El tratado bilateral y el problema de ECOPETROL
EL TLC asegurará todos los derechos para los inversionistas y
ninguno para los ciudadanos. El caso de ECOPETROL muestra que la
entrega del recursos petrolero es la cuota inicial del gobierno
colombiano en las negociaciones.
Uno de los temas que tendrá gran importancia en el proyectado
acuerdo bilateral de libre comercio entre países andinos y
Estados Unidos es el de la inversión. Estados Unidos quiere,
como se formuló en el tratado de América del Norte, TLCAN, el de
Chile y el de Centroamérica, garantías totales para la inversión
extranjera, de tal forma que esta no deba sujetarse a los
proyectos de desarrollo local y que pueda entrar y salir
libremente sin comprometerse con metas de empleo, reinversión de
utilidades o transferencia de tecnología. En Colombia una de las
áreas, sino la única en las que este tipo de inversión se
concretaría es la de hidrocarburos, más con la difícil situación
mundial de abastecimiento para Estados Unidos dados sus
problemas en el Medio Oriente, Irak y Venezuela.
Por esa razón el gobierno de Uribe, adelantándose a las
peticiones que haría Estados Unidos y siguiendo las
recomendaciones de R. Hommes que cuando era asesor presidencial,
atribuyó el fracaso de la experiencia mexicana en materia de
libre comercio, entre otras cosas a que no se liberalizó
completamente el sector petrolero, DESDE EL AÑO PASADO DECIDIÓ
PROFUNDIZAR EL PROCESO DE LIBERALIZACIÓN EN COLOMBIA "para que
no nos pasara lo de México".
Decisiones como eliminar la participación del Estado en la
distribución de las ganancias en los contratos de asociación, la
prorroga indefinida a la Occidental para que explote Caño Limón
hasta su agotamiento, al igual que la hecha con la Chevron
Texaco para explotar hasta el agotamiento los yacimientos de gas
de la Guajira, avanzan en este sentido. Y sobre todo, la
creación de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH, para
entregar el recurso petrolero a las multinacionales, la cual
forma parte de la misma política de dar toda clase de garantías
a las multinacionales y al capital extranjero y limitar y
marchitar la participación del Estado en la economía.
Estas medidas son una garantía que da el gobierno de Uribe a
Estados Unidos de que sus intenciones al abordar las
negociaciones para suscribir el TLC son firmes e inclusive está
dispuesto a entregar el petróleo sin ninguna contraprestación.
El tratamiento dado al tema laboral también es ilustrativo pues
mientras que la OIT determinó que la explotación petrolera no es
un servicio público esencial, el gobierno colombiano declaró
ilegal la huelga petrolera. De tal forma que se prefigura la
situación que en el marco de un tratado bilateral de libre
comercio con Estados Unidos será la norma: todos los derechos
para los inversionistas, ninguno para los ciudadanos.
La resolución del problema de ECOPETROL tendrá un impacto
definitivo en las negociaciones del tratado, por lo tanto
exigimos que se respeten los derechos de los trabajadores y se
preserve la propiedad estatal de los hidrocarburos y la
capacidad del Estado para aprovechar esta importante fuente de
riqueza. Mañana se perderá el agua, la biodiversidad, el
patrimonio genético, los bosques entre otros y los derechos de
los trabajadores serán eliminados.