Filipinas: “No sabíamos los impactos de las bases, hasta que empezamos a verlos"
Portoviejo, 2 de marzo de 2007
"La concesión o arriendo u otra forma de entrega de parte del territorio nacional para la instalación de bases militares extranjeras agresivas, constituye una entrega, disfrazada o no, de la propia soberanía nacional que amenaza la paz y seguridad del Estado en que ella se encuentra y de otros Estados también". Miguel D'Estefano, Derecho de Tratados, en Bases Militares en América Latina, de José Steinsleger.
"Cuando me preguntan sobre los impactos de la Base de Manta, contesto que no los conozco", comenta Corazón Fabros-Valdez (Filipinas), del Comité Organizador Internacional de la Conferencia No Bases. Pero agrega: "cuando los EE.UU. dejaron las bases en Filipinas nosotros tampoco sabíamos los impactos, hasta que empezamos a verlos".
Instalada en 1999, la Base de Manta facilita la intervención y la guerra en el país vecino de Colombia, conforme dijo hace unos meses el propio Comandante de la FOL, expresa Andrés Thomas Conteris (EE.UU.), de Non Violence Internacional.
También se ha dado el hundimiento de barcos por fragatas de EE.UU. Tras unas visitas a áreas de prueba de tiro se pudo constatar la contaminación del campo, con restos de tiros. Esto causa polución en el agua, con efectos en la vida humana y la vegetación.
Las bases militares estadounidenses en Filipinas – la naval de Subic y la aérea de Clark – fueron cerradas por la presión popular en 1992, dejando tras de sí la contaminación tóxica y numerosos casos de cáncer. Conforme afirma Fabros-Valdez, tras 15 años de su salida, EE.UU . sigue eludiendo sus responsabilidades de limpiar la contaminación generada y de indemnizar a la población afectada.
Las manifestaciones y expresiones públicas de oposición a las bases militares extranjeras es una de las muchas estrategias posibles para erradicarlas: la participación de personas de la sociedad civil (jóvenes, ancianos, mujeres), incluso de personas dentro del gobierno; y el apoyo comprometido de la prensa, son otras. Dice Fabros que no hay una receta, "pero un factor elemental en una campaña contra las bases tiene que incluir una campaña sistemática en términos de educación e información a la población. Estamos organizándonos en solidaridad".
El de Vieques (Puerto Rico) es otro caso histórico de resistencia civil a las bases militares extranjeras. Thomas Conteris cuenta que el proceso de seis décadas en Vieques alcanzó un clímax cuando un poblador local murió producto de un bombazo. "La gente se tomó por trece meses el área de pruebas. Éramos escudos humanos. Hubo vigilias, protestas, marchas, arrestos". En mayo de 2003 cesaron los bombardeos, pero la lucha en Vieques actualmente se concentra en la descontaminación del ambiente, la recuperación de la tierra y la reparación a los afectados.
Thomas Conteris destaca el fuerte movimiento por la paz que hay en EE.UU: "estamos contra las guerras de Afganistán e Irak. Nos preocupa mucho lo que se dice sobre Irán. Nos alegra la movilización que hubo en Italia hace poco. Celebramos que Uruguay este año haya decidido no participar en las maniobras de Unitas". Cabe recordar, sin embargo, que Rusia, China, Inglaterra y Francia también tienen bases militares.
Equipo de Comunicación
Coalición NO Bases Ecuador
Conferencia Internacional por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras