Reflexiones en Torno al Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica (TLC EUCA) El caso de Costa Rica

2004-02-26 00:00:00

Estos
documentos han sido recopilados por:
Pensamiento
Solidario: grupo de intelectuales y profesionales que se han
dedicado al estudio de los contenidos, implicaciones y posibles
consecuencias del Tratado de Libre Comercio con los Estados
Unidos. Estamos comprometidos con el pueblo costarricense y sus
mejores aspiraciones históricas, y trabajamos por una
patria soberana, justa, democrática y solidaria.

Sin
ninguna restricción, ponemos nuestro trabajo a disposicion
de todas y todos quienes, como nosotros y nosotras,
creen que este tratado es un golpe artero que subvierte y
destruye estos principios y aspiraciones fundamentales.
Tan solo pedimos que se cite la fuente de donde provienen los
análisis que ofrecemos.

Participaron
en la elaboración de este documento las siguientes
personas:

María
Eugenia Trejos

Capítulo
1: Algunas razones importantes para no aprobar el TLC EUCA

José
María Villalta

Capítulo
2: La estructura y las potestades del Estado Social de Derecho

Mario
Fernández

Capítulo
3: Repercusiones en el sector agropecuario

María
Eugenia Trejos

Capítulo
4: El acuerdo sobre textiles y la producción de maquila

María
Eugenia Trejos

Capítulo
5: Implicaciones en el ámbito laboral

Silvia
Rodríguez y Camila Montesinos

Capítulo
6: El tema de propiedad intelectual, con énfasis en la

propiedad
intelectual de seres vivos

Mario
Devandas

Capítulo
7: El derecho universal de la población a los medicamentos

Manuel
López

Capítulo
8: El problema ambiental: ahora resulta que la enfermedad cura

José
María Villalta

Capítulo
9: Sobre el capítulo de servicios

Gerardo
Fumero

Capítulo
10: Análisis de las consecuencias de la apertura en
telecomunicaciones

Luis
Paulino Vargas

Capítulo
11: El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos: sus

características
definitorias

Luis
Paulino Vargas

Anexo:
TLC con Estados Unidos: ¿algo nuevo bajo el sol?

PRESENTACIÓN
El
presente documento constituye una primera reacción a los
contenidos del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y
Centroamérica (TLC EUCA). Este tratado es sumamente complejo
y, tal como señala Mario Devandas, son varios tratados en uno.
Por ello, hacemos un llamado a continuar su análisis
cuidadoso.
La
lectura realizada permite asegurar que más que un acuerdo
comercial, el TLC EUCA es una propuesta que involucra diversas
facetas de nuestra sociedad: inversión, finanzas, comercio,
potestades del estado, servicios públicos, propiedad
intelectual, tradiciones culturales, etc. Todas ellas se verán
afectadas, de manera directa y profunda, por los acuerdos
incorporados en este tratado, que no son sino la culminación
del proceso de ajuste estructural –de inspiración
neoliberal- que se viene ejecutando en nuestro país desde hace
más de dos décadas.
Del
examen de los textos también se hace evidente la parcialidad
con que se llegó a acuerdos que sólo favorecen a un
pequeño sector de la población de esta región:
el de las grandes corporaciones transnacionales y sus socios locales.
Cada capítulo aporta nuevos caminos para llegar al mismo
destino, que no es sino el de facilitar la expansión del
capital transnacional o, en otras palabras, permitirle utilizar
nuestro territorio, nuestros recursos y nuestra gente para la mayor
generación y apropiación de excedentes. No otro podía
ser el resultado ya que, como bien lo ha señalado don Rodrigo
Carazo, el tratado ha sido negociado, allá y aquí, por
representantes de los mismos intereses.
Hemos
incluido en estas reflexiones algunos de los temas que nos parecen
más relevantes, aunque sabemos que otros temas, y otras
facetas de los aquí discutidos, surgirán conforme se
avance en el análisis del tratado. Dividimos la exposición
en los siguientes capítulos: Primero hacemos una
recapitulación de lo que nos parece que son algunas de la
razones más preocupantes que se pueden desprender de lo que se
menciona en el resto del documento, una especie de síntesis
sobre contenidos a los que hay que prestarles más atención.
En el segundo capítulo presentamos algunas reflexiones sobre
las implicaciones que tiene el tratado sobre el estado social de
derecho. Del capítulo 3 al 9 se hace un análisis de
varios temas específicos de particular relevancia: el sector
agropecuario, el trabajo, la propiedad intelectual en relación
con los seres vivos, la propiedad intelectual en relación con
los fármacos genéricos, el ambiente, los servicios y
las telecomunicaciones. Posteriormente se presenta una síntesis
del significado del tratado. Adicionalmente, para contribuir a la
comprensión de la lógica en que se inserta la firma de
tratados de libre comercio, se incluye un artículo que discute
los mitos de la teoría de las ventajas comparativas.

CAPÍTULO
1: ALGUNAS RAZONES IMPORTANTES PARA NO APROBAR EL TLC EUCA
INTRODUCCIÓN
Con
el cierre de la negociación del Tratado de Libre Comercio
entre Estados Unidos y Centroamérica (TLC EUCA) se ha ampliado
el debate en torno a la conveniencia o no de firmar y ratificar este
tratado. Un conjunto de organizaciones de la sociedad civil, haciendo
uso de su derecho ciudadano para fijar posición respecto a
este tema, ha iniciado un análisis de los documentos que el
Ministerio de Comercio Exterior (COMEX) ha puesto a la disposición
del público. Del análisis de esos textos se pueden
extraer, al menos, cinco razones por las cuales sería
absolutamente inconveniente aprobar este tratado.
Exponemos,
a continuación, los aspectos centrales que fundamentan la
afirmación anterior.
1.
EL TLC EUCA LIMITA Y REDEFINE LAS POTESTADES DEL ESTADO
En
primer lugar se socavan las bases de la institucionalidad democrática
del país, al decidir sobre debates nacionales que no se han
resuelto. Esto se evidencia en la obligación de abrir algunos
servicios públicos, como sucede con los casos del Instituto
Nacional de Seguros (INS) y el Instituto Costarricense de
Electricidad (ICE). Se le imponen a la Asamblea plazos perentorios
para aprobar leyes sobre la apertura que no habían podido ser
aprobadas en varios años de debate legislativo.

En
segundo lugar, se resquebraja la división de poderes entre el
Ejecutivo y el Legislativo, ya que un equipo de negociadores
nombrados por el Ministro de Comercio Exterior decide exigirle a la
Asamblea Legislativa la obligación de reformar leyes o la
imposibilidad de reformar a futuro la legislación vigente. El
efecto más delicado del tratado, en este ámbito es que,
al incorporar en su cuerpo normativo una serie de normas de la
legislación vigente, estaría restringiendo de forma
considerable la potestad de los legisladores de modificar dicha
legislación en el futuro.
En
tercer lugar, se restringen las potestades y el margen de acción
del Estado para intervenir en la economía, a través de
la definición de estrategias de desarrollo en busca del mayor
bienestar de todos los habitantes del país, así como
para regular, ordenar y limitar las actividades productivas, con
miras a proteger a los sectores más desposeídos,
“organizando y estimulando la producción y el más
adecuado reparto de la riqueza” según lo ordena el
artículo 50 de nuestra Constitución Política.
Esto es así porque se le impide al país buscar fórmulas
y relaciones novedosas y creativas en las que las inversiones
extranjeras se vinculen con la producción interna y el
desarrollo de las comunidades, al impedir exigir requisitos de
desempeño a los inversionistas.
En
cuarto lugar, el Estado costarricense renuncia a acudir a la
jurisdicción nacional y a la posibilidad de actuar como
demandante. Esto es así porque el capítulo de
inversiones (sección B) contempla la posibilidad de que las
controversias que surjan entre los Estados firmantes y los
inversionistas extranjeros de cualquiera de las otras partes, sean
conocidas por tribunales arbitrales internacionales, cuando así
lo soliciten dichos inversionistas. En tal caso, los Estados no
podrán negarse, ni exigir que el inversionista acuda primero a
los tribunales locales -como sí lo tienen que hacer sus
propios ciudadanos-, pues en el acuerdo asumen el compromiso de
aceptar dicha exigencia (art. 10.17). Más aún, las
empresas pueden demandar a los Estados pero los Estados no pueden
demandar a las empresas, con lo cual son los primeros los únicos
que deberán dar cuenta de sus actuaciones dentro del tratado,
quedando las empresas liberadas de tal obligación.
2.
EL TLC EUCA AMENAZA LA PRODUCCIÓN NACIONAL DE ALIMENTOS

El
pecado de partida de la negociación, y que se refleja
claramente en lo establecido en el Tratado, es haber aceptado unos
términos por los cuales los países centroamericanos se
obligaron a negociar todos los sectores sin exclusiones, en tanto que
Estados Unidos sacó de la negociación todo lo
relacionado con los subsidios a la producción, los cuales
quedan en el marco de las negociaciones de la OMC.

El
problema de los subsidios es vital, ya que obliga a entrar en la
competencia por los mercados en una situación de clara
desventaja, de abismal desventaja, frente a la producción
subsidiada. Si bien este tema ha sido más discutido en lo que
se refiere a la producción agropecuaria, no es ajeno a los
otros sectores de la economía, y es importante ponerle la
atención debida.

Estados
Unidos, supuesto abanderado del libre comercio, es el país que
más ha elevado los subsidios a la agricultura recientemente.
Si bien en disputas con la Unión Europea ya se había
señalado que este país había incrementado las
ayudas directas a la agricultura de $4.600 millones en 1996 a $32.200
millones en el 2001, el aumento más espectacular se da con la
aprobación del denominado “Farm Bill” en mayo del
2002, que significa un aumento de los mismos en el orden del 80%.
Estos nuevos subsidios significarán $173.500 millones en los
próximos 10 años, gran parte de los cuales van a los
cultivos más importantes de exportación (oleaginosas y
aceites, productos lácteos y cereales).
Haber
negociado en estas condiciones significa, prácticamente, la
desaparición gradual de los productores nacionales dedicados a
la producción de alimentos, para quienes es imposible competir
con productos tan altamente subsidiados. Esto es también una
renuncia a la soberanía alimentaria.
3.
EL TLC EUCA DETERIORA LOS DERECHOS LABORALES
A
pesar de haber sido una parte fundamental del discurso que se ha
usado para defender el TLC EUCA, su aprobación no garantiza el
acceso al empleo de manera que se disminuyan los niveles de
desempleo. Por un lado, un determinado volumen de empleo no es
condición para que los inversionistas obtengan los beneficios
del tratado. Solamente cuando se trata de “la recepción
de una v