Por soberanía alimentaria y financiera<br>Por justicia climática y económica
Semana de Acción Global contra la Deuda y las IFIs
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*Anulen la DEUDA ya!
*Pongan fin a las condicionalidades de las IFIs
*Paguen la DEUDA ECOLÓGICA al Sur
El hambre en el mundo y el creciente impacto del cambio climático son dramáticos síntomas del problema persistente de la dominación de la deuda.
Los grandes pagos de servicios demandados tanto de la deuda externa como de la deuda interna, implica que los escasos recursos se desvíen de las inversiones necesarias para asegurar la soberanía alimentaria y la protección del cambio climático. Esto es parte de la injusticia de la deuda y solamente por esto la anulación de la deuda, el repudio de la deuda u otras formas de no-pago son urgentes.
Pero las actuales crisis climática y alimentaria deben rastrearse también detrás de las políticas que han sido impuestas a los países del Sur desde hace décadas, mediante la utilización de la deuda y la ayuda, el acceso al crédito e incluso al alivio de la deuda como instrumentos de coacción. Los impactos han sido desastrosos. Por ejemplo:
- la imposición de recetas universales para estrategias de alto crecimiento económico orientadas a la exportación han conducido a: - la dependencia de fertilizantes y plaguicidas importados y costosas semillas transgénicas; - cambios masivos a cultivos exportables no-básicos y no-alimenticios incluyendo agrocombustibles; - la conversión de tierras agrícolas a zonas industriales para exportación, viviendas de lujo y centros turísticos; - y la imposición a recibir ayuda alimentaria.
- la liberalización financiera, comercial y de las inversiones ha favorecido: - la competencia desleal de los productos alimenticios subvencionados desde el Norte; - los proyectos extractivos minerales y de otros recursos naturales; - y la privatización de derechos humanos básicos como el agua y la electricidad.
Las deudas que se utilizaron para proyectos perjudiciales o para imponer estas políticas y condicionalidades, son deudas ilegítimas que no deben pagarse bajo ninguna circunstancia.
Estas deudas y políticas impulsadas por los prestamistas han beneficiado los intereses económicos y corporativos basados en el Norte, reforzaron la concentración de la riqueza, y han estimulado un aumento de la especulación estilo-casino con los precios de alimentos y de recursos naturales. Esto último contribuyó de manera significativa a la actual crisis alimentaria y climática, debilitando la capacidad de los pueblos y los gobiernos del Sur para responder adecuadamente. También han contribuido a la migración forzada de millones de hombres y mujeres: víctimas del hambre y el cambio climático, personas que tratan de defender los derechos humanos y ambientales y de escapar de la militarización y la guerra (que a menudo acompañan los crímenes climáticos y económicos).
Hoy, a pesar de una década de promesas y de iniciativas de alivio de la deuda, el flagelo de la servidumbre por deudas continúa cobrando numerosas vidas.
Por otra parte, las soluciones que se plantean para las crisis alimentaria y climática por las Instituciones Financieras Internacionales, los gobiernos del G8 y otros intereses económicos y corporativos del Norte (incluídos los nuevos préstamos y concesiones comerciales y de inversiones adicionales) en esencia son simplemente más de las mismas viejas políticas que han contribuido en gran medida a la creación de estos desastres.
Ante esta realidad, pueblos de todo el mundo se están movilizando para garantizar soluciones reales de soberanía alimentaria y financiera y de justicia económica y climática. Son medidas urgentes y necesarias para tales soluciones: anular o detener los pagos injustos por cargas inaceptables de deuda - en particular las deudas ilegítimas - y poner fin a la continuación del papel de las Instituciones Financieras Internacionales como el FMI, Banco Mundial y los Bancos Regionales de Desarrollo, (entidades que han contribuido para crear y mantener la crisis alimentaria y climática). Además es urgente mantener la agricultura campesina, conservar los bosques y mares, o proponer dejar los hidrocarburos en el subsuelo. En este contexto, la restitución y reparación de las deudas sociales, ecológicas e históricas que esos mismos intereses del Norte han acumulado con los pueblos y países del Sur como consecuencia de sus políticas proporcionarían una base sólida para la construcción de alternativas.
Únanse a nosotr@s en todo el mundo durante la Semana de Acción Global contra la Deuda y las IFIs, del 12 al 19 de octubre de 2008, a fin de avanzar en estas demandas. Junt@s podemos alcanzar la liberación de la dominación de la deuda, construir la soberanía alimentaria, y garantizar la justicia climática.
Plataforma:
Como organizaciones populares y movimientos sociales y políticos (de trabajador@s, agricultor@s, mujeres, jóvenes, pueblos originarios, religiosos, ecologistas) y ciudadan@s interesad@s, nos comprometemos a movilizarnos junt@s durante la Semana de Acción Global contra la Deuda y las IFIs a lo largo de los próximos meses. Por medio de la sensibilización, la educación, la promoción de políticas y la acción directa, desafiaremos a los gobiernos de los países del G8, las Instituciones Financieras Internacionales, los intereses de las empresas transnacionales y a nuestros gobiernos ya sea del Norte o del Sur, a reconocer sus responsabilidades por el problema persistente de la dominación de la deuda y su papel fundamental en las crisis alimentaria y climática. Reclamaremos que se tomen medidas decisivas para:
1. Anular o detener los pagos de toda deuda ilegítima.
2. Terminar con la utilización de los préstamos y alivios de deuda para imponer condicionalidades.
3. Dejar de financiar proyectos y políticas que contribuyan al hambre y el cambio climático.
4. Realizar auditorías integrales y participativas de deuda para ayudar a establecer quiénes le deben a quién.
5. Restituir y hacer reparaciones de las deudas ecológicas e históricas contraídas con el Sur, incluida la devolución de activos robados guardados en