El Comando Nacional Unitario frente a los TLC
El Comando Nacional Unitario, conformado en Colombia por, la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, la Confederación General del Trabajo, CGT, la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC y la Confederación de Pensionados de Colombia, CPC, ante el frenético impulso por parte del gobierno colombiano, en cabeza de Álvaro Uribe Vélez, a los denominados Tratados de Libre Comercio, TLC, o Acuerdos de Asociación, quiere precisar a la opinión pública nacional e internacional, los motivos por los cuales el movimiento sindical colombiano se reitera en la oposición a los mismos.
PRIMERO: Se constata claramente que no ha habido verdaderos procesos de negociación y que en cambio de lo que se ha tratado es de imposiciones de potencias económica, política y militarmente muchísimo más poderosas, que en base a esas asimetrías han sacado partido en beneficio de transnacionales con asiento en sus territorios, este es el caso de los Tratados de Libre Comercio suscritos con Estado Unidos y Canadá y el que actualmente se discute con la Unión Europea
SEGUNDO: Al estancarse las negociaciones de la Ronda de Doha, y no alcanzar las transnacionales a través de los gobiernos de las superpotencias, imponer de manera inmediata sus pretensiones en materia de Libre Mercado, desde la doctrina neoliberal, surgió la opción de los Tratados de Libre Comercio en la perspectiva de unificar las facilidades que los países en vías de desarrollo habrían de aplicar para garantizar pingües utilidades a sus inversiones especulativas en la gran mayoría de los casos.
TERCERO: Las implicaciones o impactos de los Tratados de Libre Comercio trascienden el escenario meramente comercial, llegando a señalar un oscuro futuro a nuestro país en materias tan delicadas como autonomía legislativa y administrativa, propiedad intelectual, seguridad y soberanía alimentaria, políticas de desarrollo industrial, servicios públicos, garantías y limites a la inversión extranjera, aplicación de la normatividad nacional, solución de controversias en base a las leyes del libre mercado.
CUARTO: La guerra al narcotráfico se convierte en una herramienta de presión contra nuestros intereses, pues si bien en los EEUU y la UE se emitieron sendos acuerdos, ATPDEA y SGP, mecanismos para nada compartidos por el CNU, tendientes a premiar o castigar las actuaciones de los países en torno a la represión de las actividades del narcotráfico, constatamos que el compromiso de los países desarrollados para con esta
causa no es equiparable al sacrificio que dicha lucha representa para nuestro país. El ATPDEA y el SGP, son puestos a nuestros negociadores como el techo de las negociaciones y son incontables las concesiones que ellos han tenido que realizar para mantener los supuestos beneficios de estos sistemas para enfrentar el tráfico de estupefacientes.
QUINTO: El carácter de intereses de Seguridad Nacional persistente en las negociaciones por parte de las comisiones estadounidense y europea, han hecho que las concesiones a nuestro país sean ninguna y por el contrario, las nuestras son todas las que las transnacionales han exigido e impuesto de conformidad con sus insaciables intereses.
SEXTO: Como consecuencia de las reiteradas reclamaciones de las organizaciones sociales populares, son conocidos los capítulos o apartes que pretenden señalar lineamientos para garantizar la vigencia y aplicación de los derechos económicos, sociales, políticos y culturales de los pobladores, que se quedan en simple retórica inaplicable a la hora de constatar los impactos de los TLC sobre nuestro aparato productivo nacional, sobre los trabajadores y la población en general.
SEPTIMO: La doble moral aplicada por los países desarrollados y sus transnacionales se convierte en otro elemento de condena por parte del Comando Nacional Unitario, pues mientras el mundo busca generar acuerdos en torno a temas como el medio ambiente, diversidad biológica, bioseguridad o proliferación de armas nucleares o químicas, las transnacionales por intermedio de los TLC buscan se les otorguen garantías para sus inversiones, pero sobre todo, se les den legislaciones laxas con respecto a estos temas.
OCTAVO: El hecho de que las cuentas o ingresos tributarios por impuestos, la balanza de pagos y las propias exportaciones colombianas a mercados diferentes a los norteamericanos o europeos, se vean duramente golpeados según datos no precisamente del movimiento sindical sino proporcionados por el Banco de La República, Banco Interamericano de Desarrollo o de gremios empresariales como la SAC, hacen que el movimiento sindical colombiano se convenza más de lo negativo de estos mal llamados Tratados de Libre Comercio.
NOVENO: El modelo aperturista neoliberal impuesto en la década de los 90 por los mismos promotores de los TLC de hoy en día, con su estela de daño al aparato productivo nacional en sus tres sectores, lo mismo que a los trabajadores colombianos; se ve exacerbado por la puesta en marcha de los leoninos TLC con la potencia del norte al
igual que con Europa. Es decir que si el modelo neoliberal ha arruinado a nuestro país en los últimos diecinueve años, con los TLC ¿que viva el modelo neoliberal, aunque muera la nación?
DECIMO: Los TLC entre la República de Colombia, los Estados Unidos de América, la República de Canadá y la Unión Europea se negociaron a espaldas de la nación, pues las reiteradas solicitudes encaminadas a viabilizar la participación de amplios sectores del país en una forma real y efectiva, fueron desechadas por el gobierno nacional, fue así como la propuesta de aprobar previamente una ley denominada “Ley Espejo” no fue tenida en cuenta pese a que ella no era otra cosa que un símil del Trade Promotion Authority of 2002 (TPA) el cual le fija al gobierno estadounidense unos mínimos, a la hora de suscribir acuerdos de esta índole, tendientes a proteger los intereses propios tanto de sus empresas como de su nación. La solicitud presentada por el Senador Antonio Navarro Wolf, de someter la ratificación del tratado al pueblo colombiano, a través de un referendo, también fue desechada de forma olímpica por los congresistas comprometidos con el gobierno. Los llamados del Cardenal Pedro Rubiano quien manifestara: “La Iglesia ve con preocupación algunas de las disposiciones contenidas en el TLC que podrían afectar a una extensa población del país” tampoco movieron a los “negociadores” colombianos y por el contrario llevaron a que con arrogancia el Presidente manifestara en una de sus correrías por el norte que cayeran rayos y centellas, el TLC Colombia lo firmaría por que lo firmaría. ¿De que negociación se habla cuando a la contraparte se le asegura que pase lo que pase se firmara?
Lo anterior no es un decálogo de diatribas respecto del tema por parte del movimiento sindical colombiano, como en muchas de las oportunidades han sido calificadas nuestras opiniones, entre otras cosas porque son más los argumentos con que contamos para justificar nuestra oposición al los TLC, nuestros planteamientos constituyen la legitima preocupación que nos asiste ante un tema que de manera grave empeñara el futuro de la nación a los intereses de las transnacionales.
Si a lo expuesto agregamos que los derechos de los trabajadores y sus organizaciones, son violentados de manera grave por el gobierno nacional por medio de reformas laborales regresivas, prácticas antisindicales como las mal llamadas Cooperativas de Trabajo Asociado y otras formas de tercerización laboral, que solo tienen como función la de desvirtuar el Contrato de Trabajo e impedir el desarrollo del sindicalismo y constatando que la violencia contra el movimiento sindical no cesa, encontramos que son más que justificadas nuestras posiciones frente a esta clase de Tratados de Libre Comercio, por cuanto se inscriben en la doctrina neoliberal tal y como lo estamos demostrando.
Es la búsqueda de la integración latinoamericana-caribeña, un postulado que el Comando Nacional Unitario acoge plenamente y reclama del gobierno colombiano su cumplimiento a plenitud, pues con los TLC suscritos y los por suscribir, dicho principio se ve transgredido al punto de imposibilitar su cumplimiento a futuro, así mismo debemos impulsar los acuerdos comerciales y de seguridad social con todos los países de América latina y el Caribe.
Bogotá, 19 de mayo de 2009
COMANDO NACIONAL UNITARIO
Original firmado:
TARCISIO MORA GODOY, Presidente CUT
JULIO ROBERTO GOMEZ ESGUERRA, Secretario General CGT
APECIDES ALVIS FERNANDEZ, Presidente CTC
JESUS MENDOZA VARGAS, Presidente CPC