Cristianos de A. del Norte: Detener avances de TLCs
Tres cartas que forman parte de una acción conjunta de Iglesias y organizaciones cristianas de México, Canadá y Estados Unidos. Las cartas hacen un llamado desde la fe a los tres gobiernos reunidos en Canadá, para detener el avance de los Tratados de Libre Comercio ante el evidente fracaso de sus políticas neoliberales.
CARTA MÉXICO
México, D. F., a 9 de Agosto de 2007.
Lic.. Felipe Calderón Hinojosa.
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos
Residencia Oficial de los Pinos Casa Miguel Alemán.
Col. San Miguel Chapultepec, C.P. 11850.
Distrito Federal, México.
(55)27891100
felipe.calderon@presidencia.gob.mx
Presente.
Del 17 al 22 de agosto próximos, se llevará a cabo en Canadá, la Cumbre de Líderes de América del Norte. Con usted, estarán presentes también el Presidente estadounidense George W. Bush y el Primer Ministro canadiense Stephen Harper. En preparación a esta reunión, los miembros de la MESA TRINACIONAL que constituimos un colectivo de iglesias y organizaciones de inspiración cristiana de México, Estados Unidos y Canadá, queremos hacer un enérgico llamado a usted para que inicie acciones para que TLC de Norteamérica sea anulado.
Los miembros de la TRINACIONAL, observamos y constatamos con preocupación, que el prometido desarrollo económico proveniente del TLC, que debiera impactar positivamente en la calidad de vida de nuestros pueblos, no se ha realizado. Por el contrario, se han profundizado las condiciones de pobreza de millones de seres humanos.
Es un hecho que mientras los indicadores macroeconómicos de nuestros países muestran un avance espectacular, el nivel de vida de los grupos eufemísticamente llamados “vulnerables”: campesinos, indígenas, obreros, etc., se encuentra en franco retroceso. En el caso mexicano, la clasificación de la población pobre en niveles de pobreza, no hace sino esconder lo que es una realidad: el fracaso de las políticas económicas surgidas del TLC.
Nos permitimos llamar su atención para manifestar nuestro profundo rechazo a continuar con las políticas neoliberales aplicadas en nuestros países, surgidas de la firma del TLC de Norteamérica. En el caso de México, el TLC de Norteamérica no sólo no debe ser renegociado sino debe ser anulado debido a sus devastadores efectos sobre el desarrollo social de nuestro pueblo. Algunos de los efectos negativos que observamos en algunos rubros del caso mexicano.
1. Los beneficios del TLCAN han sido unos cuantos. Los grandes beneficiados del TLCAN en México han sido los agroindustriales de la cerveza y del tequila, productores y empacadores de hortalizas y frutas tropicales de exportación, importadores de carnes, granos (con MASECA y MINSA a la cabeza), importadores de frutas e insumos y, también, la industria de gaseosas. Ellos son parte de las mil empresas o personas que han prosperado con el TLCAN, frente a los millones que han resultado ser los \"perdedores\".
2. El crecimiento de la economía mexicana se ha desplomado. Desde el robusto crecimiento per capita de 3.4% durante mas de 30 anos, de 1945-1975, los años del llamado \"milagro mexicano\", el crecimiento económico casi se ha detenido, pues durante 1985-2007 la cifra de crecimiento per capita es de menos de 3%. El mismo FMI ha pronosticado para el 2007 un crecimiento no mayor al 3.1 para México.
3. Balanza comercial deficitaria. En cuanto a las exportaciones, si bien es cierto que México se ha convertido en uno de los países mas exportadores del mundo, el no. 11 entre todas las economías, también hay que decir que el país importa más de lo que exporta, lo cual se traduce en una balanza comercial crónicamente deficitaria.
4. Pérdida de la soberanía alimentaría. Sólo para la compra de alimentos México eroga 78 mil millones de dólares, cifra superior a la deuda publica del país. Se trata en gran parte de alimentos que antes producía México y ahora tienen que ser importados. El próximo año, entrará en vigor la cláusula sobre la liberalización del maíz, los efectos sobre el ya deplorable estado de pobreza rural y campesina serán devastadores. Los programas asistencialitas como pro-campo no son, sino paliativos a un problema que repercutirá en la aparición de movimientos sociales cada vez de carácter más violento.
5. Crecimiento del desempleo. Hubo grandes expectativas de que el TLCAN crearía empleo, pero ha habido una perdida neta en la creación de empleos, es decir, en promedio se creaban mas empleos en México antes del TLCAN que después. En su último informe, el ex presidente Fox celebró la creación de medio millón de empleos durante los tres primeros anos de su administración. Pero omitió decir que para dar cabida a los jóvenes que año con año se integran a la fuerza laboral, la economía debería generar aproximadamente 750,000 empleos cada ano. Es decir, durante la gestión de Fox, la economía debería haber generado unos 2, 250,000 de empleos, frente a los cuales palidece la cifra de medio millón de nuevos empleos. Además, la mayoría de los empleos generados en estos anos esta en el sector informal, donde no hay prestaciones de ley, ni garantías de salario mínimo. Hablando solo del campo, la Secretaria del Trabajo (STPS) indica que desde la vigencia del TLCAN se han perdido 1, 780,000 de empleos, 600,000 de ellos relacionados con los granos básicos.
6. Poder adquisitivo en declive. El salario mínimo bajo 23% en términos reales (de su poder adquisitivo) desde la vigencia del TLCAN, y 60% desde 1982. Los salarios contractuales bajaron 55% desde 1987, 12% desde el TLCAN. El 60% de los empleados no recibe ninguna prestación otorgada por las leyes mexicanas; el 33% de la población económicamente activa (PEA) esta en el sector informal.
7. Mayor pobreza. El número de hogares en la pobreza ha crecido 80% desde 1984, y más del 60% de la población vive en la pobreza. En Chiapas, donde la crisis del precio del maíz se suma a la del café, se estima que un 70% de la población vive en la pobreza extrema. Hablando específicamente de la población rural, el 80% de la población rural vive en la pobreza y más del 50% en la pobreza extrema. Pero no solo la pobreza esta peor. Empeoró la desigualdad. El coeficiente de Gini pasó de .43 a casi .5 desde 1984, lo cual coloca a México entre los países mas desiguales del hemisferio y del mundo. El estallido del movimiento social oaxaqueño si bien responde a situaciones de marginación históricas, ha sido agravado por el desastre en la situación del campo.
8. Degradación del Medio Ambiente. En cuanto al medio ambiente, el gobierno estima que los costos de la degradación ambiental (que se ha acelerado durante el TLCAN) equivalían en 2006 al 12% del PIB, o unos US$ 36 mm. Comparemos esta cifra con la del crecimiento económico bruto de US$ 9.4 mm en 2003.
9. El rostro del Hambre. Los precios de la canasta básica se han elevaron en 327%, mientras que los precios al productor agropecuario subieron 185%. Es decir, las importaciones presionaron más sobre los precios de los productos agropecuarios primarios que sobre los del consumidor.
10. Expulsión de emigrantes. Según datos oficiales, 477 000 mexicanos son expulsados cada año a los USA y Canadá. La estadística continúa en aumento. Este dato es, tal vez el que mejor revela el fracaso del TLCAN. Si somos honestos con la historia, el TLC fue promocionado gubernamentalmente bajo la premisa de que sus efectos reducirían sensiblemente la emigración pues se crearían miles de fuentes de empleo.
En resumen, el país esta hoy más pobre, mas polarizado, más desempleado, más hambriento que hace 10 o 20 anos. Las políticas neoliberales sencillamente no han funcionado en nuestro país y, gracias al TLCAN, hoy el Estado carece de los instrumentos de política económica para enderezar el rumbo de la nave, de una forma que favorezca al pueblo mexicano en su conjunto.
Como cristianos llamados a construir el reino de vida para todas y todos los que compartimos y habitamos la Casa Común, expresamos que el sistema económico vigente nos ha conducido a una verdadera concepción idolátrica de la economía como elemento rector de la vida humana. Un sistema económico que diviniza una institución humana como el Mercado, y en su nombre exige el sacrificio de millones de vidas humanas condenadas a la pobreza, marginación y exclusión a cambio de la mítica promesa de acumulación de riqueza y desarrollo, no puede sino exigirnos una actitud ética y una reflexión profunda de nuestro actuar ante tales acontecimientos.
Desde ésta perspectiva cristiana y creyente queremos manifestar algunos aspectos éticos frente al TLC.
1. La dignidad humana, basada desde la fe en la creación del ser humano a imagen y semejanza de Dios, debe estar por encima de cualquier Acuerdo Comercial o Económico que viole, aliene, destruya o corrompa los derechos a una vida digna y sostenible.
2. La ética surgida de los imperativos morales del Decálogo proclaman la fe en un Dios que es Vida y vida para todas y todos. La consecuencia social de esa fe es el reconocimiento del “otro” como mi “hermano y hermana”. Los pobres, indígenas, campesinos, obreros, etc., no pueden ser ignorados por sus respectivos gobiernos a la hora de establecer Acuerdos Comerciales que lesionan sus derechos fundamentales. Es necesario establecer mecanismos de participación popular en la toma de decisiones que afectan a todas y todos.
3. El mundo, la madre tierra, el agua, los recursos naturales, el medio ambiente, forma parte de la obra creadora de Dios. Los gobiernos y no sus pueblos, deberán asumir las consecuencias de aprobar políticas comerciales y económicas que depredan la naturaleza. El cambio climático y el calentamiento global son los dos signos de los tiempos más importantes del desastre ecológico.
4. Llamados por Jesús a llevar la buena nueva a los pobres, las iglesias, las y los cristianos, debemos asumir que el anuncio del Reino debe incidir en los espacios de decisión pública, priorizando el bienestar de pobres y de las víctimas. El respeto y cumplimiento de los derechos humanos debe ser condición “sine qua non” a la hora de establecer Acuerdos de cualquier tipo entre las naciones.
5. La tarea fundamental de nuestras iglesias es el anuncio del Reino, asumimos como propia la exigencia de ser promotores de ciudadanía, democracia, participación, justicia y equidad en nuestras respectivas naciones.
6. Dios, a quien definimos como Sabiduría infinita, “escuchó el clamor de su pueblo”, los gobiernos y los Jefes de Estado deben escuchar el clamor de las organizaciones civiles, sindicatos asociaciones, etc., que plantean la necesidad de modificar los Acuerdos Comerciales y Económicos en base a la protección del ser humano y del medio Ambiente y no sólo de la visión de generar intereses económicos para las grandes corporaciones.
Aunque la responsabilidad de la firma del TLC de Norteamérica pertenece a un gobierno anterior a su administración, la responsabilidad de darle continuidad nos permite llamar su atención para, en primer lugar, responder puntualmente a nuestras observaciones y, en segundo lugar, a actuar responsablemente conforme a criterios éticos de comercio justo
Nuestros colegas estadounidenses y canadienses están también enviando misivas similares a sus respectivos presidentes. Les adjuntamos las Cartas que ellos han enviado a sus respectivos gobiernos.
Atte.
Por MESA TRINACIONAL:
Centro de Estudios Ecuménicos, Lourdes Villagomez, México, P. Camilo Daniel. Católico. (México); P. Kim Erno, Luterano. (México), P. Héctor Fernández, Luterano. (El Salvador) Nelson Rosales, Coordinador de Programas para el Caribe y Latinoamérica, Unidad de Justicia, y Relaciones Ecuménicas y Globales, Iglesia Unida de Canadá.
Organizaciones adherentes.
MESA Ecuménica Popular Mesoamericana, Servicios para la Paz, A.C.,Observatorio Eclesial, Centro Antonio de Montesinos, A.C.; Católicas por el Derecho a Decidir; Comunidades Eclesiales de Base, Centro de Comunicación Social; Secretariado Internacional Cristiano de Solidaridad con América Latina-SICSAL-México; Coordinadora Ecuménica de la Iglesia de los Pobres, Servicios para la Paz, A.C., Colectivo ALAS; Centro de Ayuda para las Misiones Indígenas, Centro de Promoción y Asesoría Comunitaria, A.C., Comité de Acción Global de Nicaragua, Red por la Participación Ciudadana. Centro de Ayuda Comunitaria Todos Unidos, A.C.
Adhesiones Personales.
Raúl Vera, Obispo de Saltillo, José Sánchez, Presbítero Católico, Martín R. Hernández (SICSAL), Profesora Fidelina Ramírez Cruz (México), Alicia Romo de la Rosa (CEPACOM-México); Francisca Jiménez. Violeta García, Pastor José Luis Velasco. Rubén Dri, Profesor Universitario.
CC. juan.camilo.mourino@presidencia.gob.mx
Oficina de la Presidencia
max.cortazar.lara@presidencia.gob.mx
Oficina de Comunicación Social
CARTA CANADA
The Right Honourable Stephen Harper
Prime Minister of Canada
Parliament Hill
Ottawa, Ontario K1A 0A2
August 14, 2007
Dear Prime Minister Harper,
We are representatives of Canada\'s churches, and members of MESA, a tri-national coalition of religious organizations from Canada, the United States and Mexico working for just trade.
We write you in advance of your summit with Presidents Bush and Calderón this August to urge you to use this opportunity to promote just trade relationships.
We welcome the renewed commitment that your government has made to strengthening ties with our continental neighbours. However, we are concerned that these new initiatives, including the Security and Prosperity Partnership, may replicate the harmful effects of the North America Free Trade Agreement (NAFTA) model.
We are troubled that the Canadian government is seeking to emulate the NAFTA model with other continental trading partners without first conducting a thorough and adequate review of its impacts. We are further concerned that the Government of Canada is expanding economic integration with our Mexican and American neighbours into new and strategic domains through the Security and Prosperity Partnership (SPP) without adequate Parliamentary participation or public input. Further harmonizing regulations in areas such as immigration, energy, natural resources and security under the present model has the potential to deepen the damaging effects of the current NAFTA model without increasing the human security or wellbeing of all people living in Canada.
Created in God\'s image, human beings are called to the care and keeping of creation for the benefit of all people, not just a privileged few. There is enough for everyone, if we but choose to enact just policies that keep the welfare of all people at their centre. Trade and exchange are basic engines of wellbeing, but must occur within the framework of democratic participation, commitment to the reduction of inequality, protection of the most vulnerable, and wise stewardship of the planet.
For that reason we urge your government to work for just trade relationships for all, and to refrain from signing additional free trade agreements until there has been a significant and participatory assessment of the benefits and negative effects of NAFTA, involving the legislatures and citizens of all three countries.
At a consultation on trade and investment agreements involving Canadian, Mexican and US churches, the following principles were identified by delegates: Drawing on these principles, we recommend that the Canadian government:
Ensure that trade and investment agreements are subordinate to international law and agreements that guarantee universally recognized human rights. These include civil, political, economic, social and cultural rights; gender equity; labour rights; migrant worker rights; and rights of indigenous peoples.
. Negotiate trade and investment agreements, including the SPP, through transparent negotiations and provide for the participation by Parliament and citizens in the negotiation, implementation, and monitoring of their performance.
Safeguard the ability of governments to protect the interest of their citizens and the environment. Trade and investment agreements should allow for mutually beneficial agricultural trade, protect the ability of small producers to survive and thrive, and ensure that subsidies, tariffs and non-tariff trade barriers do not harm agricultural producers in smaller economies.
Preserve the integrity of publicly funded and administered health, education and other government services;
Ensure corporate social responsibility and accountability through mandatory codes of conduct.
Ensure that intellectual property rights restrictions, including data exclusivity and other provisions, do not hinder affordable access to life-saving medicines for people in developing countries.
We ask that you give serious consideration to the concerns and proposals we have raised in this letter. We believe that it is only by living up to our responsibility to care for one another that true security and abundance for all can be achieved.
Our American and Mexican colleagues are writing to Presidents Bush and Calderón respectively. We will be praying for wisdom and discernment for you and Presidents Bush and Calderón.
We look forward to your response.
Sincerely,
Michael Hogeterp
Chair, Commission on Justice and Peace
The Canadian Council of Churches
Maylanne Maybee
Coordinator, EcoJustice
The Anglican Church of Canada
Stephen Allen
Associate Secretary, Justice Ministries
The Presbyterian Church in Canada.
Nelson Rosales
Program Coordinator, Caribbean, Central America and Colombia (acting)
Justice, Global and Ecumenical Relations Unit
The United Church of Canada
Cc: The Honourable David Emerson, Minister for International Trade.
The Honourable Stéphane Dion, Leader of the Liberal Party of Canada
The Honourable Gilles Duceppe, Leader of the Bloc Quebecois
The Honourable Jack Layton, Leader of the New Democratic Party
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CARTA USA
August 15, 2007
President George W. Bush
The White House
1600 Pennsylvania Avenue NW Washington, DC 20500
The United States
Dear Mr. President:
We are writing to you as U.S. Church representatives of MESA, a tri-national trade justice coalition of religious organizations in the United States, Mexico and Canada. As you meet together with Mexican President Felipe Calderon and Prime Minister Stephen Harper of Canada in August, we urge you and your fellow leaders to replace NAFTA with economic and trade relationships based on justice, and to reject the proposal to intensify NAFTA through the Security and Prosperity Partnership (SPP).
NAFTA was the proto-type of a kind of trade liberalization – advanced further in CAFTA and other free trade agreements -- that is harmful to many people in the United States and around the world. We reject this existing model of trade liberalization. Our Mexican and Canadian colleagues, who share our desire for more humane trade across our borders, have written their own letters to President Felipe Calderon and Prime Minister Stephen Harper respectively.
Free trade’s impact is especially harmful to those in developing countries struggling to overcome poverty. In Mexico and other developing countries, trade liberalization causes massive loss of rural livelihoods due to agri-business privatization and agricultural dumping. This has led to increases in hunger and food insecurity, as small-scale domestic producers are bankrupted and prices of imported food rise.
In addition, these free trade agreements result in rising medicine prices because overly restrictive intellectual property rules are limiting the availability of essential generic drugs. Free trade is also a threat to basic services such as access to water, health care and education. More generally, the existing approach to