Declaración Final:
Tercer Encuentro de Trabajadores de la Energía de América del Norte
En su Tercer Encuentro, sindicatos, redes y organizaciones sociales del sector energético de Canadá, Estados Unidos y México se comprometieron a buscar solución a los grandes retos que enfrenta su sector en sus respectivos países y en la región en general.
Los tres países sufren serios problemas en sus esfuerzos de enfrentar los efectos de la actual crisis económica global que afecta América del Norte como a los otros países del mundo: la crisis de sistema bancario, el desempleo, la criminalización de la protesta social, la destrucción de fuerzas productivas, el deterioro del medio ambiente, la explotación irracional de recursos energéticos, la privatización y el desmantelamiento de programas y servicios sociales.
La respuesta de los gobiernos de los tres países ha sido distinta. En Canadá y México, los pueblos no han podido ejercer un control democrático y efectivo sobre sus gobiernos, que están más preocupados de proteger los intereses de la elite transnacional. La llegada de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos mediante un proceso democrático abre camino a una nueva era en las relaciones de los tres países de América del Norte.
Las y los trabajadores del sector energético en los tres países, junto con sus sindicatos, organizaciones y redes sociales, estamos recibiendo los golpes frontales, con la desaparición masiva de empleos, la reducción de derechos laborales y la pérdida de apoyos sociales. Es por eso que buscamos unas estrategias y acciones comunes para enfrentar estos retos.
En esta búsqueda, los principios rectores de nuestra relación trinacional son:
La solidaridad dentro y entre sectores y pueblos para la defensa mutua de los derechos humanos, laborales y ambientales, incluyendo los derechos de los pueblos y comunidades indígenas.
La sustentabilidad, incluyendo por un lado la generación de empleos “verdes” y de fuentes energéticas renovables, menos contaminantes y de menor emisión de carbono, y por el otro, la transición justa hacia una nueva matriz energética, que implica compensar y apoyar a la gente que ha perdido o que corre el riesgo de perder sus empleos en el sector, así como en las comunidades afectadas, tanto por el abandono de antiguas industrias como por cambios de uso de suelo para producir energías alternativas.
La soberanía de los pueblos de ejercer su derecho de acceso y disposición de sus recursos naturales y energéticos, sujeto solamente a la voluntad democrática, y el control ciudadano en la administración y regulación de los recursos; por ejemplo, la remoción de obligaciones relativas al principio de la proporcionalidad en el TLCAN que obliga la exportación de los recursos renovables y no renovables aun cuando causa escasez en el país de origen.
Líneas de acción:
Desarrollo de una visión común sobre la energía y reforzamiento de las coordinaciones nacionales.
La renegociación del TLCAN para asegurar que el comercio responda a las necesidades de los pueblos y no de las corporaciones, y la reversión del proceso anti-democrático y secreto de la ASPAN.
La lucha por las reformas laborales democráticas en los tres países para fomentar la libre asociación, la autonomía sindical, la negociación colectiva y la democracia sindical y en contra de las propuestas de reforma neoliberal (como el proyecto de Lozano de México), y a favor de las propuestas pro-sindicales (como el Employee Free Choice Act de Estados Unidos)
Presión internacional para que los gobiernos respeten los derechos laborales, como es el caso de la campaña contra los contratos de protección patronal en México.
Campañas de presión contra las empresas transnacionales que violan los derechos humanos y laborales y de medio ambiente, aprovechando la incidencia de los sindicatos en uno de los países en las acciones de sus empleadores en otros.
Presión para lograr medidas internacionales de protección del medio ambiente que castiguen a las empresas y no a los pueblos en vías de desarrollo.
Campañas para detener los procesos de privatización y desregulación
Construcción de alianzas y unidad multisectorial para buscar soluciones integrales.
Esfuerzos en defensa del medio ambiente para asegurar un futuro sustentable para las y los trabajadores
Reprobamos la aseveración del proyecto de declaración de la Quinta Cumbre de las Américas que se llevará a cabo los días 17 al 19 de abril del año en curso en Puerto de España (Trinidad y Tobago) en el sentido que “los principios de mercado, el libre comercio, y los sistemas de inversión... son fundamentales para el crecimiento económico, el empleo y la reducción de la pobreza”. Al contrario, insistimos que es el momento de cuestionar estos planteamientos y proponer el rechazo definitivo al modelo neoliberal. Debemos promover las políticas que favorezcan la soberanía energética y alimentaria, los mecanismos de control ciudadano y los programas efectivos de repartición de riquezas en favor de la justicia social.
Nos comprometemos a la coordinación permanente entre los sindicatos del sector junto a las redes y organizaciones sociales y los sindicatos globales en un espíritu de solidaridad hemisférica. Mediante los nuevos mecanismos de coordinación que estamos desarrollando, avanzaremos hacia la unión de los movimientos de cada país para hacerle frente a las consecuencias nefastas de los acuerdos comerciales y políticas de globalización neoliberales y crear condiciones más justas y sustentables para nuestros países.
México, D. F., 16 al 18 de marzo de 2009