Los comités patrióticos: ante el fraude la lucha continua
Este pequeño documento proviene del material revisado, a partir de las declaraciones leídas el 1º y el 8 de Octubre, en la vigilia "LA HORA DEL SILENCIO", que un grupo de ciudadanos y ciudadanas realizamos todos los lunes, desde marzo pasado, a las 8 PM frente a la casa de Óscar Arias en Rohrmoser, desde el momento en que se silenció, por decisión oficial, el programa DIAGNOSTICO que se transmitía por la televisora del Estado.
Compañeros y compañeras:
Óscar Arias no se imaginó jamás, que ese pueblo sencillo al que ha mirado siempre con enorme desprecio, a pesar de sus manifestaciones sobre el carácter y las virtudes de los costarricenses, le propinaría una ejemplar derrota a los descomunales intereses locales y transnacionales que el representa, a pesar de los números en apariencia adversos. Jamás en Costa Rica, salvo en 1856, hubo mayor concentración de conciencia ciudadana, patriótica y progresista.
Contra el NO se ha lanzado la campaña más infame de la historia
Contra el movimiento del NO, fue lanzada una de las campañas publicitarias más descomunales, mentirosas e inescrupulosas que recuerda la historia de los medios de comunicación en Costa Rica. Decenas de páginas periodísticas y cortos televisivos, fueron utilizados para atizar los prejuicios y paralizar por el miedo a los electores más sencillos y desaprensivos. Las simplificaciones más perversas y ofensivas les han servido a los publicistas de Oscar Arias, para ofender y tratar casi como delincuentes a valerosos luchadores sociales de todas las procedencias ideológicas. Es la vieja táctica de la Guerra Fría, de descalificar, agraviar y arrinconar a punto de propaganda a un adversario, hasta convertir la ofensa y la mentira en una "verdad".
Pero si vemos las cosas más de cerca, esa campaña masiva casi no les ha servido de nada. El pueblo, los jóvenes, las amas de casa, los trabajadores, los sacerdotes, los empresarios patriotas, los agricultores, los obreros y empleados, los estudiantes e intelectuales, todos ellos hombres y mujeres que luchan y trabajan al servicio de la Patria, han logrado verse a sí mismos como parte de un inmenso y pluralista movimiento social. Las fuerzas más sanas de Costa Rica, se han despertado alrededor de la lucha contra el nuevo filibusterismo. El pueblo se siente hoy ofendido y agraviado, pero de ningún modo derrotado.
Se han unido todas las fuerzas progresistas de Costa Rica
Algo extraordinario ha ocurrido. Se han unido en los COMITÉS PATRIÓTICOS todas las filosofías progresistas de Costa Rica: los socialdemócratas, los socialistas, los social-cristianos auténticos, los creyentes y no creyentes, todos cubiertos por el manto de una doctrina y una ideología: LA DEFENSA DE LA PATRIA.
En estos Comités el pueblo ha aprendido a reconocerse a sí mismo y ha vuelto renacer el culto a los héroes, a los grandes estadistas, a los intelectuales y artistas que impregnaron de sensibilidad el corazón de las multitudes. Por fin han ocupado un lugar los himnos patrióticos, los héroes anónimos que levantaron las grandes obras materiales y espirituales de las que hoy estamos orgullosos. En todas ellas, privadas o públicas, está depositado el esfuerzo, el sacrificio y la sangre de los obreros y trabajadores manuales e intelectuales, que han sumado millones y millones de horas laborales para la construcción social de nuestra Patria. En razón de esta lucha contra el TLC, hemos cobrado conciencia de lo que hemos construido con nuestras propias manos y de todo aquello que debemos defender.
Arias ha intentado dividir a nuestro pueblo
A esas multitudes Oscar Arias les ha vuelto la espalda, ha intentado dividirlas y enfrentarlas en su calidad de conductor y propietario del movimiento del SI. Porque nunca se había producido en Costa Rica, un intento más malévolo y despiadado por partir en dos al pueblo. Nunca, ni aun en medio de las guerras civiles, alguien intentó separar y enfrentar de manera más brutal a los costarricenses. Sin embargo, Oscar Arias solo alcanzó una victoria misérrima. El pueblo solo se ha dividido electoralmente, pero Arias no ha ganado una sola conciencia, no ha ganado a nadie para su proyecto entreguista y neoliberal, como no sean los integrantes de su pequeña cofradía de seguidores.
No debemos decir o repetir la falsa idea de que el pueblo se ha dividido. El pueblo costarricense no se ha dividido. Sus enemigos sólo han logrado confundir o conmover por el miedo, a un sector muy grande de personas que votaron por el SI. A todos ellos debemos contarlos como parte potencial de las fuerzas patrióticas, a las que debemos ganar a nuestra causa. Del lado del SI, sólo se agrupa un sector minúsculo de potentados y nuevos oligarcas que suponen que esta aparente victoria los convierte en dueños definitivos de Costa Rica. El NO en cambio, es inmenso y nada le impide crecer y crecer. Son los primeros retoños de un árbol inmenso.
Solicitamos el Referéndum Ciudadano pero fuimos burlados
Desde que en la CONVERGENCIA PATRIOTICA propusimos la realización del Referéndum, lo hicimos con el claro propósito de evitarle al pueblo el dolor de duras confrontaciones. Lo propusimos precisamente para resolver nuestras diferencias por medios cívicos, honorables y civilizados. Pero ha sido Óscar Arias al frente del SI, quien tomó por asalto la Asamblea Legislativa, la Sala IV y el Tribunal de Elecciones, imponiéndoles decisiones que hacen temblar de vergüenza las viejas tradiciones jurídicas y humanistas de Costa Rica.
La Asamblea Legislativa y el Tribunal de Elecciones se dejaron subordinar y fueron convertidos en una caja de resonancia del Poder Ejecutivo.
El erróneamente llamado Tribunal "Supremo" de Elecciones, pues de supremo no tiene nada, violó sin reparos la Ley del Referéndum, cuando interrumpió la tramitación del Referéndum Ciudadano solicitado por José Miguel Corrales y la Convergencia Patriótica y lo cambió por el Referéndum Ejecutivo a solicitud del Gobierno. Después violó y desaplicó sin el menor escrúpulo, como veremos luego, el artículo 95 inc. 3 de la Constitución y el artículo 88 del Código Electoral. De ese modo le permitió a Oscar Arias participar como jefe del SI y usar los enormes recursos del Poder Ejecutivo en al campaña.
Este mismo Tribunal cometió después un sinnúmero de tropelías, tal como constan en la acusación que presentaron José Miguel Corrales y Carlos Campos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Incluso se atrevió a violar la Autonomía Universitaria. El TSE dictó
"una resolución en la que consideró que a la Universidad de Costa Rica no le está permitido realizar en sus auditorios, conferencias que conlleven "tendenciosamente", a fines propagandísticos a favor o en contra de la consulta popular "salvo que se trate de actividades, foros o debates que sirvan exclusivamente para informar del tema ". (Tomado del ensayo del Catedrático Dr Luis Baudrit, "INCONSTITUCIONALIDADES EN EL TLC, A PESAR DEL DICTAMEN DE LA SALA IV". SIEDIN UCR. 2007)
Semejante atrevimiento mereció una contundente respuesta de la Rectora, Dra Yamileth González, reproducida en la edición del Semanario Universidad del 2 de Agosto de 2007.
La historia de Costa Rica consignará estos procedimientos del tribunal y del Poder Ejecutivo, como los actos más indignos de las tareas que la Constitución de la República le impone a esos órganos del Estado.
Los vasos comunicantes
Esta permanente sintonía entre el Tribunal de Elecciones y Oscar Arias, no se puede explicar de otra manera como no sea por las estrechas relaciones, secretas muchas de ellas, entre el propio Arias y algunos de sus abogados, con ese Tribunal. Quizás nunca en la nuestra corta historia, se produjo una consonancia de intereses y esfuerzos dedicados a cumplir los mismos fines espurios.
En medio de todas las adversidades, el pueblo se hizo escuchar
Aun así, en medio de todas esas adversidades, sin recursos, sin acceso a la mayor parte de los medios de comunicación para hacerse oír y brindar sus razonamientos, el pueblo pudo encontrar diferentes caminos para llevar la verdad sobre el TLC hasta los últimos rincones de la Patria. Desde este mismo lugar, frente a la casa de Arias, donde hemos venido semana tras semana a manifestarnos y a demostrar que la dignidad, el honor y los derechos de los comunicadores y comunicadoras no pueden ser aplastados impunemente, debemos rendirle homenaje a los órganos de prensa y de radio que, con espíritu democrático y honorable, abrieron sus puertas a los debates y a las explicaciones de los opositores al TLC. Estos órganos de prensa se mostraron dispuestos a reseñar los actos, publicar artículos y realizar entrevistas a distintos personeros del movimiento patriótico.
También es imposible eludir la mención a las organizaciones sociales, los sindicatos en primer lugar, a las organizaciones cooperativas, campesinas y comunales, a los grupos ecologistas o comunales y a los partidos políticos que hicieron causa común y articularon sus esfuerzos a fin de darle organicidad y orientación al movimiento general.
Pero el mayor homenaje es para esa forma de organización que el pueblo se dio a sí mismo y que construyó desde el fondo de su corazón y su conciencia; esa organización enteramente nueva que se multiplicó como una semilla fecunda a lo largo y ancho de la Patria: nos referimos a los COMITÉS PATRIÓTICOS.
¿Qué son y qué representan los COMITÉS PATRIÓTICOS?
Viendo la gigantesca marcha de ese domingo 30 de septiembre, no era difícil observar el desbordamiento de entusiasmo popular, las comparsas, los músicos, los artistas, las improvisaciones culturales, los grupos de jóvenes y viejos, las pancartas o las consignas. Esta marcha sólo fue posible porque existía una fuerza sólida y consistente, que movió la voluntad de multitudes, la llenó del entusiasmo y deseos de participar. Ese inmenso acto cívico concentró su empeño en la pluralidad política y social de los participantes. Fueron los COMITÉS PATRIÓTICOS los que movieron al pueblo desde los barrios, los caseríos, los distritos, los cantones o las ciudades. Sin ellos, sin su clara conciencia de representar lo más activo, vibrante y unitario de la vida cívica del país, esa gigantesca marcha no habría sido posible.
Los COMITÉS PATRIÓTICOS representan esa nueva mayoría naciona l que ha sido capaz de unirse por encima de cualquier denominación organizativa o política, para hacer posible la derrota del neoliberalismo.
Los COMITÉS PATRIÓTICOS constituyen una unidad social y política absolutamente inédita en la historia de Costa Rica y quizás de América Latina, que ha rebasado, en virtud de la conciencia de sus tareas, atribuciones o responsabilidades cívicas, a las distintas organizaciones comunales, sindicales, políticas o religiosas de donde proceden los hombres y las mujeres que los conforman.
Esta expresión de la voluntad popular, es también una muestra del poder popular, en el momento en que una nueva forma de poder ha sido necesaria para vencer la maquinaria financiera y publicitaria, en apariencia invencible, que la nueva oligarquía y las fuerzas transnacionales encabezadas por Oscar Arias, pusieron en marcha para doblegar a los costarricenses.
Podemos repetirlo: los COMITÉS PATRIÓTICOS, constituye, una forma de organización y voluntad popular completamente inédita, que no sólo debe permanecer unida, sino multiplicarse y enriquecerse con nuevas luchas, aportes y reflexiones sociales.
Antes de continuar preferimos insistir en el hecho de que la permanencia y consolidación de los COMITÉS PATRIÓTICOS, no debe, de ninguna manera, cambiar su naturaleza. Ellos son el centro de unidad de fuerzas patrióticas; son el compendio organizado de las distintas manifestaciones del pensamiento social costarricense representado por partidos y personas de distinto origen, que han participado, de manera intensa, en el combate cívico más importante y decisivo de nuestra historia.
La pluralidad es el corazón mismo de los COMITÉS PATRIÓTICOS
Pensamos que la fuerza y vitalidad de los COMITÉS PATRIÓTICOS, proviene de su pluralidad. De modo que cada miembro debe mantenerse, como hasta ahora, adherido a la organización cívica o gremial de su preferencia o al margen de las mismas si es su deseo. Porque el peligro de desintegración es real. Pensamos que es muy difícil evitar que los partidos u otras organizaciones, no sucumban a la tentación de controlar o dominar los COMITÉS PATRIÓTICOS y orientarlos, paulatinamente, hacia sus tiendas electorales. Ésa tentación es natural y no debe llenarnos de suspicacia o desconfianza. Pero debemos impedirla. De modo que éste es un asunto que debe ser discutido abiertamente y con el espíritu más diáfano, a fin de que todos comprendan que la sobrevivencia, fortalecimiento y crecimiento de los COMITÉS PATRIÓTICOS, es un asunto que está directamente vinculado al interés de la Patria y al cumplimiento de su objetivo cardinal que es la unidad de las fuerzas patrióticas.
Sugerimos algunas tareas para los COMITÉS PATRIÓTICOS
Sugerimos que, además de las importantes tareas que sin duda los Comités han definido e incluso aprobado, y sin el menor deseo de interferir en la discusión interna, pensamos que podría ser útil tomar en cuenta ciertos objetivos cardinales que podemos mencionar.
1- Leyes Complementarias. Los Comités deberían comprometerse a ser una organización permanente y continuar la lucha hasta la completa derrota del neoliberalismo en sus distintas manifestaciones. Pero ahora, tenemos enfrente las llamadas LEYES COMPLEMENTARIAS, también conocidas como AGENDA DE IMPLEMENTACIÓN, que son la esencia misma del TLC. Hay que combatirlas a brazo partido. Allí se encuentra nuestra primera tarea.
2- Observatorios cívicos. Los Comités deberían ser observatorios agudos y perspicaces de la vida cívica y política de Costa Rica, tanto en escala nacional como local y convertirse en centros permanentes de discusión y análisis del acontecer político y social de Costa Rica. Dentro de ellos, las discrepancias de cualquier orden que sean, no deben saldarse con rupturas o divisiones sino con el desarrollo creciente y permanente de reflexiones, análisis críticos y discusiones fraternas. En su seno debe imperar, como hasta ahora, la mayor tolerancia y cada miembro podrá trasmitir sus reflexiones y conclusiones, a las distintas organizaciones sociales o políticas donde participa.
3- Proyecto de país y centros de resistencia cívica. Los Comités deberían insistir, a través de encuentros o asambleas de alcance regional o nacional, en la formulación de planteamientos programáticos tácticos (corto plazo) y estratégicos (largo plazo), que conduzcan a la formulación de agendas de lucha y un proyecto de país, donde tenga cabida esa misma pluralidad de fuerzas sociales y políticas que los forman.
4- Centros de estudio de la realidad nacional. Los Comités deberían estimular el estudio permanente de todas esas realidades en las que nos introdujo la discusión del TLC pero que ha quedado truncada en virtud del Referéndum. Formulamos una pregunta ¿es que acaso han quedado debidamente superadas las discusiones y los análisis sobre temas como el agua, la biodiversidad o los recursos marinos? ¿Es que no debemos continuar con el examen crítico de esas instituciones que conforman el Estado Social de Derecho y que hemos defendido con tanto vigor durante este proceso? ¿Debemos o no continu