Declaración de los parlamentarios reunidos en Quito
Nosotros, Parlamentari@s de México, Uruguay, Costa Rica, Bolivia,
Nicaragua, Ecuador, El Salvador, Venezuela, Perú, Colombia, Québec,
reunidos en Quito los días 29 y 30 de octubre del 2002, en el marco del
"Encuentro Continental sobre el ALCA y el rol de los Parlamentos", hacemos
la presente declaración, frente a la VII Conferencia Ministerial de
Negociación del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas, ALCA, de
acuerdo a las siguientes consideraciones:
Primera: Como delegatarios de la soberanía popular, tenemos el ineludible
compromiso de legislar para el bienestar integral y en consecuencia para la
mejoría de la calidad de vida de nuestras comunidades nacionales.
Segunda: Que, a pesar de que los Estados democráticos y soberanos sólo
pueden existir y mantenerse con un apropiado sistema de participación e
información ciudadana y con un régimen parlamentario fuerte, los ciudadanos
de nuestros países y los Parlamentos han sido objeto de un sistemático
desconocimiento por parte de quienes llevan a cabo las negociaciones del
ALCA. Los textos del ALCA, han sido realizados en un escenario de
secretismo, con reuniones cerradas, plazos arbitrarios, documentos
incompletos y de acceso restringido.
Tercera: Que cualquier acuerdo de "libre comercio" es una decisión política
que modifica y determina las condiciones de vida de los ciudadanos, tiene
que ver con la soberanía popular y, por ende, debe ser conocido
ampliamente, analizado, discutido y sancionado por los Parlamentos
nacionales y refrendado por el conjunto de la ciudadanía.
Cuarta: Que las grandes potencias tienen un control sobre el desarrollo de
la ciencia y la tecnología, los mercados, la industria, el comercio, las
finanzas, la agricultura y los servicios, a lo que se suman los subsidios a
su producción interna, condiciones que determinan que los países
latinoamericanos no estén en capacidad de competir.
Quinta: Que la fórmula del "libre comercio", promovida por el ALCA favorece
una política de apertura indiscriminada que arruina la producción
industrial y agropecuaria, elimina los derechos de los trabajadores, socava
las normas de protección de los consumidores, acrecienta el endeudamiento
público, y pone en peligro la conservación del patrimonio económico y
natural.
Sexta: Que el ALCA, tal como está concebido reforzará las reformas
económicas y la privatización de los servicios públicos esenciales como el
agua, la salud, la seguridad social, la educación, la electricidad y las
comunicaciones, transformando a los ciudadanos de usuarios de bienes y
servicios en clientes de empresas transnacionales.
Séptima: Que el ALCA pretende consolidar el control de recursos
estratégicos como son el petróleo, el agua, la biodiversidad, y el
conocimiento ancestral, mediante patentes de propiedad intelectual -entre
otros-, en manos de transnacionales principalmente al servicio de los
intereses de una única potencia: los Estados Unidos, que quiere acaparar
para sus empresas, un mercado de 800 millones de consumidores y consolidar
el flujo regular de recursos desde el sur del continente hasta su propio
territorio.
Octava: Que otras iniciativas promovidas desde los Estados Unidos como la
Organización Mundial de Comercio, el TLCAN, el Plan Puebla Panamá, y la
ruta hacia el ALCA, buscan mantener la hegemonía de este país en detrimento
del desarrollo de nuestros pueblos.
Novena: Que la imposición del año 2005 para que entre en vigencia el ALCA,
no es aceptable ya que obliga a los países a adecuar sus instrumentos
legales, económicos y políticos sacrificando sus agendas soberanas y
violentando la voluntad popular que en América Latina y el Caribe
demuestran que la ciudadanía clama por cambios sociales, justicia y
dignidad.
Como representantes electos somos conscientes de la responsabilidad que
tenemos ante nuestros pueblos frente al ALCA , en consecuencia DECLARAMOS:
Primera: Invitar los Parlamentos nacionales, como representantes de los
pueblos americanos, a discutir y decidir sobre todos los acuerdos en torno
al comercio internacional, en tanto que estos afectan la soberanía y las
condiciones de vida de los ciudadanos del Continente y a fijar agendas
soberanas con relación a la integración. En consecuencia, sugerimos que
donde no existan, se constituyan comisiones parlamentarias especiales para
atender lo correspondiente al ALCA y otros proyectos de integración
comercial similares.
Segunda: Proceder, como paso inicial a estas discusiones, a evaluar los
resultados y procesos de varios acuerdos internacionales como son el TLCAN,
el Plan Puebla Panamá, la OMC, y otros.
Tercera: Propiciar procesos de integración de nuestros pueblos, en donde
haya respeto a la dignidad y a la autodeterminación. Cualquier proceso de
integración debe ser equitativo y sostenible, debe satisfacer las
necesidades de más 70% de nuestra población que vive en situaciones de
extrema pobreza y debe revertir la tendencia de que el 70% de nuestras
exportaciones sean recursos naturales y materias primas.
Cuarta: Proponemos que se de una amplia difusión de los documentos que
discuten los grupos de negociación, definiendo claramente los países que
presentan o apoyan y solicitar que se elimine el carácter secreto que hasta
ahora han tenido las negociaciones.
Quinta: Promover la más amplia unidad nacional de empresarios, indígenas,
campesinos, obreros y ciudadanía en general para defender el mercado
interno como el fundamento de desarrollo de cada Nación.
Sexta: Proponer al Parlatino conformar una Comisión especial para abrir el
debate continental, mantener la vigilancia sobre cualquier tipo de
negociación en torno al libre comercio y ser promotores de la participación
ciudadana cumpliendo el mandato de nuestras representaciones.
Séptima: Rechazar el ALCA y exhortar a nuestros gobiernos a retirar de las
rondas de discusión a sus equipos de negociadores, procurando el
fortalecimiento de organismos y acuerdos de integración latinoamericana y
del Caribe, como son el CAN, MERCOSUR, CARICOM, entre otros.
Octava: Finalmente expresamos nuestro agradecimiento al Honorable Congreso
Nacional del Ecuador y al Instituto de Estudios Ecologistas del Tercer
Mundo quienes se han distinguido por su fraternal acogida y la efectiva
conducción de este encuentro parlamentario, contribuyendo notablemente a su
resultado exitoso.
¡Otra integración es posible!
Dado en Quito, el 30 de octubre de 2002