Carta a Robert Zoellick

2004-06-10 00:00:00

Quito, 8 de junio del 2.004

Señor:
Robert Zoellick
Negociador Comercial del gobierno de los EEUU

Señores:
Congresistas de las Cámaras de Senadores y Diputados del H.
Congreso de los EEUU
Presente.-

De nuestras consideraciones:

Somos una Plataforma de organizaciones de campesinos,
indígenas, negros, jóvenes, mujeres y de ciudadanos, que,
preocupados por las circunstancias que envuelven a los
procesos de integración de los pueblos y naciones de
Nuestra América, sentimos la urgencia y el deber de
manifestarles nuestras inquietudes por el amenazante curso,
para la vida y la seguridad de las poblaciones americanas,
que están adquiriendo las negociaciones sobre Integración y
Comercio a través del ALCA y de los TLC.

Los millones de hombres y mujeres ciudadanos del
continente, herederos de una historia forjada por los
padres fundadores y libertadores de nuestras naciones, como
George Washington, Simón Bolívar, José Martí, José de San
Martín, y otros muchos que dedicaron su vida al
acrecentamiento de la libertad, al engrandecimiento de
nuestros pueblos, encontramos en el testimonio de ellos la
guía y la inspiración fundamental, para continuar su obra
libertaria y generadora de bienestar y solidaridad para los
pueblos de América y del mundo.

Todas las instituciones interamericanas, políticas,
económicas, comerciales, sociales, culturales y de
cualquier índole, constituidas sobre el mandato fundacional
de los padres y libertadores de la gran patria americana,
deberían reflejar con nitidez el espíritu de equidad,
bienestar y justicia, con el que soñaron nuestros próceres
para todas las naciones del continente y del mundo.

Sin embargo, principalmente en el transcurso del siglo
pasado y los primeros años del presente, hemos presenciado
con profundo dolor, que se ha impuesto un espíritu de
naturaleza imperialista en las relaciones interamericanas,
desnaturalizando las instituciones y procesos
integracionistas continentales. Gigantescas corporaciones
multinacionales en complicidad con pequeños grupos
oligárquicos locales, crónicamente apropiados del poder
político de nuestros países, han utilizado las políticas de
relación y las instituciones de cooperación hemisférica
para conquistar mezquinos objetivos e intereses, sin
reparar en las dramáticas consecuencias que tal
intervencionismo ha provocado, en el deterioro de la
soberanía de nuestras naciones, generando gobiernos
criminales, despóticos y antidemocráticos; condenando al
atraso a las economías de nuestros países y empobreciendo
gravemente a sus poblaciones; explotando salvajemente sus
recursos naturales y acabando con la naturaleza y el medio
ambiente.

Las enormes disparidades producidas a lo largo de años de
gobierno de las empresas transnacionales sobre las
Américas, han provocado, por un lado, una enorme
concentración de medios económicos y poder políticos en
manos de pequeños pero poderosos grupos económicos, que,
como en el caso del lobby petrolero, influencian
directamente sobre la Administración del gobierno de los
EEUU, así como sobre una mayoría de senadores y diputados
cuyas campañas electorales han sido apoyadas por el dinero
negro del petróleo, acumulado en gigantescas fortunas,
varias de ellas superiores al producto bruto de la mayor
parte de los países americanos.

En el otro extremo, y de acuerdo a cifras del PNUD,
alrededor del 80% de la población americana no cubre sus
necesidades básicas (pobreza por NBI) y el 35% ni siquiera
sus necesidades alimentarias (pobreza extrema de consumo);
alrededor del 80% no posee un empleo estable, y trabaja en
condición de total informalidad, desprovista de todo medio
productivo; mientras que el 60% de los bosques del
continente, principalmente de la amazonía, han sido
deforestados, los recursos hídricos y naturales han sufrido
un marcado deterioro y los recursos mineros explotados en
su mayor parte.

Esta polarización en la distribución de la riqueza en el
continente se ha extremado aún más en las últimas décadas a
partir de la aplicación del modelo neoliberal que
desmanteló las capacidades de los estados nacionales para
intervenir en las inequitativas y distorsionadas economías
locales, al punto que el subcontinente latinoamericano
ahora tiene la penosa condición de ser el más injusto del
planeta (la relación entre el más rico y el más pobre es de
doscientos a trescientos a uno, dependiendo de cada país).
Para los pequeños productores familiares rurales que hacia
los años 70 representaban alrededor del 50% de la PEA, la
desconstitución de las políticas de reforma agraria, de
protección y fomento agropecuario, provocó un crecimiento
absoluto de sus déficit productivos, al punto de volver
económicamente inviables sus economías familiares y entrar
en una crisis profunda, por la cual han terminado millones
de ellos como migrantes llenando los cinturones de miseria
en las capitales de sus propios países o

Igualmente, el crecimiento desproporcionado del
endeudamiento externo, incrementado por la aplicación de
prácticas financieras ilegales como el anatocismo, y
producto de los constantes déficit fiscales, originados en
el desorden y la corrupción, en la carencia de sanas y
redistributivas políticas tributarias y en el continuo
estancamiento del crecimiento económico, han llevado a que
la carga presupuestaria para el pago de la deuda externa se
crezca hasta niveles inaceptables, situación que además ha
sido refrendada por los gobernantes de nuestros países
quienes han priorizado de forma inmoral el pago de la deuda
externa, relegando absolutamente el pago de la deuda social
y condenando a nuestros pueblos a ver estranguladas sus
posibilidades de desarrollo y crecimiento. En estas
circunstancias y desde años atrás se ha puesto en el
escenario de la agenda continental el impulso de los
acuerdos de libre comercio, a través de procesos de
negociación múltiples (bilaterales, regionales,
continentales), dejando a un lado las gigantescas
diferencias existentes a nivel absoluto (tecnológico,
financiero, tamaño y escala de producción, nivel de
subsidios y protección, etc.) entre nuestras economías, y
pretendiendo olvidar que "la igualdad entre desiguales es
igual a mayor desigualdad".

Cabe considerar por ejemplo que el PNB de EEUU es
quinientas veces mayor que el ecuatoriano, y que, aquello
marca una imposibilidad total de competir en todos aquellos
decisivos y estratégicos renglones en los que las empresas
multinacionales afincadas en EEUU poseen la supremacía
continental e inclusive mundial, las mismas que absorberán
en el corto plazo, todos los mercados nacionales y todos
los recursos naturales, destruyendo a las empresas
pequeñas, medianas y aún a las grandes empresas locales,
incrementando el desempleo y agudizando la crisis social y
la pobreza, caldo de cultivo de la inestabilidad política y
de la inseguridad social, raíz última del narcotráfico y
del terrorismo.

Por ello, y antes de que sea demasiado tarde para la salud
de las democracias del continente y para las oportunidades
de bienestar de los pueblos americanos queremos
manifestarles que:

1. Integración y Comercio no son cosas similares: La
apertura comercial es apenas una y probablemente la más
delicada y peligrosa de las políticas de integración
económica. Dentro de un proceso continental, que esté
basado en objetivos sociales y de equidad, es evidente que
las políticas de integración económica deben ordenarse
dentro de un plan global de asignación de mercados,
negociado con equidad de tal forma que los acuerdos
ofrezcan oportunidades y compensaciones ciertas para que
todos los sectores sociales y productivos puedan participar
de los beneficios del crecimiento.

Otorgar a un supuesto "libre comercio" inexistente en
realidad, dada la gigantesca concentración (inclusive hasta
el nivel monopólico) de las empresas de EEUU, la función
exclusiva de integración de los pueblo americanos, es poner
en manos de la voracidad de estas empresas la suerte y el
futuro de los millones de ciudadanos de América.

2. El ALCA y los TLCs son acuerdos de mayor dimensión y
trascendencia que cualquier entendimiento comercial: Los
nueve temas que encierra el ALCA y las quince mesas de
negociación del TLC con los países andinos tienen
repercusiones de carácter constitucional e inclusive
podrían llegar a convertirse en una Supraconstitución que
elimine toda norma constitucional que se oponga a los
acuerdos del ALCA y los TLCs.

El mejor ejemplo de ello es el capitulo llamado de
"solución de controversias" el mismo que establece la
renuncia a la jurisprudencia de cada país interviniente en
el caso de controversias entre empresas o empresas y
gobiernos, supeditando la resolución de tales conflictos a
una oficina integrada por personas totalmente ajenas al
mismo.

Esta dimensión que se pretende otorgar a los Tratados de
Libre Comercio, destruye la soberanía de los países, socava
los cimientos de los estados nacionales y establece el
imperio de las Empresas Transnacionales cuyos propósitos e
intereses se convertirán en el real gobierno de las
Américas.

3. El ALCA y los TLCs provocarán el apropiamiento en
manos de las corporaciones multinacionales de los recursos
naturales del continente americano: El tratamiento
igualitario que se dará a las inversiones foráneas y
nacionales, en un contexto de privatización de los recursos
naturales como el que está ocurriendo en el continente
llevará a que, sea a través de las concesiones (a
perpetuidad en algunos casos como el del agua en Chile) o a
través de cualquier otra forma de tercerización, la riqueza
natural, que constituye el patrimonio fundamental de los
pueblos americanos, terminará

Siendo usufructuada por la grandes corporaciones
transnacionales de EEUU, mientras los países recibirán
ciertas migajas como regalías.

La muletilla de que los acuerdos de libre comercio
atraerían las inversiones y el crecimiento del empleo, de
acuerdo a la propia experiencia de EEUU de los últimos tres
años, hemos constatado que tal argumento es una falacia,
pues, tanto las inversiones como el incremento del empleo
se mueven por las oportunidades de ganancia, y estas se
encuentran en este momento y por un largo período en China.
Así es como durante los tres últimos años los EEUU han
perdido tres millones de empleos por causa de la
relocalización de las empresas de NA, a partir de los
acuerdos realizados con este país, que tiene la mano de
obra más barata del mundo (0,65 ctvs., el jornal diario)
así como la más disciplinada, capacitada, trabajadora, y
numerosa, además del mercado emergente más grande del
planeta, ventajas incomparables frente a las cuales ningún
otro país podrá competir y menos los países de A. Latina
que tenemos estándares productivos muy por debajo del
dragón chino, que se ha convertido en la fábrica del mundo.

4. La apertura de Mercados en el Sector servicios
conducirá al monopolio y la concentración de los servicios
básicos, de los servicios financieros, de seguridad social,
y educativos; en manos de las gigantes empresas de
servicios de EEUU: Considerando que el mercado energético y
de telecomunicaciones del país resulta poco atractivo y
que, de acuerdo a las reformas se concesionaria a un sólo
operador, la apertura al sector foráneo de los mercados de
servicios, pondrá en manos de una empresa de EEUU sectores
estratégicos para la seguridad y el desarrollo nacionales
como son la energía, las telecomunicaciones, las vías, los
puertos y los aeropuertos.

Los servicios bancarios, educativos, médicos, de
transporte, etc. igualmente podrían fácilmente hacerse con
el mercado local, compitiendo con bancos e instituciones
que si bien han demostrado ser ineficientes, inseguras y
poco éticas, su extinción acarreará el agudizamiento del
desempleo, la pérdida del control sobre los recursos
financieros y el ahorro nacional, la renuncia a la
planificación nacional, pues, sin posibilidad de controlar
los medios y recursos fundamentales, no hay manera de
concretar ningún objetivo nacional, por importante que sea.

En el caso de la seguridad social, que, siendo en el
Ecuador constitucionalmente responsabilidad pública y
manteniéndose por ello bajo los principios de equidad,
solidaridad y universalidad, ajenos a los conceptos de
"negocio y mercado prestacional", por efecto del TLC podría
intentarse su modificación, con la acusación de monopolio
(estatal).

Cada sociedad es libre de decidir qué pone en el mercado y
qué pone fuera del mismo, y a nadie se le ha ocurrido poner
en el mercado las relaciones padres-hijos, ni la religión,
ni la sexualidad humana; porqué se obligaría en el caso del
Ecuador a colocar a la seguridad en los marcos del "negocio
prestacional".

Cabe recordar que en virtud de los principios de
solidaridad en el Ecuador se ha creado el programa del
Seguro Social Campesino, que, basado en la contribución
solidaria de trabajadores, empleadores y estado, protege
con prestaciones básicas a más de un millón de personas del
campo. Si se privatiza la seguridad social, el programa
desaparecería por consunción.

5. El ALCA y los TLCs destruirán la agricultura familiar,
acabarán con la seguridad alimentaria, provocarán la
reconcentración del latifundio y agudizarán la migración
hacia los países del Norte: De acuerdo con los estudios
realizados por el Banco Mundial, diez años de NAFTA han
destruido las agriculturas familiares de Méjico, han
acabado con la autosuficiencia que tenía en la producción
de maíz, haciéndole dependiente en más del 90% de los
transgénicos de EEUU, y han provocado el éxodo masivo de
los campesinos, que en número superior a los quince
millones, se encuentran trabajando en condición de ilegales
en los EEUU.

La agricultura ecuatoriana de los productores familiares,
que sustenta la seguridad alimentaria del país, se verá
igualmente amenazada por la competencia desleal de la
agricultura empresarial de EUU, fuertemente subsidiada
(21.000 dólares anuales para cada productor), y protegida
por leyes que mantienen el subsidio actual por una década.

Cuál será el futuro de los cinco millones de campesinos
ecuatorianos que mantienen su producción en condiciones
tradicionales, desprovistos de toda asistencia y protección
estatal y gravemente afectados por un modelo de
dolarización monetaria que ha encarecido los precios de los
insumos agropecuarios y por la competencia de los países
vecinos que producen a costos menores a través de la
devaluación monetaria. Estas razones, entre las más
importantes no llevan a la conclusión de que el camino de
los acuerdos de libre comercio, es una vía equivocada y
perversa para la integración de nuestras naciones. Queremos
llamar su atención para manifestarles que OTRA INTEGRACION
es posible.

La condición geográfica que unifica al continente americano
y que sustenta su vocación integracionista, es una
oportunidad formidable para mostrar al mundo, que si es
posible pensar en la integración de los pueblos, que el
resultado final de una unificación basada en los propósitos
de superar la pobreza, de fortalecer las potencialidades
productivas de cada nación, y de fortalecer la democracia
participativa, produce el engrandecimiento de los países y
el afianzamiento de sus ideales libertarios.

Es la hora de retomar el camino de los padres fundadores y
libertadores de esta gran nación americana. De construir un
modelo que produzca equidad y bienestar para sus pueblos.

Persistir por el camino que las empresas transnacionales
quieren imponer a nuestros pueblos, únicamente traerá mayor
desigualdad y pobreza, mayores tensiones y conflictos
dentro de cada país y atizará el fuego de la rebelión en la
que todos terminaremos abrazados.

Atentamente,

César Cabrera
Presidente CONFEUNASSC
Sub coordinador del Movimiento Pachacutik

Augusto Barrera
Foro Urbano-Ecuador

Pacha Terán
Mov. Jóvenes Tejiendo un Nuevo País

Vanesa Bolaños
Mov. Mujeres Luchando por la Vida

Fernando Buendía
Fundación María Luisa Gómez de la Torre

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