Recalca sobre Miami

2003-12-01 00:00:00

Pronunciamiento

Ante la conferencia de Miami, en la cual fracasó el
esquema y el procedimiento originales del ALCA, se puede
anotar un relativo triunfo político de sus
contradictores, pero se renuevan las preocupaciones: Con
el ALCA desinflado habrá desprotección de la economía y
con el tratado bilateral una anexión a Estados Unidos

Acaba de realizarse, en Miami, la octava conferencia
ministerial del proceso del ALCA con resultados ya
previstos pero no menos cruciales. El Alca tal como había
sido concebido y desarrollado en las últimas reuniones
ministeriales, fracasó. La lucha popular en toda América
Latina, la ausencia de acuerdos en la reunión de la OMC
en Cancún, las movilizaciones en Miami y en todo el
continente y las posiciones criticas de varios gobiernos
fueron un factor determinante para que fracasara el
proyecto original. No obstante lo sucedido nos deja
nuevas y acuciantes preocupaciones.

Ya no se habla de un compromiso único, no se abarcan
todos los temas inicialmente contemplados, los plazos
perentorios solo quedaron para el tema de acceso a
mercados (30 de septiembre de 2004), con lo cual llegó el
momento de las definiciones sobre los tiempos de
desgravación y han comenzado a temblar los productores
nacionales. El acuerdo se hará sobre una base mínima de
criterios obligatorios que apenas se establecerán dentro
de tres meses en la reunión de viceministros.

Varios países como Brasil, Venezuela y Argentina,
bloquearon los temas de propiedad intelectual, inversión
y compras estatales. Estados Unidos excluyó subsidios a
la agricultura y política antidumping. Aunque varios
temas quedaron remitidos a la OMC, esta organización
todavía no ha incorporado algunos de ellos, con lo cual
aparece como si toda América aceptara que ellos se
incorporaran a las negociaciones multilaterales, asunto
que fue causa importante del fracaso de la reunión de la
OMC en Cancún.

Ahora se busca que los países adquieran compromisos
mínimos sobre los diversos temas y establezcan un
convenio marco que será un esqueleto para ir llenando
durante un período más prolongado. Sin embargo, aún está
pendiente establecer cual sería este mínimo denominador y
como se va determinar. La declaración contempla que los
países que quieran ir más allá puedan hacerlo
plurilateralmente dentro del marco multilateral de las
negociaciones del ALCA, con lo cual todos los convenios
que se están suscribiendo, formarían parte de la
arquitectura general del ALCA, el cual sería de todas
maneras la culminación del proceso.

Este ALCA desinflado, sin cronogramas tan exactos, lleno
de retazos bilaterales y plurilaterales acentúa aún mas
la debilidad de América Latina para actuar conjuntamente
y hace prevalecer las posiciones norteamericanas que por
medio de tratados bilaterales querrá imponer a cada país
o a cada bloque de países sus criterios.

El anuncio de la iniciación de negociaciones con Colombia
y Perú, para la posterior incorporación de Bolivia y
Ecuador, revela que Estados Unidos presiona fuertemente
para que, antes del inicio de las negociaciones Colombia
resuelva los litigios con empresas norteamericanas, los
cuales costarán millones de dólares al fisco y que siga
en la vía de concesiones unilaterales que acondicionen la
economía nacional para el tratado. Por otra parte, la
negociación con los países andinos sin Venezuela,
significa el entierro definitivo de la Comunidad Andina,
ya que la negociación sería con una montonera, pues los
gobiernos de estos países, comenzando por el de Colombia,
compiten entre si por el acceso al mercado
norteamericano, actúan llenos de recelo con sus hermanos
y en lugar de una coordinación previa y posiciones de
bloque, se colocan en una situación en la que Estados
Unidos aprovechará las diferencias para ganar ventajas.

Estados Unidos anunció que, como siempre, tendrá una
posición ofensiva y dura, exigiendo apertura total del
agro, la industria y los servicios y que va a conseguir
con los acuerdos bilaterales lo que no obtuvo con el
ALCA. Lo que quiere es, a cambio de pequeñas concesiones
comerciales, vender sus productos, exportar libremente
sus capitales, invadir el mercado de servicios y quedar
con las manos libres para adoptar retaliaciones cuando lo
considere necesario.

El escenario sigue siendo peligroso: aun con el ALCA
desinflado se impondrá la desprotección de la producción
nacional y en el tratado bilateral estamos indefensos y
solos ante las exigencias norteamericanas. El camino es
el señalado por la Asamblea Nacional que se realizó en
Bogotá el viernes 21, la cual exigió que no se suscriban
los tratados y que Colombia promueva otras formas de
integración que fortalezcan su desarrollo económico y
social.

Noviembre 25 de 2003