Las Mujeres dicen no a la tiranía del libre comercio
No a la OMC!
En nombre de la competencia y del mercado, las reglas de
la Organización Mundial de Comercio sirven para
controlar la vida de los pueblos y sus gobiernos, de
modo que nadie más pueda controlar lo que hacen las
grandes empresas multinacionales que sustentan el poder
de los países imperialistas. Bajo el orden del poder
de la globalización neoliberal, la OMC quiere escribir
una Declaración de derechos del capital y apropiarse de
las ideas construidas por la lucha de los trabajadores y
trabajadoras. Los defensores de la OMC hablan de
"libertad" y "no discriminación": libertad para la
circulación y multiplicación de capitales a costas del
trabajo de mujeres y hombres de los países del Sur, y no
discriminación entre lo que es el derecho de una
comunidad a vivir como lo decida y lo que es el interés
mezquino de una multinacional en satisfacer a sus
inversionistas. Lo que la OMC llama "igualdad" es lo
que nosotras llamamos simplemente injusticia.
En las negociaciones practicadas por la OMC, los países
miembros no tienen acceso democrático a las
informaciones y toma de decisiones: las reglas de juego
son creadas y alteradas para legitimar los intereses y
estrategias de los países ricos y las mega empresas.
Reglas y sanciones económicas devastadoras son
decretadas por tribunales privados y secretos, reuniones
excluyentes, a través de amenazas y procesos nada
transparentes. La Organización Mundial de Comercio
institucionaliza un sistema de regulación que se basa en
los mecanismos imperialistas de la economía globalizada
para subordinar países como Brasil a los acuerdos y sus
injusticias, garantizar su dependencia, mantener y
profundizar la transferencia de riquezas del Sur hacia
el Norte.
La OMC pretende ejercer bajo su poder de regulación las
áreas de servicios, inversiones, gastos y compras del
sector público. En la Quinta Reunión Ministerial de la
Organización que se realizará del 10 al 14 de septiembre
de 2003 en Cancún (México), se pretende avanzar en la
negociación del Acuerdo General sobre Comercio y
Servicios (AGCS), que somete los servicios sociales a
los intereses comerciales de las empresas
transnacionales. En el Acuerdo, esos servicios y los
derechos a los cuales ellos responden pasan a ser
tratados como simples mercaderías a ser negociadas según
las leyes de la concurrencia de mercado. En nombre del
libre comercio, los acuerdos de la OMC quieren promover
la privatización de bienes y servicios públicos. El
costo social de esa privatización será pagado una vez
más por las mujeres que serán responsabilizadas, una vez
más, de garantizar las condiciones alimentarias, de
salud y educación de sus familias, teniendo que
triplicar, dentro y fuera de la casa, su trabajo ya tan
desvalorizado.
En la ronda de negociaciones de Cancún, se quiere
también introducir un Acuerdo sobre inversiones. Este
Acuerdo sigue el modelo adoptado por el Acuerdo de Libre
Comercio de América del Norte -TLCAN- (el mismo modelo
propuesto para el ALCA) que protege los intereses de los
inversionistas extranjeros contra cualquier posibilidad
de que un gobierno pueda querer defender los derechos de
las personas, bajo pena de ser castigado por la OMC por
estar actuando contra la libertad del capital y del
comercio.
Somos Mujeres y no mercadería!
En la globalización de la guerra permanente, de la
desigualdad y del conservadurismo, tenemos el deber de
desmentir la propaganda de que el libre comercio es el
camino para el desarrollo de los países pobres y la
mejora de la calidad de vida de las personas. La Marcha
Mundial de Mujeres y la Red Economía y Feminismo, son
parte del movimiento global que convoca a los pueblos de
todo el mundo a descarrillar la OMC. En ocho años de
existencia, esa institución sólo sirvió para promover la
pobreza y la violencia, institucionalizar la desigualdad
y la mercantilización de la vida, reafirmando la
opresión de las mujeres en términos del libre comercio.
Las mujeres son el 70% de la población pobre del mundo,
para quienes el libre comercio no ofrece solución ni
oportunidades. Diciendo no a la OMC y a la tiranía del
libre comercio, que también quiere imponerse a través
del ALCA, estamos rechazando un sistema económico y
social en el cual somos y seremos tratadas, cada vez
más, como mercaderías. Luchamos contra un modelo que
hace propaganda de la subordinación de las mujeres y se
apoya en el silencio, el machismo y en el culto a la
familia para difundir la aceptación de condiciones de
trabajo cada vez peores, la privatización de los
servicios y la liquidación de los derechos.
No aceptamos que nuestros cuerpos sean puestos al
servicio de la concurrencia capitalista por las campañas
publicitarias. No aceptamos que para nuestros gobiernos
el interés de una empresa que lucra con la
desinformación de las mujeres deba valer más que nuestra
lucha histórica por la autonomía y la democracia.
En marcha por la igualdad entre mujeres y hombres, por
un mundo libre de opresión; integrando la lucha de los
movimientos sociales de todos los continentes:
Convocamos al Foro de los Pueblos por Alternativas a la
OMC, del 9 al 13 de septiembre de 2003, en Cancún; y a
realizar en todo el mundo, durante los quince primeros
días de septiembre, acciones populares unitarias,
masivas y coordinadas contra la globalización neoliberal
y la guerra!
Día de Acción de las Mujeres contra la OMC: El día 9 de
septiembre, convocamos a las mujeres de todo Brasil a
realizar acciones de protesta y educación popular para
decir no a la tiranía del libre comercio.
Día de las Marchas Mundiales contra la Globalización y
la Guerra: El día 13 de septiembre, convocamos a los
movimientos de mujeres a sumarse una vez más a nuestro
frente, sumando nuestra irreverencia feminista a las
manifestaciones unitarias de lanzamiento de la campaña
de la Coordinación de Movimientos Sociales por empleo y
salario, exigiendo igualdad, trabajo digno y justicia
social en un país libre de la OMC y del ALCA.
¡Otro Mundo es Posible! ¡No al ALCA! ¡No a la Guerra!
¡Basta a la tiranía del Libre Mercado y de la OMC!