La Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos, LATINDADD expresa su apoyo a la decisión soberana del gobierno de Ecuador –así como de los movimientos y organizaciones sociales de ese país- para lograr justicia respecto a lo ocurrido con su deuda pública externa. Ello, a la luz del trabajo realizado por la Comisión de Auditoría Integral del Crédito Público de Ecuador (CAIC) y los resultados presentados en su Informe Final.

La creación de la CAIC fue una respuesta del gobierno ecuatoriano ante las demandas de los movimientos sociales del país quienes entendían que los procesos de auditoría son fundamentales en cualquier sector de la economía. Específicamente, la Auditoría ecuatoriana ha sido un procedimiento soberano, digno y responsable para con un pueblo históricamente agobiado por el peso de su deuda. Su composición plural, conjugando la calidad técnica y la participación social, así como su transparencia, son la fuente de su legitimidad.

Sus resultados han permitido evidenciar la verdad sobre el proceso de endeudamiento público del Ecuador. Como lo demuestran numerosas evidencias empíricas, esta deuda ha estado marcada por diversos hechos que violaron estatutos internacionales, pasaron por alto el marco institucional nacional y afectaron gravemente los intereses del pueblo ecuatoriano.

Ante ello, la hermana República del Ecuador está tomando la valiente iniciativa de iniciar un proceso encaminado a la judicialización de la deuda externa que haya sido contraída en situaciones de ilegalidad o ilegitimidad. Ello constituye un paso que debiera llevar a los gobiernos de todos los países del Sur a trabajar de manera coordinada y soberana con miras a la suspensión de pagos de las deudas ilegítimas y la exigencia de restitución y reparaciones de aquello que ya fue cobrado injustamente. En ese sentido, su experiencia es un aporte sin precedentes a la lucha mundial contra la dominación de la deuda impuesta a nuestros pueblos y países.

Exhortamos a los gobiernos de América Latina a respaldar la acción soberana del gobierno ecuatoriano y a emprender iniciativas similares. La aspiración de nuestros pueblos al bienestar y el desarrollo exige la unidad de la Región. La actual crisis financiera nos coloca ante el reto sumar esfuerzos y tomar medidas creativas para liberarnos de la carga injusta de la deuda externa –sobre la cual el Parlatino y la SICA se han manifestado reiterada y recientemente- así como para avanzar hacia la autonomía financiera regional. El problema del cambio climático exige también un trabajo conjunto para obtener una restitución adecuada por parte de los países del Norte frente al grave daño ambiental que nos afecta y del cual ellos son fundamentalmente responsables. Es hora de recuperar el control de nuestros recursos.

Lima, 17 de diciembre del 2008