Colombia frente al Acuerdo de Asociación entre la CAN y la Unión Europea
Quiero agradecer al Movimiento Boliviano por la Soberanía y la Integración Solidaria de los Pueblos contra el TLC y el ALCA y a la Fundación Solón por la invitación a este importante evento, que tiene como propósito exponer algunas ideas sobre la posibilidad que han abierto nuestros gobiernos de negociar un \"Acuerdo de Asociación\" entre la CAN y la UE. Yo creo que la importancia de este evento, más que todo lo que aprenderemos en él, es que nos abre la oportunidad de discutir sobre el tipo de relación que mantienen nuestros países con los europeos. A partir de este evento las organizaciones sociales de todo el continente deben comenzar preguntarse cuáles serán los efectos de negociar un \"Acuerdo de Asociación\". Me parece que debemos empezar a llenarnos de argumentos, porque no es serio decir no a este acuerdo sin analizar los efectos.
Hasta el momento, pareciera que en las relaciones entre nuestros países con la UE prima el tema de la Cooperación. La CAN recibe aproximadamente 1.000 millones de euros al año, de los cuales 442 son para Colombia y, en lo fundamental, esos recursos están dirigidos a temas de derechos humanos. Pero ahora se nos plantea, además de la cooperación, un \"Acuerdo de Asociación\" que incluye un capítulo comercial muy parecido a los que han negociado nuestros países en el ALCA y en los TLC. Para nosotros (RECALCA) esto no es más que un Tratado de Libre Comercio entre la CAN-UE. Puede que tenga otros elementos, pero es claro que el punto central será lo comercial.
En este sentido, se puede decir que es evidente un cambio en las relaciones. En Bruselas, en noviembre de 2006, la Unión Europea afirmó que \"remarca la cooperación como un instrumento para facilitar las negociaciones comerciales\". ¿Qué significa esto? ¿Acaso estará la UE condicionando la ayuda a nuestros países a que se firme un TLC? Similar al chantaje de Estados Unidos cuando nos decía que no habría más ATPDEA si no se firmaba el Tratado con ellos.
Asimismo, la UE ha exigido que los países de la CAN cumplan con una serie de condiciones, aun antes de comenzar la negociación. En Santo Domingo, en abril de 2007, manifestó por lo menos cuatro requerimientos:
1. Que la CAN debía negociar en bloque. En más de 30 años de existencia de la CAN, nunca se ha negociado o firmado un Tratado de Libre Comercio en bloque, porque los intereses comerciales de las naciones no son iguales. Siempre han existido contradicciones al interior de los países miembros de la CAN.
2. Que la CAN debe fijar un punto inicial de desgravación. ¿Será que este nivel de desgravación podrá ser menor al que fijaron nuestros países para negociar con Estados Unidos?
3. Que la CAN debe armonizar sus regímenes aduaneros. Los países de la CAN nunca han logrado ponerse de acuerdo para llegar a acercamientos en este tema.
4. Debe existir una definición de Transporte Terrestre Transfronterizo.
Se sabe también que la UE ha manifestado que el TLC CAN-Estados Unidos debe ser el piso de la negociación con ellos, lo que de entrada nos lleva a estar negociando un acuerdo comercial por encima de la OMC, es decir, un acuerdo \"OMC Plus-Plus\".
Es apenas obvio que la UE no pretende realizar un TLC con la CAN con objetivos sociales, o con el ánimo de seguir cooperando. Es claro que la UE se encuentra en una competencia \"salvaje\" con el resto de potencias económicas del mundo, por tener acceso a mayores mercados y por conseguir materias primas y mano de obra más barata. Todas las potencias capitalistas andan en esta carrera: asiáticos contra europeos, estadounidenses contra asiáticos, europeos contra estadounidenses. Adicionalmente, lo cierto es que Europa está volviendo a gobiernos conservadores, todos en la misma lógica neoliberal. Así las cosas, los intereses económicos y políticos de Europa no son muy diferentes a los de Estados Unidos. O ¿será que el capítulo de inversiones de un TLC CAN-UE no contemplará que a los inversionistas europeos se les de Trato Nacional? ¿Será que en sus propósitos no está el de garantizar un contingente de importaciones para sus productos y lograr que los aranceles lleguen a cero por ciento? ¿será que el capítulo de Derechos de Propiedad Intelectual no busca niveles más altos que el ADPIC de la OMC? No nos llamemos a engaños: Europa quiere más o por lo menos lo mismo que Estados Unidos, sino fuera así, les bastaría con lo que hay en la actualidad en la OMC.
La situación colombiana
Colombia exporta hacia la UE en lo fundamental bienes primarios y todos los países andinos hacen lo mismo. El banano, nuestro principal producto de exportación hacia esa región, está por fuera del Sistema Generalizado de Preferencias, por lo que debe pagar aranceles. Por otra parte, las trasnacionales europeas tienen una importante presencia en el país. En Colombia hay aproximadamente 220 trasnacionales, de las cuales 110, es decir, el 50% son europeas. Se sabe además que de 11 sectores identificados, 7 tienen predominio de empresas europeas: el 100% de las trasnacionales extranjeras que tienen presencia en el comercio al por mayor son europeas; el 80% de las trasnacionales de servicios domiciliarios (energía, acueducto) son europeas; el 68% de las de servicios financieros; el 57% de las de hotelería y turismo; el 57% de las de transporte, y tienen una fuerte influencia en los sectores de química y farmacéutica, industria, negocios agrícolas, petroleras, minería y telecomunicaciones.
Finalmente, conscientes de la situación política de nuestros pueblos andinos, debemos reiterar que nuestra crítica no es hacia el libre comercio, si este realmente existiera. Si no fuera por la naturaleza neoliberal de estas negociaciones que se nos proponen desde los países desarrollados, no tendríamos problema en sentarnos a negociar acuerdos económicos, sobre la base del equilibrio y la reciprocidad, incluso con los mismos Estados Unidos o con cualquier nación del mundo. El problema es que quien se va a sentar a negociar un TLC entre Colombia y la UE es Álvaro Uribe Vélez, quien desde 1990 ha sido uno de los más importantes representantes de la política de apertura económica: ponente de la ley de reforma laboral y de la ley de reforma a la salud, como Senador de la República; liquidador de las más importantes instituciones públicas colombianas, que han ido a parar a manos de los extranjeros, como Presidente de la República. El que se va a sentar a negociar es además quien hoy tiene a sus amigos en la cárcel y en \"capilla\" a cientos de aliados más por haber mantenido durante años estrechos vínculos con el paramilitarismo. Uribe hoy es cuestionado no solo en nuestro país sino en todo el mundo por la responsabilidad política que le recae frente a estos hechos.
Por estas y muchas otras razones que no alcanzo a mencionar en mi intervención, desde RECALCA manifestamos que nuestro país se debe oponer a sentarse a negociar un TLC con la Unión Europea. Lamentablemente no podemos compartir el mismo optimismo que sienten algunas de las organizaciones sociales de Bolivia, quienes manifiestan que sus intereses, los intereses de los bolivianos, están bien representados por su Presidente, Evo Morales. Sin duda creemos que Evo Morales se pararía de la mesa de negociación si los intereses de su pueblo van a ser afectados. En el caso de Colombia creemos que Álvaro Uribe no se va a parar de la mesa hasta que no haya entregado hasta el último interés de los colombianos.
Oportunamente manifestamos que no era posible una buena negociación con Estados Unidos. Hoy también advertimos que un TLC con la UE generará consecuencias negativas para los países andinos. Nuestro llamado es a que las organizaciones sociales susciten las más amplias tareas de resistencia, para evitar que nuestros gobiernos se sienten a negociar con la UE.
En Colombia la resistencia civil cada día es más fuerte. Se vislumbra un importante renacer del movimiento estudiantil. Hoy están en paro los educadores y los estudiantes, protestando contra las políticas neoliberales. Nuestras luchas, además, han sido parte del insumo para que hoy el TLC con Estados Unidos esté empantanado. Pero no podemos bajar la guardia. Somos conscientes que la lucha contra el TLC con la Unión Europea tendrá nuevos elementos que deberemos afrontar. Incluso puede ser más difícil porque existe dentro de la sociedad la idea que los intereses capitalistas de los Estados Unidos son perversos, pero que los de Europa son más humanitarios. Tenemos que trabajar en construir argumentos fuertes para demostrar que las trasnacionales europeas no son nada diferentes a las estadounidenses.
Estamos todos los pueblos andinos unidos en contra del neoliberalismo y de su expresión en los Tratados de Libre Comercio.
¡Muchas gracias!
Mario Alejandro Valencia, RECALCA (Colombia)
Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el Alca, Recalca
Página web: www.recalca.org.co
Correo electrónico: recalca@etb.net.co