La contradictoria economía de México y Chiapas
BOLETIN "CHIAPAS AL DIA" No. 416
CIEPAC; CHIAPAS, MÉXICO (16 de junio de 2004)
La contradictoria economía de México y Chiapas:
Macroeconomía sana, mayor pobreza y desempleo I/II
Miguel Pickard
Resumen: Esta es la primera parte de dos boletines que
reproducen el ensayo preparado para un libro sobre la
autonomía como respuesta y alternativa a la globalización
neoliberal que será publicado en 2004 por la organización
solidaria Mani Tese de Italia, entre otras. El texto
procura desmentir la imagen positiva que con frecuencia se
tiene en el extranjero del desempeño económico de México,
sin negar que hay indicadores favorables. Sin embargo,
una mirada más detenida a los resultados del modelo
neoliberal que se ha impuesto en el país durante mas de
dos décadas demuestra el fracaso que ha sufrido para elevar
el bienestar de los mexicanos, presentándose de hecho
retrocesos en términos de crecimiento, empleo, pobreza y
distribución del ingreso nacional.
Introducción
La imagen de México como país ejemplar por su "exitosa"
adaptación económica e integración a la globalización ha
sido difícil de rectificar. Durante muchos anos, las
instituciones financieras internacionales, el Departamento
del Tesoro estadounidense y otros gobiernos apuntaron
hacia México como modelo a seguir. Tras una virtual
quiebra en 1982, sucesivos gobiernos mexicanos reorientaron
su economía, dejando atrás esquemas económicos que fueron
tachados de "anticuados", abrazando con fervor un nuevo
modelo que pretendía "eficientar" la economía y llevar al
país al anhelado desarrollo.
La imagen favorable de México que se sembró a los cuatro
vientos no es totalmente falsa, pues hay indicadores
macroeconómicos positivos. Pero también es cierto que,
tras 20 año de políticas neoliberales, (1) el país no logra
encontrar una ruta que conduzca al crecimiento sostenido,
la generación de empleos, el abatimiento de la pobreza, es
decir, al incremento del bienestar de la población. Al
contrario, la evidencia apunta hacia un deterioro en los
niveles de vida de los mexicanos. En términos sociales y
ambientales el modelo neoliberal ha fracasado. México es un
país con mayor pobreza, mayor deterioro ambiental y
social, mas inseguro y mas pesimista sobre su futuro, que
hace un cuarto de siglo.
Una situación similar prevalece en Chiapas. La pobreza se
profundiza y el estado se ha convertido en uno de los
mayores "expulsores" de mano de obra en el país. Estudios
recientes, utilizando índices de bienestar que combinan
varios indicadores, vuelven a calificar al estado como el
mas pobre de México. Sin embargo este sombrío panorama
prevalece en medio de cierto crecimiento, de finanzas sanas
del gobierno, la expansión de la frontera agrícola y una
perspectiva "estable", que les permiten a organismos
internacionales, evaluadores del riesgo que enfrentan los
inversionistas, otorgarle a Chiapas cada vez mejores
calificaciones.
La situación va mas allá de si el vaso esta medio lleno o
medio vacío. Vistos solos, los indicadores positivos de
que tanto se vanagloria el gobierno, sin un contexto mas
amplio, presentan un panorama distorsionado, pues no
expresan la difícil realidad de 67.8 millones de
mexicanos, equivalente al 73.3% de los hogares, de una
población de 102 millones, que viven en la pobreza o
pobreza extrema. Ocultan también nada menos que un
genocidio (2) de los pueblos indígenas, mediante la
aplicación de un modelo económico que considera que
"sobran" los campesinos e indígenas del país, al no poder
competir muchos de ellos con los mercados internacionales,
rasero prioritario de los tecnócratas neoliberales en el
gobierno.
Lo que pretendemos en este ensayo es dar algunos elementos
de un panorama mas amplio, a fin de entender la aparente
contradicción de la economía en México y Chiapas en 2004,
con una macroeconomía relativamente sana, por un lado, y
con creciente pobreza y desigualdad, por otro. Tanto el
presidente Vicente Fox, como el gobernador de Chiapas,
Pablo Salazar, llegaron en diciembre 2003 a la mitad de su
mandato de seis anos, y parece buen momento para ofrecer
una caracterización de lo que "el éxito" que proclaman los
burócratas ha significado para el pueblo mexicano.
Asimismo haremos una proyección de perspectivas para el
mediano plazo.
Un poco de historia
Durante mas de 40 anos (1940-1982) México siguió el modelo
de industrialización por sustitución de importaciones
(ISI). No obstante sus problemas y contradicciones,
relacionados con la naturaleza del Estado mexicano y de la
iniciativa privada del país, el modelo ISI tuvo bastante
éxito al generar empleo, incrementar tanto el producto
interno bruto (PIB), como el PIB per capita y rectificar
en algo la histórica desigualdad en la distribución del
ingreso, tanto entre clases como geográficamente.
Asimismo creo una base industrial sustancial que hizo de
México un importante productor de bienes intermedios y de
consumo.
El cambio de modelo empieza en 1982, cuando el país declara
una moratoria al no poder cumplir con los pagos del
servicio de su deuda. La deuda había alcanzado ese ano
los US$ 86 mil millones, un aumento de 330% en seis anos.
En ese momento alrededor del 75% de la deuda la tenia
México con bancos comerciales, una tercera parte con
bancos de EEUU. En apresuradas reuniones en Washington en
agosto de 1982 con altos ejecutivos de los bancos
estadounidenses, funcionarios del Departamento del Tesoro y
oficiales de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados
Unidos (NSA), los atribulados funcionarios de Hacienda de
México accedieron a una solución para los bancos, y un
grillete para México.
El acuerdo logrado consistió en el otorgamiento de la banca
de millonarios prestamos adicionales para México, para que
pudiera seguir pagando su deuda. Así, los bancos no
tuvieron que declarar "insolvente" a México y evitaron un
descalabro en sus propias finanzas. La alternativa, que
México suspendiera el pago del servicio de su deuda,
hubiese significado el cierre de algunos de los bancos mas
importantes de EEUU y un enorme sismo para el sector
financiero en todo el mundo. De ahí el interés de la NSA
de presenciar las reuniones.
México se siguió endeudando con fondos que en esencia no
llegaban al país. El dinero fresco servia para pagar el
servicio de una deuda cada vez mas abultada o para
facilitar la fuga de capitales que durante los 80 acelero
su paso. Se estima que de 1971 a 1985 México perdió US$56
mil millones por la fuga de capitales, equivalente al 60%
de la deuda acumulada en igual periodo. (Barry, 1992)
La economía no repuntaba y en poco tiempo el proceso de
renegociación de la deuda se tenia que repetir,
incrementando nuevamente el saldo insoluto de su deuda
externa. Por este proceso iterativo, ya para 2000 México
había pagado a sus acreedores ocho veces el saldo original
del endeudamiento, según el Banco Mundial. (González
Amador, 2002)
A mediados de los 80 el Fondo Monetario Internacional (FMI)
interviene para proveer fondos en términos algo mas
favorables para el país que los que otorgaba la banca
comercial, pero a cambio de exigir a México la
implementación de políticas de ajuste estructural (PAE).
Las PAE impulsarían la mutación de la economía mexicana
hacia el modelo neoliberal, mediante medidas consabidas:
reducciones en aranceles y otras barreras al comercio, la
liberalización de la inversión extranjera y del mercado
financiero, recortes en el gasto publico, especialmente en
el gasto social, la venta de empresas paraestatales y el
desmantelamiento de una serie de subsidios al consumo
popular. Las medidas se profundizaron durante los 90 con la
administración de Carlos Salinas de Gortari y siguen hoy
con Vicente Fox.
Pero el modelo neoliberal trajo estancamiento económico.
Se suele hablar de los 80 como la "década perdida" en
términos de crecimiento económico, pero para México se
trata de dos décadas perdidas, pues la economía desde 1982
no encuentra el crecimiento sostenido (ver el Cuadro No. 1)
y la pobreza se extiende.
CUADRO NO. 1 CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA MEXICANA
Promedio Anual
Indicador
Periodo
1950-1970 1981-1993 1994-2002
Crecimiento del PIB 6.6% 3.3% 2.7%
Crecimiento del PIB
per capita 3.3% -0.3% 1.4%
Fuentes: Dussel (2000) para 1950-1970, Galleger y Zarsky
(2003) para los otros periodos.
Ya para 1988 el pueblo mexicano había resentido los efectos
de la liberalización, principalmente por la perdida de
cientos de miles de puestos de trabajo y por el deterioro
sustancial en el poder adquisitivo del salario. Hubo
elecciones presidenciales ese ano y el pueblo mexicano voto
en contra del camino liberalizador que había emprendido el
reinante PRI (Partido de la Revolución Institucional),
volcándose por una pluralidad de votos a favor del
opositor de izquierda Cuauhtemoc Cárdenas. Sin embargo en
uno de los robos electorales mas descarados en la historia
de México (que ha visto muchos), donde medio la "caída" del
sistema de computo de votos la noche de los comicios, se
le negó a Cárdenas la victoria. El gobierno del presidente
saliente, Miguel de la Madrid, declaro la victoria "clara,
contundente e inobjetable" de Carlos Salinas de Gortari.
Según el New York Times, el gobierno de Estados Unidos
avaló el fraude electoral, a fin de impedir la llegada de
un gobierno de izquierda y así asegurar, mediante Salinas,
la continuidad de las reformas neoliberales. (NYT, 2004)
Se trastoco en 1988 el desenlace democrático, pero la
alarma de alerta había sonado, particularmente para
Washington, pues el "peligro" podría presentarse de nuevo
mas adelante. Ante tal eventualidad hacian falta candados
que aseguraran la continuidad del proyecto neoliberal, mas
allá de los veleidades de cualquier presidente, en
particular de la opción combatida por los estadounidenses,
la de un izquierdista y nacionalista como Cárdenas.
Los candados tomaron una forma inesperada: la de tratados
internacionales, pregonados como mecanismos para facilitar
el comercio, pero que encerrarían una profunda agenda
política. En 1990 el presidente Salinas viajo a
Washington para empezar las negociaciones que desembocarían
en la firma en 1993 del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de
América del Norte) entre México, Canadá y Estados Unidos.
El Tratado, ratificado por las tres legislaturas,
significa que futuros gobiernos tendrán dificultades para
revertirlo, sin hacerse objeto de fuertes sanciones
económicas que, particularmente en el caso de México,
podrían desestabilizar el país. Además de asuntos
comerciales, el Tratado codificaba e institucionalizaba la
orientación neoliberal de la economía en asuntos de
inversiones, compras gubernamentales y un flamante
mecanismo (el Capitulo 11 del TLCAN) que permite a empresas
demandar a gobiernos, en tribunales secretos, por supuestas
"expropiaciones indirectas", es decir, cualquier medida
gubernamental que impida a las empresas obtener las
ganancias que tenían previstas realizar.
Los artículos del Tratado dan poderes y privilegios a las
empresas, inéditos hasta ese momento. A la vez dificulta
o imposibilita medidas gubernamentales que restrinjan la
libertad de las empresas. Además el TLCAN coarta la
democracia, al colocar al capital privado por encima del
control ciudadano. Por ejemplo, las "restricciones al
comercio" del Capitulo 11 son definidas de tal forma que
casi cualquier norma ambiental, laboral, social o de
derechos humanos puede ser cuestionada y eventualmente
rescindida. En esencia prohíbe toda medida que los
gobiernos pudieran tomar para definir una política de
desarrollo favorable para los intereses del pueblo, pero
contraria a los intereses de las grandes empresas. En tal
sentido el Tratado tiene un valor "supranacional",
supraconstitucional, de carácter inapelable y
antidemocrático.
Pero lo anterior es solo un ejemplo de un fenómeno mas
amplio. Lo que vive México desde los 80, mediante
sucesivos acuerdos con el FMI y los numerosos acuerdos
comerciales, es nada menos que la destrucción de la
autonomía económica y política del Estado. Así la
economía mexicana no tiene rumbo propiamente "nacional", si
por ello entendemos una economía que responda a los
intereses de los mexicanos, orientada hacia el mejoramiento
de sus condiciones de vida. El eje de la economía, la
"fuerza motriz", que le imprimía un sentido y una
dirección nacionales, ha dejado de emanar desde el Estado.
Lo que ha ocurrido en las ultimas dos décadas es la
transferencia del mando de control de la economía a una
difusa, pero ideológicamente bien definida, iniciativa
privada, mayormente extranjera, en particular
estadounidense.
De repente queda prohibido para México caminar por el mismo
sendero transitado por todos los demás países hoy
desarrollados, mediante una industrialización de carácter
nacional. La industrialización en los países del llamado
primer mundo tuvo, en mayor o menor grado, una orientación
estatal que canalizaba recursos y otorgaba protección a
ciertos sectores priorizados, según los criterios decididos
internamente. Pero a los países en vías de desarrollo se
les ha "quitado la escalera" (Chang, 2003) para acceder a
cada vez mayores niveles de industrialización.
La desafortunada combinación de tratados comerciales con
ventajas para empresas, mas el ajuste estructural impuesto
por la banca multilateral, mas autoridades mexicanas
sumisas y comulgantes con el neoliberalismo, ha
significado que el país esta impedido de buscar superar sus
ventajas comparativas como hicieron los países hoy
industrializados. Ese camino quedo truncado para México.
De hecho el país se ha "desindustrializado" en 20 anos y
el Estado esta legalmente maniatado para revertir la
tendencia. No es exagerado decir que en lo económico el
país esta ahora al servicio de las grandes empresas.
Las perspectivas a mediano plazo
El proceso de desnacionalización de la economía mexicana y
su progresiva "corporativización" no ha concluido. A pesar
de los magros resultados del modelo neoliberal en México
(que revisaremos con mas detalle en el siguiente
apartado), no es previsible un cambio brusco de
orientación. Al contrario, con los gobernantes que hoy
predominan en el país, todo apunta hacia una profundización
del modelo.
En México queda poco por privatizar a nivel federal. Las
dos principales paraestatales todavía en manos del Estado
(la Comisión Federal de Electricidad y PEMEX) están siendo
privatizadas por pedazos, y hay iniciativas incesantes del
poder ejecutivo para que se legisle su desincorporacion
(léase privatización) definitiva. Están en marcha también
lo que llamamos políticas de ajuste estructural "de 2ª
generación", que consisten en la privatización
descentralizada, es decir, a nivel estatal y municipal.
Un ámbito todavía controlado por los gobiernos locales son
los servicios públicos. Por presión y aliento de la banca
multilateral (Banco Mundial, Banco Interamericano de
Desarrollo, FMI), los gobiernos estatal y municipal están
privatizando sus servicios de agua potable, salud,
educación, limpieza de calles, recolección y manejo de
basura, entre otros. Todo esto en un contexto de
"integración profunda", que revisaremos mas adelante.
Algunos indicadores positivos y su contexto
Veamos ahora con mas detalle la aparente contradicción de
una economía "sana" pero con crecientes niveles de
pobreza, desempleo y desigualdad. Hay sin duda
indicadores positivos del desempeño de México en tiempos
de la liberalización. Por ejemplo, tras entrar en vigencia
el TLCAN, las exportaciones del país se incrementaron tres
veces, superando en 2002 los US$ 160 mil millones de
dólares, haciendo de México el segundo socio comercial de
Estados Unidos (hasta ser desplazado por China el ano
pasado). México también ocupa el lugar no. 11 entre los
países exportadores del mundo. Además, las exportaciones
del país ya no son en su mayoría productos primarios o de
recursos naturales, sino en un alto grado (88.4%) de
productos manufacturados de sofisticación tecnológica. El
petróleo, es cierto, se sigue extrayendo del subsuelo a un
ritmo de 3.2 millones de barriles por día, 50% del cual va
a EEUU, pero en 2002 el crudo representaba solo el 9% de
las exportaciones, cuando en 1981 representaba el 72.5%.
(Arroyo, 2003)
Si bien hay un innegable auge en las exportaciones
mexicanas, el modelo actual ha impedido que su dinamismo
se transmita al resto de la economía. El problema reside
en que las exportaciones se concentran en una cantidad muy
reducida de empresas, menos del 1% de las existentes en el
país. Los tratados de libre comercio han prohibido normas
gubernamentales que en anos anteriores fomentaban los
encadenamientos productivos que generaban empleos. Las
dinámicas empresas exportadoras se vuelven enclaves con
respecto al resto de la economía. Son, en palabras del
investigador Alberto Arroyo, "islas exitosas en un país
estancado" (Arroyo, op. cit.)
Sumado a lo anterior, el grueso de las exportaciones
proviene de las maquiladoras (fabricas operadas en
condiciones de "puerto libre"). Las maquiladoras crearon
mas de medio millón de empleos en México desde la firma
del TLCAN, pero también están divorciadas de la actividad
económica del resto del país. Dice el investigador Osvaldo
Martínez, en estas exportaciones industriales, economistas
mexicanos calculan que por cada dólar de exportaciones
industriales mexicanas hacia Estados Unidos, solo hay 18
centavos de componentes nacionales [...] Pero si tomamos
las maquiladoras que han proliferado en la frontera y aun
hacia adentro del país, por cada dólar exportado el
componente nacional mexicano es de 2 centavos. (Martínez,
2002)
Las exportaciones exitosas van de la mano con mayores
importaciones. De hecho el país importa mas de lo que
exporta. Antes del TLCAN México tenia un superavit
comercial. Desde 1994 ha tenido un persistente y creciente
déficit en la balanza comercial, con excepción de los anos
1993-95. El déficit en la balanza comercial significa que
el país tiene una persistente necesidad de "atraer" flujos
financieros extranjeros para subsanar el faltante. Entre
otras medidas que las autoridades toman para hacer
atractivo el país para tales flujos esta el subir las tasas
de interés. Pero lo que es atractivo para los
inversionistas extranjeros perjudica a la industria
nacional, pues altas tasas de interés menguan su actividad
económica.
Para los defensores del modelo neoliberal, otro gran éxito
para México has sido la apertura financiera, pues han
llegado al país importantes flujos de capital. En diez
anos, 1994-2003, la inversión extrajera directa en México
sumo US$ 126 mil millones, equivalentes al 24% de toda la
inversión directa en América Latina en el mismo periodo.
Además, ha sido un merito de la economía que, de todos los
capitales recibidos del extranjero, la mayoría, el 79% del
total, ha sido de inversión directa, frente al 21% de los
capitales que ingresaron con el fin principal de especular.
(Arroyo, op. cit. y Secretaria de Economía, 2004)
Nuevamente hay bemoles. Por un lado, muchos capi