TLCAN: Detener la liberalización del comercio agrícola

2007-12-04 00:00:00

Reproducimos una carta dirigida a los presidentes de EEUU, México y Canadá, a sus negociadores comerciales, a sus parlamentos y a las opiniones publicas.

Se trata de defender soberanía alimentaria y zonas rurales frente a la implementación de la ronda final de reducciones arancelarias en el marco del TLCAN (enero 2008). Esta carta vendrá en apoyo a varias actividades organizadas en México.

Por favor enviar firmas a Steve Suppan ssuppan@iatp.org antes del 4 de diciembre.

Si desea firmar individualmente, por favor también indicar su organización, ciudad y país a fines de identificación.

En solidaridad,

Alexandra Spieldoch and Steve Suppan, IATP

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10 de diciembre de 2007

Al Presidente Felipe Calderón Hinojosa

Al Presidente George W. Bush

Al Primer Ministro Stephen Harper

A los líderes legislativos de los tres países

A los negociadores comerciales de los tres países

De las organizaciones de la sociedad civil canadiense, mexicana, y estadounidense abajo firmantes

Escribimos en apoyo a las metas de todas las organizaciones de agricultores e indígenas mexicanos para detener la liberalización del comercio agrícola que está destruyendo al campo mexicano, a las comunidades rurales, y a los pueblos y agricultores indígenas, orillándolos al exilio económico. Apoyamos sus propuestas para reconstruir la agricultura mexicana, la soberanía alimentaria, y el desarrollo rural.

Todavía no es demasiado tarde para que los gobiernos de México, Canadá, y Estados Unidos detengan la eliminación de tarifas para el maíz blanco, el frijol, la leche en polvo, y otros alimentos de la “canasta básica” de artículos de seguridad alimentaria para los hogares que se llevará a cabo el 1ro de enero de 2008. Como han propuesto las organizaciones de agricultores e indígenas, el anuncio de la suspensión debe ir acompañado de un plan y un calendario para renegociar el capítulo agrícola del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, reconociendo que el aumento en el volumen comercial no ha producido la prosperidad ligada al mercado para los agricultores y comunidades rurales de los países miembros del TLCAN. De hecho, la Unión Nacional de Granjeros de Canadá reportó en la conferencia “Lecciones del TLCAN” en octubre en Minneapolis, EEUU, que el ingreso de mercado de las granjas canadienses está en su punto más bajo desde la Gran Depresión, y que la agricultura canadiense enfrenta una “bomba de tiempo generacional”, ya que la gran mayoría de los agricultores se acercan a la edad de retiro sin que haya suficientes granjeros jóvenes que los sustituyan.

Una propuesta del gobierno mexicano para excluir todos los alimentos de la “canasta básica” de la liberalización bajo el TLCAN sería un importante primer paso para mejorar la capacidad de México para alimentarse a si mismo. La exclusión de la “canasta básica” crearía demanda por productos mexicanos que ahora se satisface en parte con exportaciones de dumping norteamericanas. Apoyar la oferta nacional de alimentos básicos disminuirá sus precios, dando alivio de los drásticos incrementos en los precios de los alimentos, particularmente para la tortilla (misma que ha visto un incremento de 738 porciento desde 1994, mucho mayor que los aumentos salariales). La suspensión, en conjunción con apoyo del gobierno mexicano para modernizar la agricultura del país con la participación de campesinos y productores indígenas, ayudará a revitalizar la agricultura y el desarrollo rural mexicanos. La revitalización rural mexicana reducirá la migración forzada de medio millón de exiliados económicos mexicanos que buscan sobrevivir viajando a los Estados Unidos anualmente, no obstante la militarización de la frontera entre México y Estados Unidos.

La respuesta actual del gobierno y la industria a las fallas del TLCAN, la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad en América del Norte que se negocia y pone en práctica sin participación legislativa, no se diga ya democrática, exacerbará el daño económico, ambiental, y social que el TLCAN ha perpetrado.

Los abajofirmantes consideran que las políticas de las organizaciones campesinas e indígenas para reconstruir la agricultura mexicana y renegociar el TLCAN son pasos necesarios para dar prosperidad y seguridad verdaderas a nuestros países. Felicitamos a las organizaciones por su trabajo en apoyo a los agricultores mexicanos, los pueblos indígenas, y el desarrollo rural. Esperamos encontrar nuevas formas para apoyar su lucha por la soberanía alimentaria, el comercio justo y equitativo, la agricultura sustentable, y el desarrollo rural.

Atentamente,