En mis tiempos de infancia, dedicado a labrar la tierra y ganarme el sustento con el verdadero esfuerzo campesino, consideraba a los que escalaban posiciones relevantes, como los mejores. Sin embargo, conforme fue pasando el tiempo, al incursionar en las esferas públicas y acercarme a grupos de liderazgo, aquella convicción se fue desvaneciendo paulatinamente. Para llegar a esa consideración, no tuve necesidad de ser sindicalista, ni irrespetuoso del sistema democrático que nos rige. Más bien, siendo costarricense, como la mayoría, de buenos modales, sin animadversión a los norteamericanos. Eso sí, reflexivo de los problemas nacionales, enemigo acérrimo de la manipulación política y de la injusticia, especialmente, cuando ese flagelo despreciable se origina, en la vulgar intención de adquirir poder connotado y la venganza de grupos poderosos, incluso, algunos simulando ser imparciales y apolíticos, provocando actos circenses, creyendo que así hacen \"justicia\", cuando en realidad, se han brincando las estructuras democráticas y los derechos humanos, humillando a personas honestas y condenando a priori, a quienes no se les ha sentenciado y algunos que ni si siquiera, se les ha acusado, con ayuda de débiles aplicadores del derecho y políticos de segunda categoría, que se han creído los salvadores del planeta y los dueños de la \"verdad\".

Al amparo de la libertad que nos rige, pues nos corresponderá ser diputados por un día, coherente con mis claras convicciones, porque quiero lo mejor para mi pueblo, habiendo sido espectador de la sospechosa y exagerada propaganda multimillonaria, que ha deformado la realidad, tratando de manipular la consciencia del pueblo y conociendo el voto de minoría de dos ilustres magistrados; Fernando Cruz C. y Gilberth Armijo, de la Sala Constitucional que dijo; \"Conforme con lo expuesto, consideramos que el Tratado consultado debilita al Estado Social y Democrático de Derecho, particularmente en cuanto a lo referido a los privilegios al inversionista, el régimen de patentes de medicamentos, aún por encima del derecho a la salud, el régimen de solución de controversias inversionista-Estado. De igual forma, consideramos inconstitucional las facultades otorgadas a la Comisión de Libre Comercio; algunas de las disposiciones del capítulo referidas a las Telecomunicaciones; lo dispuesto en materia ambiental; lo que se dispone respecto al proceso de certificación; así como la previsión del arbitraje forzoso para el Estado costarricense. Razones por las cuales, los suscritos Magistrados salvan su voto y consideran que el Tratado consultado es contrario a nuestra Constitución Política, es decir, el proyecto del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos\" (DR-CAFTA), expediente legislativo 16.047, es inconstitucional\". En consecuencia mi voto será un noooooooooo rotundo. Compatriotas; \"Sepamos ser libres, no siervos menguados\".

Lic. Rafael Ángel Guillén Elizondo
Abogado