
colombiano ha sido sordo ante muchos reclamos regionales que ven
amenazados sus sectores productivos, sus empresas públicas y aun
más su capacidad para desarrollar programas sociales, de llegar
a firmarse el TLC. Un ejemplo de esto son las recientes
declaraciones de Luis Eduardo Garzón, Alcalde de Bogotá, quien
además de señalar el carácter secreto de las negociaciones,
mostró su preocupación sobre los peligros para empresas
distritales como la de teléfonos y energía y expresó reservas
sobre el efecto de temas como la soberanía alimentaria y el
acceso a medicamentos genéricos para la población bogotana.
En las negociaciones no caben las regiones y el gobierno
nacional se ha limitado a realizar unos cuantos seminarios, en
los cuales hace propaganda entre sectores empresariales sobre
las virtudes del libre comercio y promueve una ilusión
exportadora, ya que el esquema negociador, que deja para el
final las decisiones cruciales, no permite informar nada.
El tratado se está negociando sin diagnósticos sobre su impacto
regional y subsiste una gran ignorancia entre las autoridades
locales y fuerzas vivas locales de la región acerca de las
graves implicaciones de lo que se está negociando.
En la mitad de su mandato y después de más de un año de
promulgado el plan de desarrollo y a seis meses de la firma del
TLC, el gobierno está, a marchas forzadas, improvisando un nuevo
plan de desarrollo que con el nombre de "agenda interna" prepara
al país para este tratado. Con ese esquema de, primero el
tratado y después la preparación para el mismo, se revela
nuevamente la obsesión gubernamental de firmar lo que sea y a
toda costa.
Las autoridades locales deberían debatir el asunto con la
sociedad civil y manifestar en forma clara sus preocupaciones y
críticas y engrosar las filas de los que vemos en este tratado
una grave amenaza.
Junio 27 de 2006