III APC: Resolución sobre el ALCA
Los participantes a la III Asamblea de los Pueblos del Caribe
al examinar los pasos que da el Gobierno de los Estados Unidos
para imponer el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA)
considera lo siguiente:
Ese esquema recolonizador se intento imponer a nuestros
pueblos sin consulta de ninguna clase, ni consentimiento
alguno de sus ciudadanos, por parte del gobierno de los
Estados Unidos, que obtuvo la autorización del Congreso, con
beneplácitos de la mayoría de los gobiernos de la región, hará
mas subordinada y dependiente nuestras economías y pulverizara
los reducidos espacios de independencia y soberanía que les
quedan a los países del área frente a los designios de su mas
poderoso vecino en el hemisferio.
El ALCA resulta un paso más en la sujeción de nuestros pueblos
al modelo neoliberal, plenamente agotado y en crisis, bajo la
hegemonía de los círculos de poder de los Estados Unidos y
esta muy distante de representar las legitimas aspiraciones de
los pueblos de Nuestra América de forjar una auténtica
integración latinoamericana y caribe, que los sitúe en
condiciones favorables de lograr los anhelos de justicia y
desarrollo social en un mundo dominado por la globalización
neoliberal.
Son ampliamente conocidas las nefastas consecuencias como los
niveles de profundización de la pobreza, la miseria, el
desempleo, la exclusión social, marginalidad, profundizadas
con la puesta en practica de las políticas neoliberales por la
mayoría de los Gobiernos de la región.
En este sentido el objetivo de crear un área de Libre Comercio
de las Américas (ALCA) pretende perpetuar esas políticas
neoliberales sustentadas por los organismos multilaterales,
bajo el control de un reducido grupo de países ricos. Este
mecanismo, que vendría a ser una especie de complemento del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), más allá
de representar un supuesto acuerdo comercial entre economías
asimétricas, abarcaría diferentes esferas como la de los
servicios, inversiones, propiedad intelectual, cuyos grandes
beneficiarios serán los monopolios transnacionales
estadounidenses.
Se debe tener en cuenta que el Acuerdo Multilateral de
Inversiones (AMI) es el padre del ALCA, lo que podría ser
suficiente para tener claro las pretensiones que en el tema
tan sensible como las inversiones tienen los Estados Unidos,
de su alcance y de su protección. En el entraría todo, desde
la inversión directa hasta cierta forma de la deuda,
protegiendo a las transnacionales de medidas de expropiación y
nacionalizaciones.
Además, con este esquema de subordinación que es el ALCA no
solo pretende excluir de su "patio trasero" la presencia de
intereses europeos y asiáticos, sino destruir los esfuerzos
integracionistas que se han llevado a cabo en América Latina y
el Caribe.
Graves preocupaciones han provocado en amplios sectores de las
naciones americanas, que se movilizan para hacer patente su
denuncia, los serios peligros que para el futuro de sus
respectivos pueblos representa la creación del ALCA. Esto lo
demuestran las acciones desplegadas durante las diferentes
Cumbres Internacionales, los acuerdos de amplios sectores en
los Encuentros Hemisféricos a que se han efectuado en La
Habana, convocados por las organizaciones cubanas y que han
tenido una gran resonancia, así como el plebiscito llevado a
cabo en Brasil, por citar solo algunas.
Los delegados de esta III Asamblea de los Pueblos del Caribe
hacen un llamado a las fuerzas progresistas y democráticas de
América Latina y el Caribe, así como del resto del mundo, a
estar alertas frente a los intentos de los Estados Unidos de
imponer un sistema hemisférico, remedo del panamericanismo
denunciado oportunamente por José Martí, que aspira a
recolonizar a las naciones del área y condenarlas
definitivamente al pavoroso subdesarrollo a que se han visto
sometidas durante siglos por la explotación colonial y
neocolonial.
III APC: Resolución sobre la militarización en la región
Los participantes de la III Asamblea de los Pueblos del Caribe
que sesiono en la ciudad de Cabo Haitiano entre los días 20 y
24 de agosto de 2003 coincidieron en que teniendo en cuenta la
creciente militarización en la región y que la misma
constituye el brazo armado del diseño estratégico del gobierno
de los Estados Unidos para la recolonización de nuestro
subcontinente.
Declara:
Que constituye un serio peligro para la paz y la seguridad en
la zona, así como una amenaza para las luchas que libran
nuestros pueblos por un futuro de paz, con desarrollo y
justicia social para sus respectivos países.
Desde la participación del naciente imperialismo yanqui en la
guerra que libraban exitosamente los patriotas cubanos contra
la dominación colonial Española, se inauguro la presencia
militar norteamericana en el Caribe y se impusieron
sucesivamente enclaves militares en Cuba, Puerto Rico y
Panamá.
Estas instalaciones han servido de punta de lanza para muchas
de las agresiones del imperialismo en el área y de ensayo para
otras aventuras agresivas en otras zonas del mundo.
En la actualidad se incrementa las instalaciones, la presencia
de asesores y tropas y la realización de maniobras militares
de los Estados Unidos en América Latina y el Caribe. Ellas
sirven para la creciente intervención estadounidense en
conflictos internos, como el que vive el hermano pueblo
colombiano a través del Plan Colombia.
Asimismo, para las amenazas y planes agresivos contra la
Revolución Cubana y su hostilidad contra la Revolución
Bolivariana, emplean la militarización como instrumento
disuasivo para enfrentar el creciente movimiento popular que
se opone a la dominación de los Estados Unidos sobre Nuestra
América mediante la imposición del Area de Libre Comercio y
del Plan Puebla- Panamá, que tienen como dramático precedente
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
De ahí que resulte necesario seguir batallando para la
eliminación de la presencia militar imperialista en el Caribe
y que se respete su condición de zona de paz.
Resulta un gran estimulo para estos objetivos la victoria
obtenida por el hermano pueblo de Puerto Rico de expulsar a la
Marina de Guerra estadounidense de la isla de Vieques.
Por todas estas razones los participantes de la III Asamblea
de los Pueblos del Caribe exigen que nuestra zona sea un área
libre de la presencia militar imperialista, que cese la
injerencia del gobierno de los Estados Unidos en los asuntos
internos de nuestros países, así como el respeto a su
soberanía, libre determinación e integridad territorial,
derechos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.
III Asamblea de los Pueblos del Caribe.