El lado oscuro de la "democracia"
La sociedad costarricense ha venido sufriendo grandes cambios a propósito del proceso de discusión del Tratado de Libre Comercio, el cual culminó el 7 de octubre del año pasado en un reñido referéndum, cuyo resultado final fue el fruto de una intensa campaña mediática inspirada en el temor y la mentira. Términos usados a diestra y siniestra por los medios de comunicación y por los poderes de la República, como el de "democracia representativa", han sido puestos en entredicho por miles de ciudadanos, además del descontento generalizado con instituciones públicas representativas tales como la Asamblea Legislativa, el Tribunal Supremo de Elecciones, la Sala Constitucional…
Originalmente en el pensamiento griego, el concepto de democracia hacía referencia al ejercicio de la soberanía política por parte del pueblo, en oposición a la monarquía (dominio de uno solo ) o de un grupo (aristocracia), o a otras formas decadentes de gobierno, como en el caso de la tiranía. Esta idea de democracia supone la participación del pueblo en el ejercicio del poder. Sin embargo, este concepto de democracia ha sido invisibilizado en nuestro país, ante acontecimientos que deslegitiman "valores democráticos" como el de igualdad política, rendición de cuentas, o el de un verdadero pluralismo político respaldado por organismos constitucionales del Estado.
El referéndum y la aprobación de las leyes de implementación del TLC, han dejado al descubierto el lado oscuro de una "democracia" al servicio de unos pocos: el clientelismo político, la manipulación electoral mediante millonarias campañas publicitarias, la intromisión del gobierno norteamericano, el uso de recursos públicos en la campaña, la subordinación de la Sala Cuarta y del Tribunal Supremo de elecciones a los intereses del Poder Ejecutivo, una mayoría legislativa que aprueba leyes por mandato presidencial sin discusión alguna, vidrios polarizados en las barras de la Asamblea para que los diputados no puedan ver ni escuchar las protestas del pueblo costarricense…
Fue el memorando Casas- Sánchez el que mostró el rostro de la estrategia del miedo y la compra de conciencias planeada por el Gobierno. Los Comités Patrióticos de Heredia con justa razón continúan exigiendo la renuncia del diputado Sánchez quien ha lesionado seriamente "la vida institucional y democrática del país".
La reacción popular ante el secuestro de la democracia, no se ha hecho esperar. Sin embargo, de la misma manera que en las tiranías, el gobierno ha pretendido acallar la crítica ciudadana mediante la represión y el miedo. El 5 de febrero la denuncia por prevaricato contra el Tribunal Supremo de Elecciones, fue empañada violentamente por la Fuerza Pública que vapuleó y arrestó a varios de los manifestantes. A la violencia mediática, a la violencia de las instituciones más representativas del Estado, se suma ahora la violencia física hacia ciudadanos que defienden sus derechos constitucionales y la dignidad de la Patria.
El gobierno ha apostado a la confusión y al engaño para la aprobación primero del TLC, y ahora de las leyes de implementación. Por eso y con desvergüenza se sigue afirmando que estas leyes son parte del Tratado, y que hay que pedir prórroga para el mismo después del 29 de febrero.
A pesar de la represión y del lavado de cerebros que pretende el Gobierno, no cesarán las manifestaciones en la calle contra el patentamiento de las semillas, la subasta de nuestros recursos naturales, o en defensa del I.C.E. y del I.N.S... Se trata de hacer frente como decía alguien: a " la imposible tarea de perpetuar la campaña del miedo".
- Marielos Giralt Bermúdez es pofesora.