Para la resistencia social

2008-01-30 00:00:00

La realidad social siempre resulta más compleja de lo que cualquier análisis pueda describir. Tanto los factores objetivos como los subjetivos resultan de una u otra forma impredecibles y surgen variables que no se habían tomado en consideración. Por otra parte, la o las perspectivas desde las que se realizan las aproximaciones también inciden. Por esa y otras razones, no podemos asumir "la verdad" sino las propuestas que más o menos concuerdan con nuestras categorías. Por lo tanto, este escrito no pasa de ser un punto de partida para una discusión y una sistematización que, ojala, se lleve a cabo en lo que conocimos como el Movimiento del NO.

Un primer aspecto a debatir es el convencimiento de que estamos frente al inicio de la resistencia. Pese al voluntarismo o los buenos deseos de algunos que anunciaron con "bombos y platillos" que las calles estarían llenas el día de la firma del TLC, o la mancha amarilla iba a detener en la calle lo que fuera, o que la Agenda de implementación no pasaría, lo cierto es que, al final del año 2007, vimos un "mitin" escuálido en Zapote, una marcha del ICE muy raquítica y una Asamblea Legislativa con una mayoría al servicio del "procónsul". Es hora de que aceptemos la realidad de que el aparato estatal, incluidos el TSE y la Sala IV, están tomados por los neoliberales, ahora con rango constitucional. Los gritos y amenazas de detener y movilizar masas de parte de quienes se autodenominan dirigentes no hacen más que desmotivar a la población.

A continuación se plantearán cuatro ejes, desde nuestra perspectiva, fundamentales. Cada uno será objeto de desarrollo en textos posteriores para no cansar a las o los lectores.

1/ El liderazgo. Aunque no se ha llevado a cabo una discusión transparente acerca de lo que entendemos o debemos asumir como liderazgo en un movimiento social, lo real es que el ciudadano o la ciudadana común tiene consciente o inconscientemente una aproximación muy definida de lo que acepta y lo que rechaza. El liderazgo tradicional sea comunal, provincial o nacional está en crisis y hay quienes, desgraciadamente se creen líderes, no se han dado cuenta o no se quieren dar. La población no confía en los discursos de pacotilla. Quiere y acepta análisis que le sirvan para descifrar sus vivencias y congojas cotidianas. Por otra parte, existe una creencia muy arraigada de que "A mí nadie me manda". Además, durante la campaña por el referendo se logró una afirmación de la ciudadanía en el sentido de que "Mi aporte es el que cuenta" por pequeño e invisible que fuera y esto se le debe en buena medida a los fundadores del Frente de apoyo a la lucha contra el TLC.

2/ La memoria social. Un ser humano despojado de su memoria personal, social e histórica no es, pierde su identidad pues no cuenta con los parámetros con los que se relaciona con el mundo. El drama de un "alzheimer" social no lo podemos permitir, por una cuestión de sobrevivencia e identidad nacional, y porque es precisamente lo que los sectores dominantes esperan lograr. Para ellos, subvalorar, menospreciar y borrar de la memoria de los costarricenses las batallas que ha venido sosteniendo el pueblo por la defensa de la institucionalidad pública es requisito indispensable para poder sostener lo insostenible: el modelo neoliberal. Parte de esa propagación del "alzheimer" social es el lema que ha calado en parte de la población que votó por el NO. Es común escuchar ahora: "Yo era del NO, ahora soy del SÍ porque ellos ganaron y hay que respetar". Ese lema tan aparentemente simple oculta una complejidad. Una de sus implicaciones inmediatas es que ¡Hay que respetar el irrespeto!

3/ La denuncia social. Evidentemente este es el punto de articulación de muchas de las organizaciones sociales. Y, por lo tanto, se trata del que menos se debería desarrollar pues es el que mueve la práctica cotidiana de la mayoría de las organizaciones. Sin embargo, cabe detenerse a pensar en la receptividad de la población para la denuncia social y las formas y los lenguajes para que la denuncia sea efectiva y logre su objetivo: movilizar a un o a varios sectores para detener la acción permisiva. Por otra parte, dada la coyuntura en la que entramos y las implicaciones del TLC para el ambiente, las comunidades, los agricultores, los servicios públicos tendríamos que revisar si los mecanismos para socializar las denuncias están siendo lo más adecuados y si podemos agilizarlos o idear nuevos. Además, habría que reflexionar acerca de su relación con los otros ejes formulados u de otros que no se han visualizado en esta exposición.

4/ La solidaridad social. En cualquier proceso de victimización lo que sostiene a la parte débil en su capacidad para resistir y no claudicar es la solidaridad de sus pares. Desgraciadamente, hay que decirlo aunque no nos guste, dentro del Movimiento del NO, después del referendo, se han levantado voces que no son solidarias con los propios participantes del movimiento y eso mella la credibilidad, la motivación y la fuerza. La gran diferencia entre la crítica constructiva y la "serruchada de piso", es que la crítica constructiva nos señala el camino para salir del error. Por el contrario, la "serruchada de piso" se levanta alguien sobre la caída de otro. Un aspecto, quizás el determinante para salir de la encrucijada expuesta anteriormente, es que debemos realizar, por lo menos tentativamente, un análisis de cuál o cuáles van a ser los sectores más golpeados en lo inmediato e iniciar actividades o proyectos para "paliar" o amortiguar hasta donde se pueda el daño. La solidaridad no solo nos hermana con quien recibe el gesto sino que nos involucra integralmente.

Todos y cada uno de estos puntos se pueden trabajar tanto en lo micro como en lo macro. Para finalizar, reiteramos que esto ha sido más que una exposición un llamado para trabajar en torno a cómo vamos a desarrollar los y las del Movimiento del NO nuestra resistencia en este país secuestrado. ¿Cómo vamos a recuperar a Costa Rica?