La gente del mundo no quiere bases militares extranjeras
Los integrantes del Comité Organizador Internacional de la Conferencia por la Abolición de Bases militares extranjeras: Herbert Docena de Filipinas, miembro de la organización “Focus on the Global South”; Andrés Thomas de Estados Unidos, integrante del colectivo “Democracy Now”; Corazón Fabros Valdez de Filipinas, integrante del Comité Organizador internacional de la Conferencia contra Bases Militares; Lina Cahuasquí, representante de la coalición “No Bases” de Ecuador, ofrecieron una rueda de prensa, el día de ayer, 1 de marzo, en la Universidad Andina Simón Bolívar, a fin de dar a conocer los principales objetivos y expectativas de esta Primera Conferencia Internacional por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras. A continuación un resumen de sus intervenciones.
Ecuador es la sede de esta Primera Conferencia Internacional por la Abolición de Bases Extranjeras, a la que asistirán más de 400 organizaciones activistas de 50 países.
Otro mundo es posible si nos organizamos para decir “basta” a la instauración de bases extranjeras a nivel mundial y a los efectos negativos que éstas generan en los ámbitos político, ambiental, social y cultural de los pueblos.
Hay más de 1.000 bases militares extranjeras en todo el mundo. Estados Unidos, Rusia, China, Inglaterra, Italia tienen bases en otros países. El mayor número corresponde a Estados Unidos. Según datos oficiales, existen 737 bases estadounidenses en diversos países (cifra que no incluye a las bases militares secretas como es el caso de las 4 bases instaladas en Irak). En Alemania existen 81 bases de Estados Unidos y en Japón otras 37.
Hemos constatado que las bases militares extranjeras son usadas, como sucede en Irak, para la agresión, la muerte y la destrucción.
Filipinas tuvo bases militares de Estados Unidos por más de 100 años, bases creadas para agredir a Vietnam y a otros pueblos del mundo. En este país, uno de los efectos más graves fue la violación a los derechos humanos y a la democracia. Estados Unidos apoyó al dictador Marcos con cifras exorbitantes de dinero a cambio de mantener las bases militares. Sin ese apoyo no habría sido posible una dictadura tan larga. Sólo después de cerradas las bases militares en 1992, después de un siglo de ocupación, constatamos el grado de contaminación causado.
Estamos en contra de lo que pasa en Irak y Afganistán. Rechazamos los planes de instalar nuevas bases en estos países y de atacar a Irán. En Irak, los nefatos logros en términos de guerra y muerte han sido posibles, precisamente por las bases militares extranjeras instaladas en ese país. Vieques, en Puerto Rico, fue contaminada con metales pesados, químicos y hasta con desechos nucleares (uranio reducido) que impactan el agua, a los seres humanos y al ambiente.
En Ecuador, los ofrecimientos de Estados Unidos no se han concretado. Por el contrario, la acción de ese país se ha limitado a mejorar la pista de aterrizaje mientras ha incrementado la prostitución infantil, el nacimiento de niños/as no reconocidos/as, el número de embarazos no deseados. Estados Unidos ha sobrepasado sus funciones al interceptar y hundir barcos con migrantes. Desde la base de Manta son interceptados los barcos con droga y se combate a la guerrilla.
Las bases nacionales abiertas a actividades conjuntas no escapan a ser catalogadas como bases extranjeras. En Asia, concretamente en Japón y Filipinas, Estados Unidos ha intervenido arreglando los accesos a las bases. A cambio de ello, Estados Unidos puede utilizar esos accesos y almacenar material militar. Esto ha sido posible por un acuerdo bilateral para usar lugares específicos, sin embargo, en la práctica, Estados Unidos usa cualquier lugar de Filipinas para las maniobras militares conjuntas.
Varias bases son presentadas como lugares de cooperación e intercambio, pero estos sitios mantienen equipos de comunicación y sirven para espionaje, como sucede en Nueva Zelandia.
Pese al panorama descrito, el marco mundial actual de lucha contra las bases militares extranjeras nos inspira y da energía. En Italia más de 100 mil personas salieron a las calles para decir que no aceptarán más la violación de la soberanía de Italia. Celebramos que el pueblo puertorriqueño se haya levantado de manera activa no violenta para el cierre de Vieques, después de 60 años de presencia militar estadounidense, y que esté demandando la descontaminación y la devolución de las tierras.
Ecuador dijo no a una propuesta de Estados Unidos para instalar otra base militar en la isla de Baltra en Galápagos, Panamá logró la salida de la Marina de guerra de Estados Unidos. Celebramos también el cese de maniobras militares conjuntas en Uruguay, Argentina y Brasil.
La Comunidad internacional está aquí para apoyar al pueblo ecuatoriano en su lucha contra la base de Manta, así como para pedir el apoyo de este pueblo en la lucha contra las bases del mundo. Nos inspira la posición del Gobierno ecuatoriano para cerrar la base de Manta. Pero también estamos preocupados por la presión que ejerce Estados Unidos sobre el Gobierno ecuatoriano a fin de mantenerla. Sabemos que el papel del Gobierno de Ecuador es clave. Invitamos al presidente Rafael Correa a nuestra Conferencia para que las y los delegados lleven a sus países el mensaje de que sí es posible para países pequeños y del Sur como Ecuador, defender la paz y la soberanía, y decir “no” a Estados Unidos.
Las personas que participarán en esta Conferencia que se realizará del 5 al 9 de marzo, provienen, prácticamente, de todos los continentes. De Grecia, vendrá el Secretario mundial del Consejo Mundial por la Paz; de Brasil estará presente Socorro Robles. Contaremos con la presencia de Sindy Sheehan, madre de uno de los soldados muertos en Irak. La Conferencia reúne, no sólo a activistas, sino también a parlamentarios/as de Europa, Brasil y Venezuela.
La Conferencia busca analizar los impactos que provoca la presencia de bases extranjeras y enfatizar las luchas locales en todo el mundo. Por ello, en el primer día de la Conferencia, las y los activistas de los movimientos sociales compartirán sus luchas, logros y también ciertos fracasos. En el segundo día, planificaremos las estrategias para continuar con nuestras acciones. Aquí en Quito la conferencia terminará con un gran festival cultural, en el que se lanzará una campaña de solidaridad para el cierre definitivo de la base de Manta. En la ciudad de Manta conoceremos tanto lo que ocurre en la base militar, cuanto la experiencia misma de la lucha contra su presencia. En esta ciudad la Conferencia será clausurada con otro festival cultural.
Quito 2 de marzo de 2007
Equipo de comunicación
Conferencia Internacional por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras
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