31 de mayo: jornada nacional de resistencia y de afirmación patriótica
Costa Rica contra TLC con EEUU
Paro nacional en Costa Rica contra TLC con Estados Unidos
El pueblo contra el TLC y el poder de los corruptos
Nuestros derechos están amenazados. La existencia de Costa
Rica como país independiente está en peligro. Nuestra
democracia languidece asaltada por la banda de ladrones que
ejercen de verdad el poder. Amanecemos cada día con un nuevo
capítulo de esta letanía de la desvergüenza: desde el apoyo del
gobierno a la carnicería de Irak hasta el saqueo de la seguridad
social. La contrarreforma oligárquica impulsada por los
neoliberales desde hace años, la quieren consumar ahora con un
TLC con las transnacionales de los Estados Unidos, negociado en
el secretismo y en la mentira.
Hemos estudiado el TLC. Pocas veces la sociedad
costarricense, sus fuerzas del trabajo y de la cultura, ha hecho
un ejercicio de compromiso y responsabilidad cívica tan intenso
y riguroso. Tenemos por eso la autoridad moral e intelectual
para afirmar que ese Tratado de Libre Comercio constituye, desde
la invasión filibustera de 1856, la más grave amenaza contra
nuestras libertades y nuestra entidad de país soberano.
El TLC significa un asalto al Estado social de derecho que,
a pesar de todas sus limitaciones, es el resultado de la lucha y
del sacrificio de varias generaciones. Al pretender entregar los
principales resortes de nuestra economía a las transnacionales
estadounidenses, el Estado costarricense quedará reducido a la
mínima expresión, sin ninguna capacidad para garantizar el
acceso universal de la ciudadanía a los servicios públicos,
para estimular políticas nacionales de desarrollo y para
promover acciones en pro de la justicia social. Transnacionales
gigantes frente a un estado enano controlado por los lacayos de
los intereses extranjeros, constituiría un riesgo inmediato para
la soberanía nacional. Incluso el TLC nos obliga a renunciar a
nuestro sistema de justicia, trasladando esas potestades
soberanas a tribunales privados extranjeros. El TLC mutila
severamente las atribuciones soberanas de la Asamblea
Legislativa, al cercenar el derecho de enmienda de los diputados
y las diputadas, y congelar prácticamente a perpetuidad la
legslación aperturista, privatizadora y entreguista que pretende
imponer. Se trata, en suma, de una ofensiva en regla contra
libertades y derechos consagrados en la Constitución Política de
la República.
El TLC significa la muerte de nuestra agricultra. La derecha
neoliberal quiere terminar de poner los clavos en el ataúd de
una política de seguridad alimentaria cada día más debilitada.¿
Qué podemos esperar de un tratado que nos niega la posibilidad
de producir hasta los frijoles, el maíz y el arroz que comemos?
Quieren robarnos el ICE , el INS , RECOPE, la Banca Pùblica.
Y también quieren apropiarse del agua y de los servicios de
salud y de educación. Su voracidad no conoce límites !Hasta la
vida quieren patentar!, saqueando nuestra rica biodiversidad,
adueñadose de plantas y de semillas, convirtiendo las medicinas
en instrumento de lucro, en comercio de la muerte.
El TLC impulsa una contrarreforma social para acabar con la
jornada de ocho horas y el derecho a la negociación colectiva,
para recortar las pensiones y la cesantía, para abaratar los
salarios y liberalizar los despidos, quieren acabar con el
derecho a la huelga y a la libre sindicalización de los
trabajadores. A todas esas medidas le llaman "flexibilización
laboral".
¿Quién está detrás de este asalto? El gobierno de Bush en
primer lugar, un gobierno criminal que debería estar sentado en
el banquillo del Tribunal Penal Internacional, también los
intereses corporativos del gran capital financiero y de las
transnacionales que ven el mundo como una mercancía, y haciendo
cola para repartirse el botín la oligarquía costarrricense, los
mismos que se llenaron los bolsillos con el Banco Anglo, los
CATS, los incentivos turísticos, la evasión tributaria y un
largo etcétera de actos de corrupción conocidos y sufridos por
nuestro pueblo.
Por eso desde el hondo crisol de nuestra nación se levanta
la protesta y la rabia, un ¡ basta ya¡ a tanta indignidad y a
tanto atropello. La rotunda oposición al TLC de los sectores más
esclarecidos y honestos de nuestra sociedad, no es hija del
capricho ni de la demagogia, hunde sus raíces en la convicción
de que no podemos permitir que se juegue con nuestras vidas y
nuestros derechos.
De esa resistencia que se alimenta de razones profundamente
sentidas y de un patriotismo límpio y generoso, deberá salir
también la construcción de las alternartivas que necesitamos
para otra Costa Rica necesaria y posible.
El TLC debe y puede ser derrotado. La movilización del
pueblo, la presión democrática sobre la Asamblea Legislativa, la
exigencia cívica de una amplia, transparente y participativa
consulta popular, puede lograr, como ya lo demostró nuestro
pueblo en los días luminosos de la lucha contra el Combo, hacer
retroceder a la derecha neoliberal.
A lo largo y ancho del país se multiplican los debates, los
foros, la sed de información y de conocimiento. Pero no es
suficiente con tener la razón, hay que acompañarla de la fuerza
social indispensable para parar este TLC antipopular y
antinacional.
Por eso es importante, urgente, convertir la JORNADA
NACIONAL DE LUCHA DEL 31 DE MAYO, convocada por las
organizaciones sociales de nuestra patria, en un éxito, en una
demostración de nuestra fuerza y de nuestras convicciones en
defensa de lo nuestro, de una Costa Rica en la que quepamos
todas y todos. Que esa jornada marque el despegue de una
movilización nacional amplia y diversa, que como manantial de
rebeldía democrática inagotable una al pueblo en un único
propósito:¡No al TLC!
¡Sí a Costa Rica!
MAIZ: MOVIMIENTO ALTERNATIVA DE IZQUIERDAS