La Cumbre Social por la Integración de los Pueblos cumple hoy un segundo día de intensas jornadas en las que las diferentes mesas de trabajo reafirmaron un sentimiento anti-imperialista de condena a las políticas de intervención por parte de los Estados Unidos y al modelo neoliberal que han agravado las condiciones de pobreza de los latinoamericanos.
 
La segunda jornada de la Cumbre Social se caracterizó hoy por el arribo a importantes conclusiones y propuestas que van surgiendo, una a una, de las mesas de trabajo que se han conformado desde la mañana del miércoles.
 
Las conclusiones serán elevadas, como propuestas, a la Cumbre Sudamericana de Naciones que tuvo esta mañana el inicio de sus sesiones preparatorias con la primera reunión de vicecancilleres de la comunidad de naciones.
 
Los asistentes a la Cumbre Social esperan que los gobiernos de la región adopten políticas públicas que traduzcan en acciones concretas las propuestas de los movimientos sociales.
 
El abordaje de los temas de la Cumbre Social dio rienda suelta a las expresiones alternativas y de los movimientos revolucionarios que buscan la construcción de una única Nación Latinoamericana capaz de crear la ciudadanía sudamericana.
 
La despenalización de la hoja de coca, la revisión de las políticas de seguridad y defensa en el hemisferio, el rechazo a los tratados de libre comercio, el reconocimiento y pleno ejercicio de los derechos de los pueblos indígenas y la condena al muro de la vergüenza que pretende construir Estados Unidos para frenar el ingreso de emigrantes a su territorio, son sólo parte de un conjunto de propuestas que serán remitidas a los mandatarios.
 
LA COCA NO ES COCAINA
 
Uno de los temas que fue motivo de una amplia consideración, principalmente de los productores de coca, fue la revalorización de la hoja de coca que unificó los criterios de organizaciones de los movimientos sociales en torno a exigir la despenalización de la sagrada hoja.
 
Los delegados de la mesa que analizó el tema de la coca decidieron en exigir que la Organización de las Naciones Unidas haga públicos los estudios realizados hasta ahora sobre las cualidades de la hoja de coca, toda vez se ha manipulado y se ha hecho un uso político del tema para justificar la política antidroga Estados Unidos hacia nuestros países.
 
Las organizaciones de productores de coca, bajo el lema coca no es cocaína, plantearon la ecuación coca-cultura-dignidad y soberanía como una síntesis de la acumulación histórica de la lucha de los pueblos en defensa de la coca.
 
De acuerdo con los datos que hicieron conocer en el foro, en los últimos 20 años la lucha cocalera significó la muerte de unos 400 productores de coca y aproximadamente 4.000 víctimas de encarcelamiento ilegal. Asimismo, se informó que las organizaciones productoras de coca registraron unos 500 heridos y más de 600 torturados y flagelados en dependencias de la policía antidrogas en los países productores de la región.
 
DEFENSA Y SEGURIDAD DE LOS PUEBLOS
 
Tras cuestionar la política de seguridad y defensa que ha impuesto Washington en el mundo, definiendo como terroristas a todo el que se oponga a su sistema de dominación, los delegados del foro sobre Defensa y Militarización demandaron la necesidad de que los gobiernos de América Latina diseñen sus propios conceptos sobre la temática.
 
Para los pueblos sudamericanos seguridad y defensa debe significar bienestar para sus poblaciones y defensa de los derechos humanos, debe significar el ejercicio pleno de los derechos de los pueblos.
 
El foro permitió la participación de los jóvenes, los que expusieron sus puntos de vista sobre el servicio militar y la relación de las fuerzas armadas con la sociedad. Al respecto, coincidieron en señalar la necesidad de que los gobiernos analicen la situación del servicio militar y tomen en cuenta aspectos como el respeto a los derechos humanos, la voluntariedad o no del servicio así como el respeto y garantías al derecho a las objeciones de conciencia.
 
LOS ROSTROS DE LA CUMBRE
 
En cada una de las mesas y foros que se instalaron en los ambientes del Instituto Americano se podían ver los rostros de la diversidad continental. Indígenas, campesinos, obreros, intelectuales, estudiantes, artesanos, jóvenes, mujeres y hombres de diferentes latitudes del continente que llegaron a la Cumbre a aprehender enseñando.
 
Las mesas de trabajo han continuado su trabajo y han sido escenario de un debate abierto y desde diferentes ópticas sobre los temas planteados. Si bien los criterios expuestos tuvieron matices ideológicos y políticos variados, todos coincidieron en un punto clave para el avance de los pueblos, la unidad y la construcción de un ideario común Latinoamericano frente a las políticas de dominación externa.
Rr/Dgav ABI